La experiencia fue fugaz, intensa y, tal como lo resume la trompetista Vanessa Chávez, implicó una doble carga emocional: “Era una presión altísima, pero nos motivó”.
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El proceso fue vertiginoso. Dianita Quiñones, la trombonista del grupo, relató cómo la convocatoria llegó de manos de Mar Pérez, quien le escribió para comunicarle que la estrella colombiana “necesitaba vientos para un tema”. Tras enviar su currículum, la confirmación oficial llegó mediante una misiva donde la propia Shakira expresaba estar “muy feliz de poder invitarte a ser parte del show como artista local”. Una vez elegidas, la urgencia de la producción se hizo evidente.
Tati Barreto, saxofonista, mencionó que el tiempo fue el gran desafío, pues tuvieron que juntarse rápidamente en la casa de Mar “a mirar las partes, a escuchar todos los audios que nos mandaron” antes de la prueba de sonido oficial.
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Sin embargo, Mar Pérez (trompeta y coordinadora de la convocatoria) destacó la extrema profesionalidad del equipo de la artista. Señaló que la producción les envió con antelación “la partitura, los audios” y todas las indicaciones necesarias, y que las trataron con sumo respeto. “Todas intentamos portarnos lo más profesional posible, con mucho respeto hacia el trabajo de todas las personas que estaban ahí”, afirmó Mar.

Para las cuatro, la adrenalina de actuar en un estadio repleto fue inigualable. Dianita confesó que, al terminar las horas de concentración en el camerino, ver el estadio lleno fue “muy fuerte, realmente”. La energía era abrumadora. “La energía que se sentía era brutal, realmente una experiencia única”, comentó, destacando el orgullo de que las vientistas contratadas fuesen “todas chicas”.
Mar Pérez calificó la experiencia en su conjunto como “increíble, inolvidable, surreal”, señalando que compartir escenario con una artista de esa magnitud añade una experiencia valiosa a su trayectoria. Vanessa Chávez subrayó que, más allá de la artista, “toda la producción fue súper organizada” y valoró profundamente la decisión de la cantante de Barranquilla de incluir talentos locales. “Eso da una oportunidad inmensa tanto para los músicos de cada país que visita como para el orgullo del país. Es impagable”, expresó.

La emoción también tuvo un fuerte componente personal. Tati Barreto confesó que, de chica, “siempre bailaba las músicas de Shakira, con mis rulos ahí siempre decía yo que era ella”, un sentimiento compartido por Dianita Quiñones, cuyo primer disco fue Pies Descalzos. Mar Pérez, emocionada, reconoció la importancia de sus vínculos, afirmando que siempre tiene “en primera lista a mis queridas talentosas amigas” y que “juntas seguimos construyendo camino, pisando escenario juntas”.
Las cuatro músicas coincidieron en que este tipo de detalles marcan la diferencia. Mar Pérez valoró que la artista “haga ese tipo de cosas como de invitar a músicos locales para estar en el show”. Por su parte, Tati Barreto agradeció la “muy buena aceptación” del público y los mensajes de apoyo recibidos, mientras que Vanessa Chávez aseguró que la sensación y “la adrenalina del escenario, el estadio lleno” se quedará “grabada en la memoria por muchísimo tiempo más”.
