Melisa Franco llega a Cranea Música: “Nadie puede solo, lo colectivo es lo que sostiene”

La productora argentina Melisa Franco, fundadora del festival Grl Pwr y gestora en Club Paraguay, llegará a Asunción para participar del Cranea Música, el encuentro estratégico para la profesionalización del sector musical paraguayo. Allí compartirá experiencias y dialogará con otros referentes de la industria regional.

Melisa Franco.
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Cuando hablamos de la música como un espacio de resistencia, transformación y construcción colectiva, el nombre de Melisa Franco aparece inevitablemente.

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Productora, gestora cultural y comunicadora, Franco es la mente detrás del Festival Grl Pwr, una de las plataformas más influyentes para artistas mujeres y disidencias en Argentina. Desde Córdoba, ha logrado expandir un proyecto que empezó como festival y hoy funciona como productora y usina de ideas que buscan equilibrar la balanza en la industria musical.

Melisa no solo apuesta por los escenarios: también se ha involucrado en iniciativas pioneras como la Escuela de Técnicxs, que abrió camino para la inclusión en roles tradicionalmente masculinos, y fue co-creadora de un protocolo contra las violencias en la música. Todo esto la posiciona como una referente que entiende la gestión cultural no solo como un trabajo, sino como una militancia artística y social.

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Ahora, llega a Paraguay en el marco de Cranea Música (5, 6 y 7 de septiembre), un encuentro estratégico que reunirá a profesionales del sector para debatir, compartir experiencias y proyectar nuevas alianzas regionales.

En medio de un contexto político y económico desafiante en su país, Melisa mantiene una mirada clara: defender los derechos conquistados, fortalecer lo colectivo y pensar en redes que trasciendan fronteras.

Tuve la oportunidad de conversar con ella antes de su llegada, y esto fue lo que me contó.

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-Creo que el anuncio de tu llegada fue uno de los más llamativos, sobre todo para nosotras. Estoy muy contenta de poder conversar con vos.

-Sí, sí, me empezó a seguir mucha gente de allá, y me puse a investigar un poco. Hay redes de mujeres productoras, así que estoy muy contenta. Y muy intrigada, sobre todo. No conozco Paraguay, pero estoy viendo que muchos colegas y artistas están yendo últimamente y hablan muy bien de ahí. Así que tengo muchas ganas de conocer y vivir la experiencia por mí misma.

-¿Cómo empezó toda esta aventura para vos? Porque con todos los logros que veo que ya conseguiste, me pregunto cómo fue tu primer acercamiento, no solo a la música, sino también a esas experiencias personales que te llevaron a involucrarte, no solo como una espectadora.

-Sí, yo empecé como comunicadora. Trabajaba en un club de acá, de Córdoba Capital, una sala muy reconocida llamada Club Paraguay. De hecho, Emanuel, uno de sus fundadores, también estará presente en el mercado Cranea. Empecé en esta sala, que creció mucho con el tiempo. Al principio, albergaba la escena independiente y underground, y hoy se convirtió en una sala que recibe artistas más mainstream. Incluso, tienen su propio escenario en el Festival Cosquín Rock, que es uno de los más importantes del país y de la región. Mis comienzos fueron ahí, como comunicadora, encargándome del marketing, las redes y la comunicación institucional.

La oportunidad de producir, de pasar del marketing a la producción, surgió cuando hubo la necesidad y la posibilidad de crear un festival de mujeres. A partir de ahí, empezamos a dar forma a lo que hoy es el Festival Girl Power. Ya no es solo un festival, ya que comenzó de esa manera, pero luego mutó a ser una productora y una plataforma para el desarrollo de artistas. Así es como comienza mi conexión con la industria.

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-Yo creo que hoy en día a veces sorprende cuando algo se mantiene vigente y sigue funcionando a lo largo del tiempo. Obviamente, puedo intuir lo que te motivó a fundar este festival.

-Sí, acá en particular, lo fundamos en 2018 porque existía la necesidad de crear este espacio. Si te fijabas en los line-ups de años anteriores, la diferencia era abismal. En 2019, se sancionó la Ley de Cupo Femenino, que establece que debe haber un 30% de mujeres en los festivales. Antes de eso, a veces el cupo era de solo un 3% o un 10%. La gente no siempre es consciente de lo necesaria que es una ley o algo que establezca y motive un cambio. Si no se hubiera hecho ese reclamo, probablemente seguiríamos en el mismo lugar.

Hoy en día, el cupo está naturalizado, es más común, y los line-ups son mucho más equitativos y diversos. Pero antes de eso, que no fue hace mucho, la brecha de género y la diferencia eran abismales. Esa fue una de las motivaciones: poder aportar algo. Como trabajadora de la cultura, creo que uno tiene la intención de generar un cambio que vaya más allá del trabajo en sí. A veces, todo se vuelve muy operativo; uno encuentra una forma de hacer las cosas y se organiza bien, lo cual es genial, pero si no tienes un ideal o una intención de generar un cambio, todo se queda en un lugar muy “plástico”, por decirlo de alguna forma.

Nuestra intención era crear y dejar una huella, que hubiera un cambio real. Esa fue una de las motivaciones, además de observar que había un público con la necesidad de encontrarse en otros espacios. Esa fue la motivación principal.

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-Claro, es que a veces estos proyectos surgen de los ideales más nobles. Es algo totalmente diferente a crear una productora que solo busca un rédito económico.

-Totalmente. Claramente, el rédito económico está presente porque una desea y aspira a vivir de esto, a que sea un trabajo sustentable y rentable, tanto para una como para todo el ecosistema. Hay muchísimos trabajadores en la industria, y cada uno es parte de este gran engranaje que necesita ser rentable para que todos podamos vivir de lo que elegimos.

Pero si existe esa motivación que va más allá de lo económico, que tiene que ver con un ideal o con querer generar una transformación, creo que ese es el ingrediente que le da alma a los proyectos y los hace diferentes. Se nota el amor que se le pone a algo cuando la intención va más allá del dinero, porque el dinero moviliza, pero no es lo más importante.

De Grl Pwr se desprenden muchos proyectos que no están ligados a lo económico, a diferencia de los festivales o producciones que a menudo tienen un fin comercial, especialmente en el ámbito privado. Estos proyectos buscan generar un cambio y una transformación cultural y social, aportando a la equidad, a la igualdad y a la creación de puestos de trabajo.

Hablando de esto, te puedo dar el ejemplo de un proyecto llamado Escuela de Técnicxs, que realizamos junto a la Red Temid, una red local de técnicas. Creamos cursos de formación gratuitos en tres áreas fundamentales: sonido, iluminación y stage. Nos dimos cuenta de que la desigualdad no solo existía en los escenarios o en la producción —donde había directoras que no eran visibles—, sino también en los roles técnicos, que históricamente fueron ocupados por varones.

Poder brindar a las personas la oportunidad de capacitarse y profesionalizarse en estas áreas nos permitió generar nuevos puestos de trabajo, algo que pudimos comprobar a lo largo de los cursos. Al ser gratuitos, nos permitieron generar un cambio real. A eso nos referimos con aportar; estos son proyectos que no nos dieron un rédito económico, pero sí generaron microcambios en una industria que los necesita.

-Claro. Supongo que estás de acuerdo en que estas son construcciones históricas, que hay un rol laboral para la mujer, y que, todavía hoy, se piensa que la producción o la técnica musical son campos exclusivamente masculinos.

-Exacto, y un poco como te decía, ahora lo tenemos más naturalizado. Hay muchísimas productoras, y por eso el debate no se está dando tanto últimamente, al menos acá en Argentina, porque el foco está puesto en otro lado. Ya no tanto en la cuestión de género, porque pareciera que no es tan importante. Si bien creo que ha habido muchos cambios que aportaron bastante, todavía falta un montón. Hay que seguir trabajando desde todas las aristas que implica una producción.

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-Algo que te quería preguntar, que me parece que está súper ligado a todo esto, es el pensamiento que se tiene en los proyectos que vos liderás. Leí que Javier Milei quiere derogar las leyes de paridad, el feminicidio y el cupo laboral trans. De alguna forma, todo esto va a impactar y será un retroceso en lo que ya se había logrado.

-Sí, estamos ante una pesadilla. La verdad es que sí, estamos frente a un gobierno que, más allá de esas cuestiones, tampoco genera nada positivo para la industria. Además de los temas de género, que son muy importantes para nosotras, también ha bajado mucho el consumo porque hay un nivel de pobreza muy grande, lo cual es muy preocupante.

Esto nos hace darnos cuenta de que los derechos adquiridos no son batallas ganadas definitivamente; hay que sostenerlos todo el tiempo porque parecen estar constantemente en jaque. Creo que no éramos conscientes de esto hasta la llegada del gobierno actual.

Además de esta situación gravísima, la economía de nuestro país está muy afectada, lo que impacta a la industria en general. Que la gente no tenga la posibilidad de consumir o de entretenerse —porque la prioridad hoy es comer o cubrir necesidades básicas— hace que la industria esté atravesando una situación preocupante. Esto excede las cuestiones de género y nos afecta a todos los trabajadores del sector, porque no hay políticas que acompañen.

De hecho, aquí hay mucha oferta artística y cultural, con una gran cantidad de artistas y talentos. Pero la gente no tiene dinero para consumir, entonces tiene que elegir y pocas veces al mes puede ir a un recital, un show o una obra de teatro. Su prioridad es pagar el alquiler, la comida o los medicamentos. Esto afecta a la industria en general, al punto de que muchas bandas cancelan sus giras porque no es rentable viajar. Depender de vender tickets es difícil, porque las marcas tampoco apoyan mucho a los proyectos, sobre todo a los independientes, que son los más afectados.

La realidad es bastante crítica. No hay ningún tipo de política pública que fortalezca la industria. Por ejemplo, acá teníamos un mercado llamado MICA que se potenció mucho, pero el año pasado no se hizo, y su falta de fomento se nota. Es preocupante.

-Totalmente. Y entre todo eso, ¿sentís que hay otros desafíos? Si bien hay mucha circulación de artistas internacionales y grandes productoras, siento que la gestión cultural independiente es la que tiene más desafíos frente a todo este contexto económico.

-Sí, claro. El desafío de ser independiente es enorme. Es un trabajo muy pasional, desgastante y arriesgado. Si te va mal, podés perder mucho, y si te va bien, podés ganar muy poco. Se trabaja mucho para obtener muy poca ganancia. La competencia es enorme, y las productoras con estructuras más grandes terminan absorbiendo a las pequeñas. Por eso, la autogestión o la escena independiente se enfrenta al desafío de sobrevivir en este contexto y de fortalecerse desde lo colectivo.

Trabajamos mucho así, con alianzas con otras productoras o con marcas, porque sabemos que si nos unimos podemos lograr algo más grande. Uno solo no puede, y en este contexto menos aún. Entonces, los desafíos también están en aprender a generar nuevas dinámicas de trabajo, lo cual creo que traerá cosas positivas en el futuro.

-Claro, bueno, para mí es súper importante que vengas y que se dé este encuentro. ¿Qué aprendizajes creés que se obtienen de estos intercambios?

-Siempre, las veces que hemos ido a mercados en Chile y Uruguay, la experiencia es muy enriquecedora. Más allá de los nuevos contactos y redes, nos da una visión más amplia del territorio, lo que nos permite entender la industria a nivel regional. Esto es importante, porque muchos artistas están circulando por Latinoamérica, y creo que a raíz de la crisis en Argentina, las posibilidades se expandieron.

Me parece genial que nos fortalezcamos como países hermanos y que creemos una red más grande que nos una. Por ejemplo, yo sabía que hay un festival allá, el de Sorora, y me encantaría conocer a las chicas que lo organizan. Lo mismo con una red de mujeres que me empezó a seguir hace poco. Me gustaría encontrarme con ellas, con quienes sé que están alineadas con lo que venimos haciendo y trabajando desde hace años.

También es importante entender las problemáticas que las atraviesan, porque a veces hay cosas que nos pasaron acá o que todavía no, pero que pasarán. Entender la situación económica, social y política de los países vecinos nos permite trazar estrategias más contundentes a mediano y largo plazo, lo que nos fortalece a todos como región. Me gustaría conocer a esas chicas, a vos y a las trabajadoras de la industria, porque veo que hay una movida interesante. La verdad es que es algo gigante, y como te había dicho, este festival surgió un poco en respuesta a lo mismo que pasó allá.

-Para mí, la charla que vas a dar será fundamental. ¿Tenés delimitados los temas que vas a abordar?

-Sí, seguramente hablemos sobre cómo se originó el proyecto y sus desafíos a futuro. Más que una charla, me gustaría tener una conversación para ver cómo podemos fortalecernos como región. La idea es entender las problemáticas de acá y las de allá para hacer una síntesis, ver dónde podemos enriquecernos, generar redes, ampliar el circuito y mejorar la industria de cada país. Quiero que pensemos en grande.

Más que nada, me gustaría tener esa conversación con las compañeras, conocerlas, ver qué problemas las aquejan, compartir mi experiencia y, al mismo tiempo, llevarme ideas. Es un intercambio en todo sentido, para que ellas también puedan venir acá y podamos seguir construyendo.

-También me parece muy importante en el plano personal para vos: ¿qué significa todo lo que estás logrando?

-Sí, la verdad es que no sé si me lo imaginé alguna vez, pero es algo que me apasiona muchísimo. Esta pasión la encontré también a través de mis compañeros y compañeras de trabajo, que han sido fundamentales en mi vida, en mi carrera y en este oficio. Sin las personas que uno conoce en el camino, que te ayudan a profesionalizarte y a aprender, este es un trabajo muy sacrificado y desgastante.

Sin embargo, hay un momento en el que la gratificación llega, al ver el resultado: un festival o un show lleno de gente disfrutando. Ver a un artista en el que creés desde hace años y que ahora le va bien, ver cómo la gente disfruta y todo fluye, no tiene precio. Le debo mucho a mis compañeros, y sobre todo a mi socia Penny, que me ha enseñado tanto de este oficio.

Amo este trabajo y disfruto haciéndolo con mucha pasión y dedicación. No me imaginaba terminar trabajando de esto, aunque siempre me gustó la música como espectadora. Hoy, ya no me imagino de otra forma. Ser productora es lo que soy, me gusta y quiero seguir siéndolo por el resto de mi vida. Es una forma de vida.

-¿Cuáles creés que son, por decirlo de alguna manera, los ingredientes para no decaer en este proceso?

-Bueno, el trabajo en equipo es fundamental, porque ahí está la clave. Te ayuda a aprender, a mejorar y a superar las crisis. Nadie puede solo. También es clave encontrar contención personal, ya sea con terapia, amigos o familia. Hay que estar bien y saludable. Es un trabajo muy desgastante a nivel emocional y físico; a veces trabajás muchas horas y te cansás.

Además, te ves expuesto constantemente. Es un trabajo muy social, y tenés que tratar todo el tiempo con otras personas que también tienen sus sensibilidades. Por eso, estar bien uno mismo es fundamental. No hay que olvidarse de lo que a cada uno le hace bien a nivel personal. Pero, para mí, sobre todo, la clave es el trabajo en equipo y poder sostenerse ahí. Creo que de eso se trata.

Lucas Toriño, director del Cranea Música.
Lucas Toriño, director del Cranea Música.

Sobre el Cranea Música

La octava edición de Cranea Música reunirá en Asunción a referentes de la industria musical de Paraguay, Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México y Uruguay para tres días de conferencias, networking y showcases.

Este año, el evento girará en torno a cuatro ejes: Territorio, Creación, Derechos y Tecnología, sumando espacios de pitchings, rondas de vinculación profesional y showcases de artistas locales e internacionales.

Entre los invitados internacionales se destacan: Juanchi Langellotti (Esto También Está Sonando, Argentina), Karla Danitza (Feira Preta, Brasil), Humphrey Inzillo (Rolling Stone Argentina), Emanuel Díaz (Club Paraguay), Javier Devia (Festival FIURA, Colombia), Matías Mancisidor (VAM LATAM, Chile), Melisa Franco (Festival Grl Pwr), Manuel Arredondo (EJE México), Dra. Martha Elena Caviglia y Marhiel Barbosa (SUDEI Uruguay), y Jesús González (AUTORIS, Argentina).

Para conocer el resto de la programación se puede visitar la web www.planeamusica.com o en Instagram: @craneamusica.

Las entradas por día cuestan G. 90.000. En combo por los tres días, G. 250.000. En venta a través de Tuti.

Cranea Música es posible gracias al convenio entre AMI Paraguay y AIE Paraguay, con el apoyo de aliados internacionales como INMUS y MERLIN.

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