El jurado ha reconocido a la escritora madrileña por “su larga trayectoria novelística, periodística y ensayística, en la que ha demostrado brillantes actitudes literarias, y por la creación de un universo personal, cuya temática refleja sus compromisos vitales y existenciales, que ha sido calificado como la ética de la esperanza”, informó hoy el ministerio en una nota.
La escritora recibió la noticia “emocionadísima”, según reconoció a Efe, porque este galardón le aporta “alivio y sosiego” y en cierto modo “tapa”, aunque sea temporalmente, “el agujero de inseguridad” que tienen “todos los novelistas”.
Reconoce que llega además en un año “duro” en lo personal por la muerte de “algunos amigos muy queridos”, por lo que ser reconocida por la “brillantez” con la que ha desarrollado su larga y variada trayectoria le aporta “una alegría inmensa y maravillosa” y una sensación “como de alcanzar la visibilidad”.
Aunque asegura que su primer premio son los lectores, le alegra recibir el mismo galardón, que distingue el conjunto de la labor literaria de un autor español y está dotado con 40.000 euros (46.000 dólares), que otros “grandiosos” autores recibieron.
La autora, tan vocacional que espera seguir escribiendo hasta que muera, trabaja ahora en la tercera entrega de Bruna Husky, el androide de combate que ha protagonizado “Lágrimas en la lluvia” y “El peso del corazón” y el personaje que siente “más cerca” de sí misma, aunque esté lejos de ser una “rep” (replicante) que trabaja como detective privado en el siglo XXII. “No verá la luz hasta primeros de 2019, con mucha suerte finales del 2018”, dice.
Es también autora de las galardonadas “La hija del caníbal” (Premio Primavera de Novela en 1997), “La loca de la casa” (2003; Premio Grinzane Cavour al mejor libro extranjero publicado en Italia en el 2005 y Premio Roman Primeur 2006 en Francia) e “Historia del rey transparente” (2005; Premio Mandarache 2007).
Y de otras muchas, pero no siente que le quede algún tema pendiente por abordar en su obra, porque será ese asunto el que se asome a su mesa de trabajo. “Los libros son sueños que se sueñan con los ojos abiertos y los sueños no se escogen, como tampoco las historias, que te escogen a ti”, asegura.
Montero, que estudió Periodismo y Psicología, empezó a publicar en diversos medios informativos, prólogo de lo que sería su etapa en exclusiva para el diario El País, que comenzó en 1976 y donde fue redactora jefa del suplemento dominical durante 1980 y 1981. En 1978 ganó el Premio Manuel del Arco de Entrevistas, en 1980 el Premio Nacional de Periodismo para reportajes y artículos literarios y en 2005 el Premio de la Asociación de la Prensa de Madrid a toda una vida profesional.
Por eso, como periodista, ve un panorama “bastante chungo” en el que los medios de todo el mundo “están haciendo la travesía del desierto porque no se encuentra el modelo de mercado para ganar dinero” en la sociedad de las nuevas tecnologías, si bien es optimista porque “las democracias necesitan unos medios de comunicación fuertes y se acabará encontrando el camino”.
Su obra ha sido traducida a más de veinte idiomas y es doctora honoris causa por la Universidad de Puerto Rico, además de Premio Internacional Columnistas del Mundo 2014 y Premio José Luis Sampedro 2016.