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En el año 2001, en las sierras de Córdoba, Argentina, nació el Cosquín Rock, que este año celebró su edición número 20. “No me imaginé que hacíamos el segundo en 2022. Se fue un presidente (de la República) en helicóptero 30 días antes del festival, fue una cosa oscura y logramos sacarlo adelante”, recordó el productor argentino José Palazzo, en alusión a la grave crisis económica y política que aquejaba al vecino país.
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Dos décadas después, el Cosquín Rock se ha expandido a más de seis países de América y España. Y Paraguay también se apresta a celebrar su tercera edición en 2023, en uno de tres espacios que están siendo evaluados en Asunción.
“La idea es pegarlo al Cosquín Rock de Argentina, para que viajen y vengan para acá con todo ese bagaje. Y, segundo, para hacer sinergia con algunos artistas que, a lo mejor, nos permite regionalizar contrataciones y armar un esquema de trabajo más piola”, explicó Palazzo.
También detalló que los tiempos ya no daban para realizar el festival este año, y que aún se están ajustando detalles de la grilla de programación. “Creemos que va a ser una edición histórica del Cosquín Rock”, acotó.
Germán Lesme, de la productora local 4K, destacó al festival como “una avenida cultural para el rock en español”. Agregó que la intención es que con el festival, las bandas locales también encuentren un sitio dónde tocar, expandir su mercado y generar intercambios.
“Eso es lo que buscamos con José y ese es el lugar que ocupa el Cosquín Rock acá, nivelar a la escena local con las bandas más exitosas del continente”, acotó.
Agregó que las entradas estarán a la venta desde el 12 de septiembre, luego del festival ReciclArte.
Rock, trap y mucho más
Palazzo conversó acerca de cómo se ha ido transformando la programación del festival, adaptándolo a nuevos géneros y propuestas artísticas.
Detalló que en 2017, a partir de la incorporación de Colombia y México al festival, “los socios locales incorporaron un montón de artistas de otros géneros y rompieron un poco el molde”.
“En 2018 y 2019 empezó a incorporar tendencias y cosas nuevas. Habíamos puesto teatro, stand up, pelea de gallos, acrobacia como Fuerza Bruta, habíamos hecho un montón de innovaciones permanentes”, comentó.
Actualmente el festival cordobés alberga a ocho escenarios y a un equipo de programación mucho más grande. Del mismo, según detalló, forman parte la compañía Boomerang, el Club Paraguay “que es un club de Argentina que programa cosas muy locas y variadas”, gestores culturales y jóvenes independientes.
“Nos sentamos todos en una mesa y a partir de ahí salen un montón de ideas, muchos de los artistas que yo ni siquiera conozco, pero los veo programados en el Cosquín y los empiezo a escuchar y ver”, agregó.
Destacó además la sorpresa que le generó ver el fanatismo del público con artistas como el rapero Dillom. “A mí me dio una energía bárbara poder ver todas las cosas que suceden. Me hizo a acordar cuando en el primer Cosquín Rock en el 2001, uno veía el pogo que se generaba con Catupecu Machu, con los Piojos, con Divididos, con Las Pelotas y con Bersuit”, expresó.
Finalmente prometió que habrá presencia de artistas paraguayos en la próxima edición del festival, antes de desembarcar nuevamente en Asunción.