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Si bien esta gala del Ballet Clásico y Moderno Municipal (BCMM) da un pantallazo con partes de algunas obras emblemáticas estrenadas en todos estos años, más allá de la celebración, sirve también para hacer una reflexión que mire para adentro de la compañía.
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En cuanto a talento y técnica, es indiscutible que el BCMM cuenta con integrantes de primer nivel sobre todo en los roles principales. Pero algo que también ha sabido hacer notar con los años es el compromiso emocional de los bailarines para con cada rol, ya sea desde una princesa muy clásica y romántica hasta una bailarina de un bolero muy apasionado. Desde un torero lleno de carácter hasta la ternura en una música popular.
Todo esto se puede apreciar con esta gala que presenta un abanico de las obras más celebradas del repertorio clásico y creaciones que desarrollan la danza moderna y contemporánea con propuestas más jugadas.
Además, cuenta con el valor agregado de la música en vivo con la Orquesta Sinfónica Nacional, en la ocasión dirigida por Willian Aguayo.
De formas y colores
La gala abrió con un fragmento de la romántica y a la vez trágica “Giselle”, obra cumbre del ballet clásico, donde destacaron Cristina Báez, Federico Fleitas y Gianinna Fernández, jóvenes y actuales figuras de la compañía.
El enérgico y sublime pas de deux de “El corsario” llegó después con Paloma Bonnin volando en grandes saltos y derrochando gracia, al igual que su partenaire, un maravilloso Juan José Núñez.
Siguiendo el viaje hacia otro registro dancístico, disfrutamos de otro fragmento, esta vez de “Bésame”, obra estrenada en 2005 con coreografía de Ana María Stekelman, que se desarrolla sobre un collage del bolero “Bésame mucho”, de Consuelo Velazco, en versiones en diferentes estilos musicales e idiomas.
Maia Ayala, Ricardo Riveros, Alejandra Acosta, Abel Rivarola, Diana Arce y Gabriela Rolón, entre otros, brillaron en esta parte, donde la danza se une a interesantes juegos de colores y formas, gracias a la escenografía y las luces.
Toda la majestuosidad en términos de danza y escenografía, nuevamente, se pudo palpar luego con otro fragmento. Esta vez fue “La bayadera”, otro repertorio fundamental del ballet clásico.
El drama y el sufrimiento del amor imposible llevado a un escenario de la India es el que interpretaron a la perfección Pamela Giménez, Abel Rivarola y Alejandra Acosta en los roles principales.
Duetos
También formaron parte de la gala un delicado y a la vez sensual dueto de Maia Ayala y Abel Rivarola, quienes desataron todo su magnetismo y plasticidad en una parte de “Carmen”, y otro dúo conformado por Giannina Fernández y Ricardo Riveros, entregando esperanza y amor en “Canción de cuna para despertar”.
Con una explosiva parte de “Don Quijote” cerró esta gala, condensando en este tramo todo lo que moviliza a una compañía: ganas, pasión, fuerza, talento y mucha emotividad, condimentos que contrarrestan los momentos cuesta arriba y que recuerdan porqué uno se aferra a los sueños.
Aquí entregaron interpretaciones encendidas Federico Fleitas, Pamela Giménez, Macarena Vallejo y Jiva Velázquez, este último solista del Teatro Colón, que llegó en calidad de invitado.
Pensado o no, fue una bella metáfora que la función cierre con esta obra. Ver entrar al Quijote de la Mancha junto a Sancho Panza al escenario, mientras de fondo sonaba la canción “El sueño imposible” fue emocionante.
Además el Quijote, interpretado por el inagotable Alcy Acuña, visionario de la danza en Paraguay y ex director del BCMM, y Sancho Panza por Pedro Acosta, ex bailarín del BCMM y quien actualmente es docente en el Bañado, siguiendo la estela de hacer la danza accesible para todos.
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Una presentación llena de simbolistos
Todo era un simbolismo por donde se lo mire. Un lúcido elenco, integrado por bailarines de diferentes generaciones, desde la entereza de los nuevos talentos que rozan los 20 años de edad hasta la experiencia de esas figuras que vemos bailar desde hace décadas y encandilan con su arrolladora presencia, pero todos al mismo nivel de exigencia, recibían el reconocimiento de la gente.
Mientras el público entregaba interminables aplausos de pie, la compañía celebraba así su quijotada de cumplir 50 años montando obras y atrayendo a un público siempre masivo en un país donde todo pareciera ser más difícil. Pero claramente, para el BCMM no existe un sueño imposible. Por otros 50 años y nuevas obras que inviten a reflexionar, conmoverse y aprender.
La gala tendrá más funciones hoy a las 19:00 y los días 26, 27 y 28 de agosto. Entradas en venta por Red UTS y en la ventanilla del teatro.