LP desató una tormenta de talento y carisma

Única en esencia, carisma y talento. Así se mostró la cantante estadounidense LP, quien actuó anoche en la ex Cervecería Sudamericana contra todo pronóstico, literalmente. La artista, quien volvió cumpliendo su promesa, coronó un concierto que quedará marcado no solo en las retinas o en los oídos, sino también en los corazones de los 1.500 asistentes que fueron abrazados por su calidez y por su inmensa calidad no solo artística sino humana.

LP vino al Paraguay por segunda vez para seguir consolidando su relación con sus seguidores.
LP vino al Paraguay por segunda vez para seguir consolidando su relación con sus seguidores.FERNANDO ROMERO

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Cerca de las 18:00 de ayer el cielo empezó a cubrirse con un manto de nubes negras. Una lluvia intensa no tardó en desatarse cuando saltaron todas las alarmas tanto de los fanáticos como de la producción. El concierto se adelantó para prevenir cualquier inconveniente.

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Este fenómeno climático parecía no querer dar tregua, pero hacia las 20:00, como por arte de magia, el panorama fue dinstinto. El manto negro y despejado era ya del cielo nocturno que fue atravesado por las luces que adornaban el escenario que recibió a la gran cantante y compositora siendo las 20:30.

Lo que sí impactó como un rayo luminoso fue su sensibilidad en escena. Inició con “When We Touch” y “Goodbye”, generando la emoción y un disfrute visible de un público muy animado. Siguió con la muy celebrada “Girls Go Wild”, sostenida en una banda impecable, que sonó no como una grabación sino incluso mejor que eso.

Por momentos, LP daba rienda suelta a este grupo de músicos que la acompañó, integrado por Alex Feder (guitarra), Brian Stanley (bajo), Neal Daniels (batería) y Aspene (teclas y programaciones), quienes eran también parte protagonista de todo lo que propondrían en la noche.

Una agrupación fuera de serie acompañó a la artista, quien reafirmó su cariño hacia Paraguay.
Una agrupación fuera de serie acompañó a la artista, quien reafirmó su cariño hacia Paraguay.

Luego de otras canciones como “When We’re High” o “Strange”, pasando también así de un ukelele a la guitarra y de ella a la armónica, empezó a ofrecer todo lo que tenía para terminar de conquistar a la gente. El poder de su voz es para ella como el juego de un niño pequeño, quien en su imaginación tiene todas las herramientas para crear lo que quiera y eso hacía. Su capacidad sorprende y su registro, colores y posibilidades parecen no tener límites, cantando con un amplio rango con una actitud rockera hasta la de una cantante de ópera, dominándolo todo.

El silbido por el que muchos la admiran no faltó y en vivo parecía sorprender aún más. “¡Asunción, Asunción, rohayhu!” dijo en varios tramos, mencionando el nombre de la ciudad como “Asunshon” y haciendo reír a la gente por su franqueza. “¡Qué linda palabra!” dijo también sobre “rohayhu” que en guaraní expresa cariño y amor hacia otro.

LP estuvo risueña todo el tiempo y con mucha energía, algo que supo transmitir y compartir con la audiencia.
LP estuvo risueña todo el tiempo y con mucha energía, algo que supo transmitir y compartir con la audiencia.

Energía constante y verdadera

“How Low Can You Go”, “Can’t Let You Leave” y “Recovery”, entre otros temas, fueron parte también de un repertorio que navegó entre sus álbumes “Churches”, “Lost on You” y “Heart to Mouth”. Entre canción y canción su entrega era asombrosa, pues no paraba de correr sobre el escenario, saludar y acercarse a los fans, hacerlos cantar (y sí que cantaron).

“Estoy tan feliz de que ya no esté lloviendo, así que ¡gracias por estar aquí! Significa el mundo para mí. Perdón por aquel festival, pero estamos aquí hoy”, expresó recordando el año pasado cuando vino para Asunciónico, aunque no obstante esa vez pudo iniciar una conexión actuando de imprevisto en Kilkenny.

Una puesta en escena sencilla, donde primó el juego de luces, fue lo que tuvo LP como apoyo.
Una puesta en escena sencilla, donde primó el juego de luces, fue lo que tuvo LP como apoyo.

“Churches” sonó hacia la recta final, donde también exclamó: ”¡Que se joda la lluvia!”. Entre aplausos y gritos que no cesaban cantó “Tightrope” y “One Last Time”, en tanto una bandera de Paraguay llegaba hasta ella para servirle de capa, cual superheroína que fue esa noche cantando a pesar de cualquier miedo.

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“Lost on You” puso final a una noche memorable, donde una artista como LP demostró que conectar es cuestión de mostrarse al público con honestidad y en coherencia con sus canciones. Ella, en sus temas, nos habla ya sea de tener un amor como de atravesar la soledad, de aprender a lidiar con los demonios internos, de brillar, de extrañar, de no rendirse.

En todo momento demostró que más allá de su talento descomunal, lo que hace que toda su propuesta llegue aún más es su sencillez y esa cercanía que quiebra ese “pedestal” en el que se pone a muchos artistas. “Mi iglesia es amor” afirma en su canción “Churches”, y es evidente que eso lo lleva a todos lados para sembrar en su público un cariño desmedido.

Cabe resaltar que como banda telonera actuó la propuesta nacional de Dalí, que al vuelo de temas propios en clave pop rock, de sus dos álbumes, supo estar a la altura de las circunstancias. Incluso, les tocó actuar aún frente a poca gente que iba llegando al recinto. Comandados por la poderosa voz de Sol Pérez, el grupo puso la mejor “cara de rock” ante el mal clima.

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