Cantautores paraguayos defienden luchas, amores e ideales en “Canciones del camino”

Una noche de homenajes y emociones fue la vivida el pasado miércoles 2 de marzo con el concierto “Canciones del camino”. Entre poesía cotidiana, rasguidos intensos de guitarra y aplausos, esta comunión elevó su tributo no solo a la canción sino a una de las grandes referentes de la música popular paraguaya: Lizza Bogado.

Víctor Riveros, María Ríos y Lizza Bogado en un tramo del emotivo concierto.

Concierto de cantautoresTeatro Municipal
Víctor Riveros, María Ríos y Lizza Bogado en un tramo del emotivo concierto. Concierto de cantautoresTeatro Municipal FERNANDO ROMERO

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“Canciones del camino” es un concierto que tuvo su primera edición en la Manzana de la Rivera en 2019. El confinamiento a causa del covid-19 hizo que todo pare y muchos planes queden frustrados.

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Pero se nota que para esta vez el colectivo de cantautores detrás del evento tomó impulso y redobló la apuesta llevando sus obras al gran Teatro Municipal, ante un público que si bien no llenó las butacas se destacó en entregar gratitud y amor hacia las interpretaciones.

El primero en salir a escena fue Aldo Franco, presentado por su colega María Ríos. La polca “Dibujarte con mi voz” sonó en la voz de este músico quien se dedica a la medicina. Con letras cercanas y sinceras, Aldo encuentra así otras formas de sanar.

Nino Rodríguez en su primera aparición en el concierto.
Nino Rodríguez en su primera aparición en el concierto.

De una historia que nos hablaba de un amor a distancia, llegó el turno del carismático Nino Rodríguez, previamente presentado por Franco. Entró con un enérgico “¿Mba’éichapa?” y empuñando su guitarra, Nino le cantó a su San Joaquín natal. Entonó “Che valle”, para recordar la calidez y la tranquilidad del lugar y su gente. Fue despedido con aplausos del público y su familia que se hizo sentir.

Luego llegó el turno de Dani Moreno Vinader, quien reflexionó sobre la importancia de los recursos hídricos y expresó su preocupación sobre el medio ambiente, algo que ocupa en parte de su obra. En ese sentido cantó “Mirando el río”.

Dani Moreno Vinader durante el recital "Canciones del camino".
Dani Moreno Vinader durante el recital "Canciones del camino".

Ulises Silva ingresó seguidamente para denunciar una realidad que nos agobia, la de una sociedad que sufre los embates de un sector privilegiado. Por ende cantó “La balanza” y expresó que es evidente que en nuestro país la balanza “se inclinó hacia un lado... y saben cuál es”, lamentó.

Ulises Silva entregó su alegría a la platea del Municipal.
Ulises Silva entregó su alegría a la platea del Municipal.

Entre los gritos y silbidos de aprobación que se llevó Ulises, entró Víctor Riveros, uno de los responsables de este concierto y de aunar a este colectivo de cantautores. Con una larga trayectoria en la canción social urbana, Riveros se preocupa tanto por el amor como por la sociedad. “Nuestros temas no son hits radiales pero tenemos nuestro propio discurso, nuestras ideas y palabras”, subrayó para luego hacer “Corazón mediterráneo”, un tema inspirado en la frase “Paraguay es una isla rodeada de tierra”, de Augusto Roa Bastos.

Víctor Riveros se presentó con sus canciones preocupadas por la sociedad y los vínculos.
Víctor Riveros se presentó con sus canciones preocupadas por la sociedad y los vínculos.

Última en la nómina pero no menos importante ingresó la cantante feminista María Ríos, como un vendaval de alegría y emoción. Cantó “Mujeres rebeldes”, cuando pareciera que “oportunamente” su micrófono empezó a fallar. “Justo cuando canto yo falla el sonido y eso no pasó con ninguno de mis compañeros hombres”, ironizó, para aprovechar y exigir los mismos derechos para las mujeres en todas las escenas musicales.

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Mientras que la canción fue dedicada a la activista Guillermina “Nenena” Kanonnikoff, perseguida, encarcelada y torturada durante la nefasta dictadura de Alfredo Stroessner. Con la homenajeada presente, María explicó que siempre que ella escribe una canción es para sanar porque para ella la música es medicina. Ante los aplausos María entregó otra canción, “Acordate”, dedicada a su hija.

María Ríos insufló de fuertes emociones al concierto.
María Ríos insufló de fuertes emociones al concierto.

Finalmente llegó el momento de invitar a escena a la homenajeada Lizza Bogado, quien cantó a dúo con María la canción “Herencia”, con Riveros en la guitarra. La emotiva música habla de los vínculos familiares y su importancia para nuestro desarrollo, fue por eso que la gente celebró este momento.

Bogado aprovechó para honrar también a este concierto como al trabajo de todos los cantautores. “En un país salvajemente conservador, ¡qué difícil es presentar nuevas canciones!”, exclamó, por lo que agradeció a estos como a todos los valientes que en este país se animan a componer. Lizza quedó después sola en escena para, guitarra en mano, cantar “Madre” a la suya y a todas las presentes.

Víctor Riveros, María Ríos y Lizza Bogado.
Víctor Riveros, María Ríos y Lizza Bogado.

Algunos dúos llegaron después, como el “Mitã’i rova ky’a”, de Aldo, entonado por él y Víctor, para dar paso a Nino quien entregó “Che mba’ema kóa”, defendiendo la lucha de los campesinos por sus tierras. Acto seguido ingresaron Dani y María para hacer “Ellos van”, canción que sirve para acompañar la marcha del pueblo, al decir de Moreno Vinader.

“Cambiar, cambiar”, el más reciente sencillo de María Ríos, recorrió más tarde por todo el teatro en tanto su voz junto a la de Víctor dejaban a todos emocionados. A este último se unió Nino para cantar “Guerra guasú rire”. “Seguimos sufriendo las consecuencias de la Guerra de la Triple Alianza”, señaló Riveros, su compositor, e incentivó a superar este trágico suceso.

La gente se conmovió gracias a las canciones de estos cantautores paraguayos.
La gente se conmovió gracias a las canciones de estos cantautores paraguayos.

“Acaso es tarde”, en base a un poema de Delfina Acosta, compartió Riveros junto a Bogado quien volvió al escenario, hacia la recta final de este concierto. Él recordó que grabaron esta canción juntos hace diez años y era un honor volver a interpretarla en este contexto.

Tras entregar una placa a Lizza Bogado por su trayectoria y aporte a la cultura paraguaya, todos los artistas se unieron en escena para hacer “Buenos días Paraguay”, de Silva. “Necesitamos muchas canciones de esperanza”, afirmó a propósito Lizza, recibiendo la aclamación de la platea que exigió una canción más.

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Así culminaba este camino, con todos unidos en “Un solo canto”, obra de autoría de la homenajeada. Una canción que derriba la afirmación de que el infortunio se enamoró del Paraguay e invita a que salgamos adelante unidos.

Se nota que hubo una planificación y un cuidado en hacer de este un show dinámico, ya que eran varios artistas. En ese sentido, la única nota negativa fue la operación del sonido y algunas fallas en micrófonos y conexiones de guitarras, cosas que podrían mejorarse en una próxima oportunidad para hacer de este un concierto impecable. El concepto es aplaudible y también, ojalá, en esa próxima haya más mujeres.

El nombre del concierto fue así una hermosa alusión al transitar de estos artistas. Son canciones que, algunas tienen ya muchos años, otras salieron hace poco, pero todas han emergido de una situación específica para cada uno o de algún sentimiento generado a consecuencia de un suceso cotidiano o social. Los caminos de estos cantautores se fueron cruzando y las canciones empezaron a hacer que uno pueda identificarse en la lucha del otro.

Celebro lo oportuno del nombre y de cómo las canciones van construyendo su propio camino, a la par que sus autores. Larga vida a las canciones que cuentan historias personales y colectivas.

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