En la misma semana en que Argentina eligió al que será su próximo presidente, el libertario Javier Milei, un ‘outsider’ llegado a la política hace dos años con aspecto de estrella del rock, amante de los Rolling Stones y que en su juventud integró la banda Everest -que rendía homenaje a ‘Sus Majestades Satánicas’-, Buenos Aires reunirá en pocos días a un elenco de excepción en varios escenarios.
Tras el paso del ‘huracán’ Taylor Swift por el Estadio Más Monumental, la cancha del club de fútbol River Plate, y de sus seguidores más fieles, los y las ‘swifties’, que la acompañan por todo el mundo -en este caso llegados de muchos otros países donde la estadounidense no iba a actuar-, la capital argentina recupera esa imagen de escenario donde los músicos del mundo quieren tocar.
Pese a una crisis económica galopante, que mantiene un 142,7 % de inflación interanual, un 40,1 % de pobreza y una brecha cambiaria del 200 %, artistas de talla internacional no dejan de pasar por el país e, incluso, como ocurrió en 2022, una cotización especial del dólar, el denominado 'dólar Coldplay' se creó para incentivar a los promotores en la búsqueda de estos espectáculos.
La primera estrella internacional que lucirá en el cielo porteño será el británico Roger Waters, cofundador de Pink Floyd, quien actuará mañana y el miércoles, después de haber sido calificado como “antisemita” y proscrito en los hoteles de la capital argentina que había reservado -como también le ocurrió en Montevideo-, por lo que debió establecer base en Sao Paulo (Brasil).
El músico de 80 años, uno de los creadores de la mítica banda que popularizó Another Brick in the Wall, Wish You Were Here o Money, llega al Estadio Más Monumental, de Buenos Aires, con su gira despedida “This is Not a Drill”, con aforo completo.
Después será el turno para los estadounidenses Red Hot Chili Peppers, que pasarán por el estadio de River Plate el 24 y 26 de noviembre, también con todas las entradas vendidas.
El regreso del guitarrista John Frusciante a la banda después de 10 años agrega un elemento más de interés para esta visita a Argentina tras cinco años de ausencia.
Mucho más esperado, si cabe, es el retorno de Pulp, el grupo liderado por Jarvis Cocker y uno de los referentes de la música británica de los años 90, que no pisa el país suramericano desde 2012, cuando actuó en el mítico Luna Park, también en Buenos Aires, entre otras cosas porque el grupo estaba separado desde entonces.
Su ansiado reencuentro -aunque incompleto, ya que el excelso guitarrista Richard Hawley sólo se suma a alguna de las fechas de su gira- con el público de Buenos Aires tendrá lugar en el Movistar Arena, otro de los grandes recintos de la capital.
Para el fin de semana está prevista la ‘frutilla de la torta’, como suele decirse en el Río de la Plata, con la combinación en un solo fin de semana, gracias al cartel del Primavera Sound Buenos Aires, de los británicos The Cure, Pet Shop Boys y Blur y del estadounidense Beck, amén de grupos de la escena indie y pop contemporánea nacionales e internacionales.
La banda liderada por Robert Smith -a la que contemplan 47 años de vida y ‘hits’ como Boys don’t cry, Lovesong o Lullaby- y el dúo integrado por Neil Tennant y Chris Lowe -que ya suman 41 con éxitos como West End girls, Love comes quickly o Suburbia- exhibirán en formato festivalero su veteranía ante un público variopinto.
Junto a ellos, Blur, el proyecto inicial del polifacético Damon Albarn, que se reúne tras ocho años de caminos separados de sus integrantes, y el californiano Beck completarán el cartel principal del festival nacido en España y que empezó su internacionalización el año pasado con versiones en Argentina, Brasil y Chile, y este año repite los dos primeros y agrega Paraguay y Colombia.