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Para los tempraneros, la fiesta arrancó con La Retroband, el grupo pulcramente ensamblado por Emilio García (voz), Luis Álvarez (teclados), César Cipolla (batería), Zenón Vidaurre (guitarra) y Goyi Martínez (bajo). Esta propuesta, que cuenta con exintegrantes de Los Hobbies, ya empezó con la tarea de remover esas memorias de hace tantos años atrás, con inolvidables melodías.
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El set estuvo conformado por clásicos y también temas propios. La gente no dudó en entrar en calor desatando pasos de baile, comandados por Emilio García, quien se movió por todo el escenario animando al público, a través de temas como “Puerto Montt”, “Last Train to London”, “Mi Paraguay” y la infaltable “Navegando hacia el sol (San Bernardino)”.
Luego de la emoción que comenzaba a crecer, llegó uno de los platos más fuerte de la noche, en un sensible reencuentro con el público. Así fue el turno de los brasileños de Os Paralamas do Sucesso, quienes en solo segundos demostraron su vigencia y su poderío musical, con un sonido poderoso y compacto.
Con el histórico trío al frente, conformado por Herbert Vianna (guitarra eléctrica y voz), João Barone (batería) y Bi Ribeiro (bajo), y la banda que se completa con João Fera (teclados), Bidu Cordeiro (trombón) y Monteiro Jr. (saxo).
La banda arremetió con un show impactante, con una seguidilla de canciones sin parar, compartiendo una energía verdaderamente envidiable, pero que claramente se retroalimenta del amor por la música y hecho de entregarla al público.
Entre temas y temas, como “Vital e sua moto”, " Cinema mudo” y “Ska”, Vianna se dirigía a toda la gente con una comunicación bastante fluida, entre el portugués y el español, agradeciendo por la presencia y expresando su felicidad por volver a Paraguay después de tanto tiempo.
“Alagados”, “Uma brasileira” y “Óculos” también resonaron por los parlantes, llenando el aire de esa potente conjunción de rock con ritmos como el ska y el reggae. Entre tanto, uno no podía evitar sentirse conmovido por la energía que emanaban desde el escenario, sabiendo perfectamente trasladar su química a las canciones. Tanto tiempo después, estos músicos siguen pareciendo unos jóvenes locos amantes de lo que tocan.
Luego de una despedida, la energía parecía incontenible, por lo que sorpresivamente volvieron para un largo bis que se extendió con temas como “Perplexo”, “Ela disse adeus”, “Caleidoscópico” y “Meu erro”. Finalmente fueron al centro del escenario a despedirse bien de cerca, regalar púas, palillos y sonrisas.
Con esta energía, los Paralamas cedieron el escenario a los Enanitos Verdes, quienes tuvieron la gran tarea de tomar esta posta. Supieron estar a la altura con la energía que sus canciones generan, entre el romance y la amistad, en un público encendido.
El guitarrista de todos los tiempos, Felipe Staiti, es ahora quien asume la voz de Marciano Cantero, quien falleció en 2022. El desafío es grande y la emoción también, porque no ha de ser tarea fácil llevar la voz cantante de esa persona con quien empezaste un sueño, es como tomar la herencia y honrarla, y Felipe lo hace con mucho respeto, sin buscar llenar nada, sino entendiendo que las canciones también ya son de la gente.
Canciones como “Creo”, “La muralla verde”, “Guitarras blancas”, “Eterna soledad”, “Amores lejanos”, “Mi primer día sin ti”, entre muchas otras, atravesaron la primera parte del show, que se consolidó con un gran sonido también gracias a Jota Morelli (batería), Guillermo Vadalá (bajo), Bosco Aguilar (teclados), Arita Rodríguez y Damiano Castroviejo en coros.
Tampoco faltaron otros himnos como “Tus viejas cartas”, “Mejor no hablemos de amor”, “Lamento boliviano”, “Mariposas”, teniendo también al público en todas las obras como un gran coro. Así, finalmente no se sentía que la cantidad importaba, ya que la calidad de gente llenaba el lugar.
Con esa emoción latente, el grupo se despidió. Staiti ponderó todo el tiempo a la gente, a la hermosa noche y a la brisa de San Bernardino, esperando volver allí o a cualquier punto del país. Tras la despedida, todavía había gente esperando el grupo que dio cierre a esta velada con el rock de una época.
Así llegó el turno de la banda El Cuarto Soda, que rinde tributo a la reconocida Soda Stereo. Ellos dicen hacerlo desde el más profundo respeto como fanáticos que son. Realmente, cumplen con exactitud en puesta de vestuario, actuación, música y voces. Es un homenaje tal como lo dicen, bastante respetuoso y que sabe conectar con la gente.