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Con los celulares en alto, el público recibió a WOS poco después de las 21:00, quien salió al escenario vestido con un pantalón cargo y una camisilla blanca para desplegar en escena toda su potencia rapera con “BUITRES”.
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Los gritos de “Wosito, Wosito” se repitieron casi como un mantra a lo largo de las dos horas de concierto, en el que el artista celebró su esperado reencuentro con el público paraguayo luego de casi 4 años y tres intentos que no lograron concretarse. “Hoy no nos para nada, gracias por la paciencia”, expresó WOS en un momento de freestyle entre una de sus canciones.
Tras un dueto virtual con Ricardo Mollo en “CULPA”, WOS saludó al público e instó a cuidar a los que están al lado y también sus pertenencias. “Vamos a disfrutar de esta noche hermosa”, acotó.
Luego dio paso a “ANDRÓMEDA”, una canción en la que abraza la vida en su plenitud, con lo bueno y lo malo. “Hay que ser valiente para pelear con tu sombra”, reza en una de las frases más potentes. Luces de colores y un WOS absorto en ese universo marcaron el inicio de la animada “CONVOY JARANA”.
Es difícil encasillar la música de WOS en un solo estilo, ya que si bien su base es el rap, atraviesa desde el rock más furioso, marcado por la estridencia de las guitarras; hasta un funk bien bailable. O una balada que cala en lo más profundo como “ARRANCARMELO”, en la que se acompañó solo por una guitarra acústica y el enorme coro de voces del público.
Pero gran parte de la fuerza musical de este artista radica en su lírica, cargada de frases contundentes en las que habla del amor, el dolor y la realidad social.
“OKUPA”, “ALMA DINAMITA” y “LLENO DE ZAFIROS” también formaron parte de este concierto, en el que WOS se presentó acompañado en escena por cuatro músicos: la bajista Natasha Iurcovich, el baterista Tomás Sainz, la guitarrista Chipi y el tecladista Fran Azorai.
Iurcovich se lució con un solo en “PUAJ”, para más adelante compartir un momento de baile con el cantante en “FRESCO”, una canción que dio paso al tramo más funk de la noche, al que luego se sumó la enérgica “CAMBIANDO LA PIEL”.
WOS dedicó “TERRAZA” a las amistades a distancias que están por el mundo, para luego deslumbrar con una sesión de beatbox junto a su baterista. A lo largo de las casi dos horas de concierto, también, agarró la guitarra y desplegó unos riffs bien rockeros, dando paso a “40″.
“Es un placer estar acá finalmente. Ahora va una canción romántica para la ocasión”, expresó WOS, antes de dejar salir a la furiosa “QUE SE MEJOREN”. Un gran pogo se armó en la zona de campo, donde también se desplegó una bandera con la inscripción “ANR nunca más”.
Las linternas de los celulares se fueron encendiendo espontáneamente para acompañar “PARED DE CRISTAL”, que contó con un largo segmento instrumental en el que WOS también exhibió su talento para la percusión.
La enérgica “CONTANDO OVEJAS” llegó luego para hacer estallar al público, a lo que se sumó un segmento de freestyle y las luces con los colores de la bandera paraguaya. A “Praise you”, de Fatboy Slim, WOS le imprimió su estilo en “NIÑO GORDO FLACO”, una canción grabada junto a CA7RIEL en la que se pregunta dónde poner el amor.
La teatralidad es otro de los aspectos notorios en la presencia de WOS en escena y que alcanza su punto máximo cuando aparece disfrazado con un traje y una peluca detrás de un atril al inicio de “CANGURO”, una canción que se destaca por su crítica a la hipocresía de las autoridades y a la meritocracia. “Y no, no hace falta gente que labure más. Hace falta que con menos se pueda vivir en paz”, exclama en una de las frases.
La fiesta siguió con “MELÓN VINO”, uno de sus primeros éxitos, para luego bajar los decibeles con la emotiva “MIRÁ MAMÁ”, antes de agradecer a todo el equipo técnico y al público. “A todos por estar acá. Gracias por la paciencia”, expresó.
Para el tramo final del show dejó sus “canciones más catárticas”, en la que fue lentamente subiendo de intensidad desde “GATO NEGRO”, pasando por “MUGRE” y tras una pausa cerrar el show con la potente “PÚRPURA”, que nuevamente encendió el pogo entre el público. Tras la euforia del final, la gente se retiró “aguará” del estadio al grito de “¡Sí, se pudo!”.