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Un piano vertical en la casa donde cantaba con sus hermanas, una madre cantante, un padre coleccionista de vinilos y casetes, la televisión encendida y en ella videoclips donde hechizaba el “Duque Blanco” David Bowie. Todo esto moldeó la vida de la cantante, música y compositora española Sheila Blanco, quien trae a Paraguay su homenaje a “las poetas del 27″.
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Amante también de la música popular y el jazz, Sheila comenzó su vida cultural entre la música y la pasión por la comunicación. En el camino se encontró con el documental “Las sin sombrero” (que tiene también su libro), dirigido por Tania Balló.
“Las sin sombrero” fue “una marca que inventó la propia Tania para denominar a estas mujeres y posicionarlas”, expresó Sheila para hablar del trabajo que muestra la vida de mujeres artistas e intelectuales de la Generación del 27.
Blanco, inspirada por este material, grabó el disco “Cantando a las poetas del 27″, donde pone voz y ritmo a los versos de las poetas Carmen Conde, Ernestina de Champourcin, Concha Méndez, Elisabeth Mulder, Pilar de Valderrama, Margarita Ferreras, Josefina Romo Arregui y Dolores Catarinéu.
“Ver el documental me cambió totalmente la perspectiva. Tuve oportunidad de conocer a Tania quien estuvo ocho años investigando sobre ellas y sí que empezó desde la nada, mucho antes que yo. Es una cosa muy bonita pensar cómo de unas a otras nos pasamos el ser testigo, porque yo espero que este proyecto sirva a personas que quieran ir todavía más allá”, dijo.
Un gran impacto
“Cuando yo conocí a estas poetas hace apenas cinco o seis años para mí fue un antes y un después, porque yo siempre fui muy admiradora, muy lectora de la Generación del 27. Yo adoro a Federico García Lorca, que es quizá su máximo exponente dentro de España, y conocerlas a ellas para mí fue como un shock”, admitió Blanco, quien sintió “enfado” al notar cómo no nos enseñan sobre ellas.
“¿Cómo puede ser que haya tanto desequilibrio en la difusión de la poesía masculina y la poesía femenina? Entonces para mí es tan hermoso recuperarlas, darlas a conocer, porque además a estas poetas no las ha cantado nadie. Me da esa sensación de hacer algo útil, algo que realmente influya en la gente y les pueda mejorar sus vidas”, manifestó.
Mujeres con luchas únicas
A medida que Sheila fue descubriendo a estas poetas, fue también conociendo sus historias de vida, por las que se interesó además de su arte. “Son mujeres súper luchadoras y valientes. Además, pienso en qué duro habrá sido vivir esos albores del siglo XX donde cada vez más las mujeres encontraban su espacio en equidad con el hombre. En España se aprueba por ejemplo el acceso a la universidad de las mujeres en 1910, en el ‘31 ganan la posibilidad de votar, entonces llega la Guerra Civil en el ‘36 y cercena de raíz todo eso”, observó.
“Me imagino para esas mujeres preparadas, cultísimas, cultivadas, que de repente su mundo cambie y vuelvan a estar relegadas al ámbito de lo privado, otra vez a tener que quedarse en casa siendo imposible publicar, teniendo que cuidar a sus hijos, su casa. Muchas de ellas se exilian, algunas deciden irse a Cuba, a México, otras se quedan y soportan esa nueva consideración para la mujer. Y tener que aguantar otra vez volver a ser ciudadanas de segunda hizo que de cada haya aprendido muchísimo y son un ejemplo, un referente que todos y todas debemos conocer”, planteó.
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Sobre los temas que ellas escribían, dijo, le gusta comparar con lo que escribían los hombres. “A ellas obviamente les preocupaban las mismas cosas: el amor, la inspiración pura de un poeta, la belleza, el exilio está muy presente también. Pero en la perspectiva está la diferencia entre un hombre y una mujer: ellas eran madres de familia y tuvieron que en ocasiones soportar eso, el peso de la desigualdad en todas sus vertientes, desde el punto de vista de la estética, de la infidelidad dentro del matrimonio, esa vara de medir distinta que imponen a las mujeres, que imponían, que hoy en día también sigue vigente”, consideró.
Al cantar estas poesías dentro de ella “se producen muchas cosas, muchas sensaciones”. “Yo me siento realmente como una especie de médium porque yo las siento allí, siento que ellas llegan y pasan y están ahí, habitan en mí y habitan en la canción, habitan en el poema. Están su impronta, sus emociones. Es muy lindo para mí pensar que yo soy ese canal, esa vía por la que ellas llegan a toda la gente que nos escucha”, remarcó.
Blanco aprovechó también para hacer una comparación que “puede que sorprenda”, pero para ella el escenario “tiene algo de cementerio en el sentido de un lugar como remanso de paz, un lugar tranquilo, un lugar donde uno va a conectar con una parte muy íntima”.
Por otro lado, afirmó que este es su disco “más personal” para el que ella volvió a sentarse al piano y componer, luego de estar mucho tiempo metida con el jazz y la música popular. Por lo que para encontrar la música para estas poesías atravesó un íntimo proceso.
“La protagonista era la poesía y las emociones del poema. Entonces cuando quería encontrar esa melodía, esa música, trabajé mucho con una disciplina que viene del jazz, con improvisación, pero sobre una melodía y una armonía mucho más afín a mí, más conocida por mí, más sencilla, popular pero no por eso menos hermosa”, detalló.
A la hora de pensar en sus influencias, Sheila puntualizó en el británico David Bowie, quien la conquistó con su videoclip de “Ashes to Ashes”. “Me identifico profundamente con su constante renacer. Era un tipo súper rompedor, totalmente fuera de serie. Desde el principio fue muy revolucionario”, destacó la artista, quien coincidentemente vestía una remera con una gran estrella, lo que le hizo recordar al disco “Blackstar”.
Finalmente, afirmó que es “un sueño cumplido” poder viajar con su arte por el mundo. “Es una sensación muy bonita porque estoy comprometida con la música desde hace mucho tiempo, además me encanta viajar. Entonces es verdad que cuando confluyen esas dos pasiones te das cuenta de que la música te da la posibilidad de cantar, de conocer gente, de tocar en sitios maravillosos. Estás muy conectada con el presente”, reafirmó.
Como parte de esta fiesta musical se presentará el dúo Motumba, una propuesta nacional conformada por la arpista Carmen Monges y el pianista Carlos Centurión, ambos compositores. El evento es gratuito previo agendamiento al (0974) 599961.