“El tango me salvó muchas veces”

El vínculo de la paraguaya Daisy Lombardo con el tango nace “un poco como resistencia”, según afirmó. En esa línea, recordó que este género la salvó en momentos claves de su vida y su desarrollo personal. Hoy ella celebra a la poesía de un estilo por el que se dejó abrazar, cantando obras de Homero Expósito en el álbum “Canción de esquina”, junto al pianista Giovanni Primerano.

La cantante Daisy Lombardo lanzó su álbum "Canción de esquina", un homenaje al tango y a Homero Expósito.
La cantante Daisy Lombardo lanzó su álbum "Canción de esquina", un homenaje al tango y a Homero Expósito.MartinCrespo

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Un disco de Julio Sosa, apodado “El varón del tango”, llegó a las manos de Daisy gracias a su papá. Era un compilado de éxitos que incluía “Nunca tuvo novio”. Ella no conocía el género y su curiosidad la llevó a bucear en él. Tenía 15 años y todas las dificultades de esta etapa, ya que recordó sufrir “bullying” en el colegio. La canción le hizo cuestionar inseguridades dentro de una formación “tradicionalista”.

“Escucho la letra y en ese momento reflejaba una realidad que yo estaba transitando. Reflejó uno de mis temores de ese entonces, de mis 15, temores que no son los de ahora”, explicó Daisy entre risas, rememorando cómo llegó a ella el tango.

“De alguna forma esa letra me abrazó. Fue como un espejo donde pude ver todas esas cicatrices que yo tenía y pude de algún modo reconciliarme con todo ese miedo”, resaltó, para explicar que el tango la invitó a una introspección. “Desde ahí sentí que se despertó en mí algo que ningún otro género despertaba”, afirmó.

Daisy es hoy en día una reconocida intérprete de tango en Paraguay, pero su camino se hizo con esfuerzo y dedicación a la pasión que despierta este estilo.

En el año 2011 conoce Café Proa, donde descubre toda una comunidad tanguera en nuestro país. “Conozco gente que baila aquello que a mí me emocionaba tanto cantar y que no podía cantar porque no estaba rodeada de un círculo que pudiera sostenerme musicalmente en ese sentido”, dijo.

Ese hecho la llevó a profundizar en el tango y la milonga. “Eso me condujo a meterme de lleno a su mundo, a reconocer, diferenciar las orquestas, interesarme por la historia del tango, conocer la época dorada, los diversos cantores. Una vez que una está adentro es muy difícil salir, es un vicio muy lindo”, calificó.

Con el tiempo el tango se fue apoderando de Daisy, quien se sentía cada vez más abrazada y empoderada por el género, estudiándolo y cantándolo.

Un día de 2014 junto a su “hermano del tango” Nicolás Boaretto agarraron un cartón de una caja de leche, le dieron la vuelta y por él escribieron: “Hoy milonga”. El acontecimiento se dio en la esquina de Chile y Palma, y con el paso del tiempo se convirtió en “Tango en la calle”. “Fue una época muy linda. Yo estuve un año y luego salí, pero quedaron Luli Benítez Vargas, quien sostuvo la movida junto a los profesores Mercedes Ballena y Elías Miranda, y también Nicolás”, recordó sobre cuando Palma era peatonal y la gente bailaba en la calle.

“Entonces a la hora de ponerle nombre al disco pensé: ¿qué nombre? Y ninguno que pudiera ponerle hacía justicia a la obra de Homero Expósito. Entonces empecé a leer las letras y me dí cuenta que ‘Canción de esquina’ (parte de la letra del tango ‘Naranjo en flor’) es un poco el reflejo de lo que fue mi tránsito con el tango para llegar hasta este disco”.

Cabe resaltar que el tributo se da en el trigésimo cuarto aniversario luctuoso de Expósito, el cual coincidió con el lanzamiento oficial del disco el pasado 23 de setiembre.

Letras que reflejan sentimientos

Homero Manzi, Eladia Blázquez y Homero Expósito son los tres poetas favoritos de Daisy dentro de lo que es la gran extensión de poetas en la historia del tango. Le fue difícil elegir entre estos referentes, por lo que se puso a indagar en el contexto histórico y social de cada uno. Allí descubre de Expósito nace durante la pandemia de la gripe española, mientras que el disco de Daisy se gesta durante la pandemia en 2020.

“Elijo la poesía de Expósito porque él surge en un tiempo donde la dificultad para hacerle frente a lo que es la letra de tango es mayor, porque su historia como escribiente inicia prácticamente con la llegada del rock, Los Plateros, Elvis Presley, entonces era como una coyuntura artística muy distinta. Él sin embargo se quedó, le hizo frente a eso y también escribió otras cosas. Es como una muestra de cómo hay que saber ser versátil para sobrevivir”, profundizó también la artista sobre su elección.

Algo con lo que Daisy conecta es con la metáfora misma, que es “el rasgo de Homero”, argumentó. “Yo romantizo mucho muchas cuestiones porque a veces es más fácil escapar de la realidad. La metáfora creo que es una buena alfombra para salir volando de lo que nos hace daño y al ser el rasgo resaltante de su poesía me ví reflejada en eso, en usar como escape justamente esa pluma suya. Me sostuve muchas veces en sus letras para hacer frente a adversidades y la poesía de él me salvó, el tango me salvó muchas, muchas veces”, confesó.

A la hora de interpretar su obra, Lombardo consideró que es imprescindible investigar ya sea leyendo, viendo documentales, para “poder tener noción de dónde estaba emocionalmente esa persona o dónde estaba socialmente ubicada, entonces a partir de eso yo creo que la misión del intérprete es tratar de ser lo más fiel posible a esa pluma”, entonces “una vez que uno entiende dónde estuvo parado el autor, uno puede hacer una transpolación de eso respecto a su realidad”.

En ese sentido, declaró que este proceso es una introspección, y es en ese camino donde uno “se va topando con cosas que le pasaron y va logrando hacer suya esa historia que era ajena en un principio”. Desde ahí “uno es capaz de tocar esos espacios que tiene la gente que no son recordados siempre pero que sin embargo no se olvidan, que están ahí en algún lugar escondido de los adentros”.

Daisy Lombardo, joven intérprete del tango en Paraguay.
Daisy Lombardo, joven intérprete del tango en Paraguay.

Identidad tanguera-paraguaya

El viaje del álbum junto a Giovanni Primerano, destacado pianista paraguayo que navega entre el jazz y el folclore, es de una importancia que Daisy no dejó de subrayar. “Yo creo que soy muy afortunada al poder contar con el piano de Giovanni. Es para mí uno de los mejores músicos, si no es el mejor, de nuestro tiempo”, planteó, para luego resaltar su don de gente.

Gracias a ese valor, añadió, “es posible hacer una construcción colectiva”, algo fundamental dentro de este proceso artístico. “Una vez que le comenté el concepto nos manejamos como lo hacemos siempre: yo respeto su identidad, él la mía, vamos caminando juntos y en los intermedios hace los solos maravillosos que hace y sin embargo no deja de estar conectado con esto que estoy haciendo yo”.

Además, una gran conexión entre el mundo de Giovanni y el de Homero, dijo Daisy, es que “Expósito era un amante del jazz y tuvo en Buenos Aires una tienda de venta de discos de jazz, entonces una forma de realzar el homenaje a Expósito es la presencia de Giovanni en este disco”.

El álbum contiene así piezas como “Naranjo en Flor”, “Chau, no va más” y “Maquillaje”, entre otras, en las que el dúo mantiene un respeto al género. “Queremos ofrecer nuestra impronta, eso que somos hoy, eso que soy yo interpretando y lo que es Giovanni haciendo su música. Tratando de ser por mi parte lo más leal posible a lo que son las formas del tango en interpretación, fraseo, tener en cuenta los matices, respetar los puntos, las comas, la forma de cantar en sí”, detalló también Daisy.

La calle es un lugar que para Daisy significa mucho, porque es donde pudo gestar encuentros a través de un género que abraza a la gente.
La calle es un lugar que para Daisy significa mucho, porque es donde pudo gestar encuentros a través de un género que abraza a la gente.

Encontrarse en la música

El tango como reflejo del sentir de una época y de una sociedad es también lo que atrae a Daisy de este género, pero algo que le llama la atención es cómo el mismo trasciende a los años ya sea uniendo gente o representando anhelos.

“Pienso en lo que es la comunidad del tango a nivel internacional, donde la patria es el abrazo, porque a donde sea que viaje alguien, si busca una comunidad tanguera y encuentra con quién abrazarse, no importa el idioma que hable, con el abrazo logra conectar y socializar sin tener que hablar”, planteó.

En cuanto a la lírica, pensó en “Cambalache”, de Enrique Santos Discépolo, y aceptó que haciendo un paralelo al contexto sociopolítico cultural actual “está tan vigente”, siendo que fue escrita a finales del siglo 19 y principios del 20. “Y acá estamos hablando de lo mismo, es muy notable”, reafirmó.

Para Daisy, lo importante es aferrarse a lo que a uno le apasiona para seguir creciendo, más allá de todo lo que pareciera ir en contra. Recordó incluso que al empezar “Tango en la Calle” hubo mucha gente a favor pero también quienes estuvieron en contra. Hubo mensajes cuestionadores de “¿por qué hacen tango y no música paraguaya?”.

“En realidad es una cuestión de sentir. Yo canto guarania, música nacional, pero en esta ocasión preferí remitirme al tango porque es una manera de honrar aquello con lo que tuve una mayor conexión sin desmerecer en lo absoluto la música nacional. Yo crecí escuchando música paraguaya, a Betty Figueredo, a Lizza Bogado, un montón de referentes nacionales, incluso estudié arpa con el profesor Papi Galán en el Conamu. Pero a veces la vida nos lleva por territorios distintos y logramos encontrarnos más allá de lo que está contemplado dentro de nuestra idiosincrasia misma”, aceptó.

En el tango Daisy se encontró a sí misma y pudo sanar.
En el tango Daisy se encontró a sí misma y pudo sanar.

Oportunidades únicas

El tango llevó a Daisy a forjarse un carácter y un camino, según ella misma afirmó. En ese trayecto se encontró con más personas que le dieron el espacio, algo que considera esencial para poder foguearse y tener la experiencia escénica.

En ese caminar se encontró como personas como Vicky Arditi, quien “con la dificultad que implica ella se montó una compañía de tango y trajo festivales, maestros argentinos de gran categoría y me permitió ser parte de sus shows. Yo voy a honrar eso siempre”, precisó.

Asimismo, expuso que su gratitud crece hacia las productoras paraguayas Marlene Sosa Lugo y Ana Scappini. “Yo tenía solamente un demo y ellas montaron una orquesta para mí, es algo hasta loco de pensar. Fue un show hermoso con orquesta, con el maestro Óscar Fadlala, Lidia González, Gabriel Monzón, Ariel Burgos, Martín González, Fernando Garbarino. Fue una de las experiencias más gratificantes para mí porque es difícil encontrar espacios y yo pienso que gestorías culturales como las que llevan Marlene y Ana desde hace un montón de tiempo, con producciones altamente recordables para la cultura nacional, son cosas invaluables para nuestra cultura, valga la redundancia. Es un gusto enorme y un honor haber coincidido con ellas en este plano terrenal y que hayan tenido en cuenta mi trabajo. Es algo con lo que siempre voy a estar agradecida”, reconoció.

Daisy Lombardo cantando junto a una orquesta en una gala de tango. Uno de sus grandes shows en Paraguay, en 2016.
Daisy Lombardo cantando junto a una orquesta en una gala de tango. Uno de sus grandes shows en Paraguay, en 2016.

Trascender con el arte

El arte es así para ella algo que la nutre y, sobre todo, como mujer se siente partícipe de un momento en que ya se cuentan con privilegios considerando lo que anteriormente tenían que pasar intérpretes del género femenino.

Recordó una charla con Lizza Bogado sobre las vicisitudes que tenía que pasar la mujer por el estereotipo femenino del que se alimenta la industria artística. “Para hacer una crítica social a eso buscamos, después de conversar con la artista Vero Sforza, que el videoclip de ‘Maquillaje’ tenga una dirección hacia ahí. En el video no se me ve el rostro por ejemplo. Y es más que difícil triste que la mujer siempre tenga que estar de una forma determinada, cumpliendo estándares de belleza, de peso, con cierto tipo de producción, si bien de repente yo podría encajar medianamente en ese estándar no me pareció justo hacer un video lleno de literalidad, mostrando todo lo que hay que mostrar para ser visible”.

Plantear este concepto, reconoció, fue “un gran desafío porque básicamente en estos tiempos de redes sociales el video es una herramienta muy poderosa para captar público, y cuando yo hablé de esto con Vero y de la necesidad de respetar la metáfora del video decidimos hacer un encare distinto. La idea de construir a partir de la invisibilidad fue de Vero, que por cierto es un gusto enorme trabajar con ella porque tiene una concepción estética muy interesante y una integridad y una honestidad respecto a su trabajo que muy pocas veces se ve”, señaló.

Madurez y proceso

“Realmente siento que estoy soñando porque es un sueño, era una idea que tenía hace mucho tiempo que venía postergando”, recalcó Lombardo sobre este momento por el que no obstante agradece que haya tardado ya que “el proceso de maduración es necesario que se de”.

“Uno puede cantar mejor a medida que va creciendo, cuando uno va ganando años gana experiencia y puede sentir mejor, conocer mejor las cosas que siente y de lo que habla la música, entonces creo que cantar con 15 años un desengaño o sobre la tragedia de la existencia no es posible, uno tiene que sentirse realmente solo y roto para poder expresar eso que dice la letra en referencia a la soledad o la incertidumbre”, cerró.

“Canción de esquina” fue grabado en Mix Estudios y está disponible en todas las plataformas digitales. El lanzamiento estuvo acompañado de “Maquillaje”, un material audiovisual publicado en el canal de YouTube de la cantante, inspirado en los hermanos Argensola, dirigido por Verónica Sforza y producido por Filmarte Audiovisual.

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