Iván Zavala: “Quiero que mis hijos escuchen estas canciones y sepan que fui auténtico”

“Quizás esté bien que empecemos de cero… es natural, todo tiene un final”, canta Iván Zavala en “Amor pasajero”, el primer adelanto de su próximo disco. Y esa frase no es solo el eje de la canción, sino también una declaración de principios: una despedida a lo que fue y una bienvenida a lo que está por venir.

Iván Zavala.
Iván Zavala.gentileza Maia Ayala

Con más de una década de trayectoria, el cantautor paraguayo se permite ahora mirar hacia atrás con afecto, pero también con la certeza de que ha cambiado.

Lea más: Salamandra grabará videoclip en vivo e invita a sus fans a participar

Amor pasajero no solo habla de una relación que se termina, sino también de lo que uno suelta para poder empezar de nuevo. Representa una etapa donde aceptás que hay ciclos que se cierran para dar lugar a algo más honesto, más propio”, cuenta Zavala. Ese nuevo comienzo se enmarca en una vida más serena, atravesada por la paternidad y el deseo de construir un legado.

Grabado entre diciembre y enero en Plaza Siberia Estudio junto al músico y productor argentino Germán Reccitelli (Sir Hope), el single también cuenta con la participación del guitarrista colombiano Daniel Uribe y la mezcla del reconocido ingeniero Justin Moshkevich. La colaboración con este equipo internacional le dio a la canción un sonido pulido y emocionalmente cargado. “Cada uno trajo su sensibilidad y mucho respeto por lo que yo quería decir. Queríamos un sonido cálido, íntimo pero moderno”, afirma.

La canción se completa con un visualizer filmado en la estancia Laguna Kare, en Caazapá, dirigido por Matías Maluff junto a Enmanuel Lezcano en la dirección creativa. Este universo visual se propone acompañar todo el nuevo álbum, en un diálogo entre paisaje, memoria y emoción.

Zavala describe "Amor pasajero" como una carta de amor al pasado, pero desde la madurez de quien aprendió a dejar ir sin rencores. “Hoy, cuando pienso en esos amores fugaces, los veo con menos drama y más comprensión. La canción tiene esa nostalgia de lo que fue, pero también la serenidad de saber que todo pasa por algo”, confiesa. Esa mirada se traslada a la música con una delicadeza que mezcla melancolía y liviandad, como si dijera “fue lindo mientras duró”, y siguiera caminando.

Ser padre transformó su manera de crear. Si antes escribía desde la emoción inmediata, hoy sus letras nacen de una reflexión más profunda. “Mi música viene con una carga más reflexiva. Ser papá me enseñó a escuchar más, a observar, a tener paciencia. Todo eso se filtra en mis canciones”, cuenta. Esta nueva faceta también lo enfrenta al desafío de mostrarse más vulnerable, pero es, al mismo tiempo, su mayor inspiración: “Quiero que mis hijos un día escuchen estas canciones y sepan que fui auténtico”.

En ese sentido, marca la línea conceptual del álbum: historias sencillas, pero cargadas de profundidad. “Quiero contar historias que conecten, que hablen de emociones reales: el amor que va, el que se queda, la familia, las dudas, los sueños que cambian. El legado, para mí, es eso: dejar canciones que acompañen a otros en sus propios procesos”.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2249

Después de más de diez años de carrera, Zavala siente que su música ya no busca explicarse a sí mismo, sino acompañar al otro. “Antes buscaba entenderme a mí mismo a través de las canciones. Hoy, siento que mi música quiere acompañar. ”Amor pasajero" es más directo, más honesto, más libre de pretensiones. No necesito demostrar nada, solo compartir”.

Con este primer adelanto, Iván Zavala vuelve a sus bases con una sensibilidad renovada, y ofrecerá un disco que promete ser tan íntimo como universal. Un álbum que no solo mira hacia atrás, sino que pone el foco en lo que se está construyendo: un presente donde la música se convierte en memoria, legado y compañía.

Enlance copiado