Ab Ovo cumple 27 años y apunta al cine

La popular agrupación de humor celebra este jueves 27 años. Con un nuevo ciclo en TV y un proyecto en cine, Ab Ovo no se detiene.

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Un 5 de febrero de 1988 debutaba en escena Ab Ovo, un grupo de amigos del Colegio Salesianito que -con una formación vocal y de orquesta- decidieron soltar las riendas y lanzarse a una aventura. Aventura que, por entonces, les parecía temporal. "Era algo sumamente temporal. Según cómo salía la primera actuación, veíamos si seguíamos o no", recuerda Albert Benítez, uno de sus integrantes fundadores, junto a Tony Apuril y Tito Ibarrola. Pero el éxito fue inmediato. Ese mismo año, volvieron a presentarse otras dos veces, siempre con el local lleno.

¿Cómo fue aquel primer show? Todo empezó en el Vinicius Bar, un local que era bastante concurrido por la juventud de la época, con presentaciones de agrupaciones como Gente en camino, entre otros cantautores de protesta. "Era un show en donde a la gente le contábamos qué nombre íbamos a tener, ¡y no podían ni pronunciar el nombre del grupo!", rememora. "Ese día nos sorprendió que estuvo lleno: con gente parada(...) Por primera vez se vio qué era lo que hacíamos y le gustó mucho a esa gente. Se levantó alguien del público y pidió que se haga bis", recuerda.

Entre las parodias del show debut, se encontraba una dedicada al dúo argentino de hermanos, Pimpinela ('Chaupinela', para ellos), y también una parodia al músico de rock Fito Páez ('Pito Páez', desde su visión). A partir de aquella presentación, los artistas no dudaron que había que seguir. Por eso, volvieron a repetir una serie de presentaciones, con un público más amplio en universidades, como las de Medicina, Ingeniería y Arquitectura. "Ahí el público estudiantil se convocó en masa. Todo un éxito. Entonces hicimos ya teatro ese año, también con boletería llena".

Inspirados en la agrupación argentina Les Luthiers, los paraguayos supieron encontrar su manera de hacer reír, entre musicales, humoradas y sarcasmos. "Al principio no hubo mucho de tinte político. Estábamos todavía bajo la dictadura de Stroessner, y la idea del grupo no era darle un tono político, si bien nosotros éramos bastante objetores de la dictadura. Hacíamos más bien musicales", reconoce Benítez. "La idea era hacer un grupo vocal de canto, meter algo de humor, y luego el humor pasó a primer plano", agrega.

-A 27 años de su fundación, ¿sienten que necesitan amoldarse a nuevos tonos de humor o el paraguayo mantiene la misma sintonía?

-Por un lado, tenemos que aggiornarnos; y, por otro, la persistencia en el estilo nos hace diferentes todavía. Si nosotros nos ponemos a hacer lo que a la gente ve en TV, cosas que no van con nuestro estilo... no somos partidarios de hacerlo, para hacer lo que todo el mundo hace. Nos dimos cuenta de que mantener nuestro estilo nos diferencia de lo que se está haciendo, y nos parece que ahí radica el secreto.

-En los últimos años emprendieron giras internacionales. ¿Qué recuerdos conservan de esos shows?

-Los mejores recuerdos de Nueva York, porque realmente es una colonia paraguaya importantísima. Nos fuimos el año antepasado por primera vez, nos trataron súper bien, se llenó -como ya es costumbre, por suerte-. Me gustó mucho que podamos ir el año pasado, pero ya en la gira nos quisieron tener otras ciudades: Washington, Las Vegas, Miami... muy buenos recuerdos de paraguayos que llegaron, y este año queremos seguir.

-¿Cómo fueron las primeras reacciones a la inclusión de "malas palabras" a una puesta teatral? La sociedad era muy conservadora...

-Al comienzo, uno tiende a lo fácil. Siempre tratamos de hacer un intermedio, porque lo más fácil es que te salga algo grotesco. Pero si es que vos no abusás de eso, y pones en el momento preciso, entonces llega como una propuesta natural de como habla el paraguayo. 'Nderakóre', por ejemplo: antes no se usaba esa expresión en la música o un parlamento de teatro, y la gente se mata de risa porque salió algo que nadie esperaba. Ahora todo el mundo dice malas palabras, porque ya se asimiló ese lenguaje coloquial. Pero antes, en el teatro no era bien visto. Nos innovamos con eso, y nos fue muy bien. La gente joven, que era mayoritaria, tomó cono una especie de bandera esa forma de expresarse.

-¿Cómo respondían las críticas?

-Creo que hubo críticas hacia nosotros por parte de músicos, de teatreros, y algún que otro crítico de arte que no conciliaba mucho con lo que hacíamos; o porque éramos competencia...

Después de largos años de ausencia, la agrupación humorística volvió a la televisión. Con un formato diario, el proyecto que los pone todos los días al aire lleva el nombre de El depósito de Ab Ovo, y es emitido a las 23:30, por Red Guaraní.

"Surgió la posibilidad de comprar un espacio y, como es verano, aceptamos el desafío", señala. "Un programa diario también difícil. Tuvimos que buscarle un formato que nos permita hacer todos los días. Estamos tratando de capturar nuevos adeptos, nuevos fans, porque la TV siempre te da vigencia".

-¿Qué otros proyectos planean en esa búsqueda?

-Estamos en plan hacer una película, pero estamos reuniéndonos con gente que puede llevar adelante. Involucrarnos en el argumento de una película, tratar e colaborar con el guión. No será enteramente de Ab Ovo, pero sí, estaremos nosotros. ¿El director? Jorge Díaz de Bedoya, el creador de Luna de Cigarras.

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