Nacida en el seno de una familia multicultural, de padre con ascendencia venezolana y madre irlandesa, Mariah Carey no tuvo una infancia fácil. Soportó muchos ataques racistas mientras vivían en Huntington, un pueblo del Estado de Nueva York, y la separación de sus padres, lo que la llevó a irse introduciendo en el mundo de la música para refugiarse de su entorno.
Apoyada por su madre y su hermano decidió marcharse a Nueva York a perseguir su sueño de ser cantante. Tras trabajar en varios lugares para poder pagar el alquiler, fue en 1988 cuando su vida dio un giro de 180 grados al conocer al productor musical Tommy Mottola, presidente de Columbia Records y quien se convertiría en su futuro marido.
De la mano de Mottola, Carey publicó en 1990 su disco debut homónimo “Mariah Carey” con el cual la cantante comenzó a ganarse al público al conseguir el número uno de las principales listas musicales del país. Pronto el disco llegaría a ser el álbum más vendido en Estados Unidos y, las canciones “Vision of love”, “Love takes times”, “Someday” y “I don’t wanna cry” llegaron a ser el número uno del Billboard Hot 100.
Con el éxito de sus álbumes posteriores, “Emotions” (1991) y “Music Box” (1993), la artista estadounidense consiguió establecerse como la cantante con mayor número de ventas del país al llegar a los cerca de 140 millones de copias vendidas.
En 1995, Carey hizo historia con el sencillo que compuso junto a Boyz II Men, “One sweet day”, batiendo el récord de permanencia en el número uno de la lista Billboard Hot 100 tras estar 16 semanas en el podium. Pero si hay una canción que ha marcado un antes y un después en su carrera musical fue “All I want for Christmas is you” , de su disco más navideño, “Merry Christmas”.
A partir de ahí la joven dejó de ser conocida como Mariah Carey para pasar a ser “La reina de la Navidad” . Veinticinco años después de su lanzamiento, esta canción navideña ha alcanzado el primer puesto de la lista de sencillos más vendidos en Estados Unidos que publica la revista musical Billboard.
Con el mensaje “We did it”, lo conseguimos, la artista celebró la noticia por Twitter el pasado diciembre. A pesar de todo, la música no era suficiente para Carey; ella quería ser artista, con letras mayúsculas, así que en 2001 decidió dar el salto al mundo cinematográfico protagonizando la película “Glitter” del director Vondie Curtis-Hall.
Pero fue el filme “Precious” (Lee Daniels, 2009) el que le valió el premio a mejor interpretación femenina en el Festival Internacional de Cine de Palm Springs y las nominaciones en los Black Real Awards (organizados por la Fundación de los Afroamericanos en el Cine) y en los NAACP Imagine Adwards (Asociación para el Avance de la Gente de Color en el Cine).
Considerada una de las voces femeninas más importantes de la historia, ha recibido numerosos galardones a lo largo y ancho de su carrera musical. Entre ellos destacan 5 premios Grammys, 21 World Music Awards, 11 American Music Awards y 14 Billboard Music Awards.
Lejos de pensar en retirarse, Carey a sus 50 años prepara un concierto benéfico junto a Billie Eilish y Tim McGraw desde su casa, cuyo dinero irá destinado a combatir la propagación del coronavirus, pandemia que asola a todo el mundo.
Además, se encuentra inmensa en el lanzamiento de sus memorias, cuyo título será “I had a visión of love” en homenaje a la canción de 1990 que la catapultó a la fama.