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Puntualmente a las 21:30, la gran banda musical que acompañó a Roberto Carlos dio inicio al show con una obertura que reunió varios de los grandes éxitos del artista, mientras en las pantallas se ofrecía un recuento por los principales hitos de sus más de seis décadas de carrera musical.
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Vestido con un impecable traje blanco y zapatos a juego, Roberto Carlos hizo su aparición en escena. “Quiero decirles algo sencillo pero importante”, expresó el artista, dando paso a “Emociones”, una canción en la que reluce el jazz.
“¡Qué gusto vernos en Asunción, Paraguay. Muchas gracias por haber venido, por el cariño, por estas cosas maravillosas”, expresó a modo de saludo. “Me gustaría decir muchas cosas en este momento pero prefiero preguntar”, añadió para dar paso a “Qué será de ti”, en medio de los aplausos del público.
“Cama y mesa”, otra de sus baladas más emblemáticas siguió en el repertorio, así como “Detalles”, que ofreció en un tono más intimista, sentado en una butaca y solamente con una luz cenital que lo alumbraba.
El “Desahogo” llegó acompañado por un notable solo de trompeta y una invitación de Roberto Carlos para que los hombres lo acompañen a cantar la frase final. “Los chicos sabemos que las chicas dominan todo siempre”, expresó el cantante para pedir el acompañamiento de la platea masculina.
“Hice esta canción hace muchos años y siempre la he cantado con mucho amor”, expresó el astro brasileño a modo de introducción de “Lady Laura”. Afirmó que este tema dedicado a su madre fue adquiriendo un significado diferente con los años.
El sabor de la samba se hizo presente en la noche, de la mano de “Mujer pequeña”, que incluyó un aplaudido solo de guitarra acústica. Posteriormente, Roberto Carlos reflexionó sobre sus composiciones señalando que siempre quiso hacer canciones de amor.
“He hablado de casi todo sobre el amor. Solamente me faltaba hablar de sexo”, expresó el cantante y compositor, revelando su pudor y su temor al qué dirán. “La segunda cosa que más me gusta es el sexo, la primera es el sexo con amor y la tercera, es un buen helado de fresa”, desatando las risas del público y dando paso a “Propuesta”.
Roberto Carlos, que se mostró muy conversador a lo largo del show, aseguró luego que “el primer paso siempre es más difícil en todo”. Y de esta manera abrió el camino a “Cóncavo y convexo”, otra de sus aclamadas baladas.
Una banda musical impecable conformada por once músicos y dos coristas acompañó el show. En una breve pausa que se tomó el cantante, los mismos sacaron a relucir su talento con mucho swing, teniendo momentos individuales con impecables solos. El director musical bromeó con Roberto Carlos a su retorno señalándole que había demorado mucho, para luego abrir paso a “O Calhambeque”.
El cantante recordó su paso por el Festival de la Canción de San Remo, Italia, el cual ganó con una canción que no era favorita. También señaló que años después volvió con una canción que era “favoritísima” y no ganó.
“Esta canción tuvo un gran éxito, pero no en Brasil porque nunca la grabé en portugués”, añadió el artista y bromeó señalando que nunca vio un gato azul. En medio de la euforia del público comenzó a interpretar “Un gato en la oscuridad”, que fue fuertemente coreada por los presentes.
Otra canción muy coreada fue “Ese tipo soy yo”, que el cantante presentó como el tema que habla “de un tipo que yo intento ser”. Seguidamente, llegó “La distancia”, con un notable destaque de toda la sección de vientos conformada por dos trompetistas, dos saxofonistas y un trombonista.
Tras presentar a toda su banda, Roberto Carlos dio paso a dos grandes clásicos, “Amigo” y “Jesucristo”. Al final de esta última, llegó el momento de entregar las rosas al público y repartió varias decenas de flores rojas y blancas, mientras la banda ofrecía un acompañamiento instrumental. El público del VIP copó el frente del escenario en su intento por alcanzar alguna de las rosas.
Muchos ya comenzaron a retirarse, las luces del estadio se encendieron brevemente y el sitio volvió a ser iluminado por las luces del escenario para el tramo final del show. La gente eufórica recibió nuevamente a Roberto Carlos, quien se despidió cantando “Amada amante”, para luego agradecer al público y retirarse del escenario al compás de una versión instrumental de “Un millón de amigos”.