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¿Cómo era esa mujer de la que hoy hablamos ya casi como una leyenda? Más allá del rigor histórico y de su papel en nuestra historia, esta ópera retrató a una mujer como cualquier otra viviendo los embates propios de su época.
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El transitar la figura que fue, al lado del mariscal López, el amor por sus hijos y la pasión hacia el arte son también factores que esta puesta resalta, buscando poner bajo el foco el lado humano de un personaje como madame Lynch que fue hija, madre, esposa, emigrante, pero ante todo mujer soñadora y luchadora.
La pieza empieza en 1886, con Elisa en su casa de París contando que irá a visitar al compositor polaco Chopin, de quien se escuchan fragmentos en medio de la obra musical, como figuras que flotan en su mente y como una expresión de su amor por el arte.
La ópera, en quince escenas, fue interpretada con rigurosidad musical por la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) bajo la gran dirección de Willian Aguayo.
Un desafío interpretativo
El personaje de madame Lynch fue abordado por la mezzosoprano argentina Anahí Fernández, quien tuvo la ardua tarea de desarrollar una personalidad llena de carácter pero por otro lado vulnerable, sensible y amorosa. La cantante logró esa mezcla de fuerza y ternura, pintando con su maravillosa voz todos estos colores que, sin dudas, llegaron a un público que se vio emocionado.
Fernández domina su caudal y sus matices vocales con una maestría como si no le demandara esfuerzo. Esa manejo impecable hace que pueda acompañar a su interpretación con una actuación del personaje muy convicente. Parecíamos estar ante la materialización de Lynch, que nos arrullaba y envolvía con su canto de esperanzas, de frustraciones, de tristezas y de alegrías.
A ella lo acompañaron en diferentes escenas el barítono Enrique Alfonso (mariscal López), el tenor Diego Delvalle (Federico López), el tenor Héctor Silva (Juan Francisco “Panchito” López), la soprano Bianca Núñez (Elisa niña) y la contralto Adelina Pando (Jane Lloyd, madre de Elisa). También participó especialmente el Coro de la Schola Cantorum del Arzobispado de Asunción.
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El ensamble de personajes complementó a la protagonista haciéndola resaltar aún más, sobre una música compuesta para la emoción. En un regsitro clásico, la obra de Nancy y Daniel Luzko está salpicada de la emotividad, las tribulaciones y los deseos del personaje protagonista de esta ópera comisionada por el fallecido embajador Miguel A. Solano López, bisnieto de Lynch, quien aportó datos íntimos sobre la vida de su bisabuela.
Hoy hay una última oportunidad para ver la puesta en el Teatro Municipal “Ignacio A. Pane” (Pdte. Franco e/ Chile y Alberdi) a las 20:00. El acceso es libre y gratuito. Se recomienda llegar temprano pues las puertas se cierran al iniciar la función.