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La obra cuenta la historia de Azul, una joven que desea abrirse camino como actriz y que, en este contexto, se hace acreedora de una beca en el extranjero, por lo que se prepara para migrar.
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En medio del proceso de la mudanza, se hace presente Adela, su madre, de quien Azul lleva distanciada años. Así, entre cajas, maletas, empaques y desorden, empieza a aflorar entre ambas, recuerdos sobre el pasado y la relación entre ambas que enfrentan a Azul a reencontrarse con una parte importante de su vida, con esa puerta que ella había cerrado, pero que ahora, se encuentra nuevamente abierta.
Una puerta siempre abierta
La actriz, escritora y directora argentina Marcela Gilabert tuvo una idea cuando estudiaba teatro en su juventud, en su país. Esa idea quedó flotando dentro de ella. Pasó mucho tiempo para que se siente a escribir de nuevo y todo le vino de un tirón. Con el libreto en la mano buscó quién podría dirigir la obra y a ella, porque la artista quería entregarse.
Le sugirieron el nombre del paraguayo Daniel Gómez, quien dirigió obras como “Fábula para adultos” “Entrevista de trabajo” o “Atlantis”, y la “estrategia” de Marcela fue entregarle el libreto y ver cómo él veía la obra. “Lo que me devolvió fue espectacular, entendió lo que yo quería y cómo quería contar. Él me propuso a Fátima, y así empezó este proceso”, relató Marcela.
Para Daniel esta es la primera vez que dirige una obra que no es suya. Lo que él encontró cuando recibió el texto fue “una obra que veía que podía crecer muchísimo” y un lugar donde “las actrices podían aportar”. “Fue una construcción de todos porque hay un sentido de pertenencia”, expresó, para destacar también el trabajo de Alejandro Ramírez en asistencia de dirección de Mario González Martí, de Ciudad Teatro, en producción.
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“Hay una relación muy importante que ocurre en una puesta que a pesar de trabajar lo naturalista está llena de símbolos, conceptos, reflexiones. De alguna manera te toca porque estamos hablando de la vida”, indicó el director.
Por su parte, la actriz y también directora Fati Fernández Mercado rememoró que lloró “desde el momento uno” en que leyó el libreto. Además, remarcó que el principal desafío reside en abordar una comedia dramática, donde “hay que entretener pero tocar esas fibras más íntimas”.
La actriz resaltó también cómo la obra “reflexiona sobre la condición humana, sobre estos apegos y desapegos que constantemente tenemos todos los artistas que migramos constantemente en nuestras vidas. Fue súper complejo”, redondeó.
Ese viaje del que habla la obra es uno “muy importante”, planteó el director al hablar de un viaje de “alguien que va a cumplir sus sueños; más allá de que ella sea una actriz es esto de vivir algo que por fin te llega, que tanto querés. Es una puerta que se te abre. Pero mientras, te das cuenta que hay otras que no las cerraste, entonces se unen esas dos ideas de un pasado y un futuro y colisionan y nos da el presente”, explicó.
En cuanto al trabajo con ambas, dijo que quería “desafiar” sobre todo a Marcela y que por ser su guion “no la tenga fácil”. En cuanto a Fati, reafirmó que “tiene una gran responsabilidad porque la historia tiene que ve con ella”.
En ese sentido, Gilabert celebró que Gómez les haya dado la oportunidad de crear un personaje “orgánico”, que “esté vivo”. “Es lo que siempre busco cuando actúo, porque los directores por lo general se quedan con lo que le sale fácil al actor y esa no es mi intención, no es mi búsqueda, y que él me haya obligado a que eso no suceda, me pone feliz de la vida”, sostuvo.
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En tanto, Fernández añadió en que Gómez “como director es muy detallista y eso para un actor es gratificante”, mientras que trabajar con Marcela es “un honor enorme” porque “es de las personas más formadas que tiene este país y con una trayectoria muy amplia”.
La actriz alabó también a todo el equipo, confirmando que llevar a cabo la puesta no sería posible sin ellos. En ese momento se sumó a la conversación González Martí, quien al ver los ensayos sintió que esta es una obra “muy honesta”. “Se nota cuando una obra tiene corazón. Trasciende. Además desde donde uno esté se siente parte y está aportando en una historia que vale la pena ser contada, porque esta historia tiene humanidad. Sí o sí en la vida pasamos por esto de ciclos, de cosas que hay que cerrar o que no terminamos de cerrar, la obra es un espejo”, redondeó.
El asistente de dirección, a su vez, anticipó que el público va a ver “una cosa hermosa que pasa, porque Dani y Marcela tienen estilos muy diferentes para llegar a un mismo resultado y se complementaron muy bien y Fati se sumó en eso”, calificó.
Enseñanzas de una obra profunda
A horas del estreno, Gilabert hizo un recuento para pensar en las cosas que le deja la obra, entre ellas “muchísima reflexión y humor”. Añadió que “la vida hay que tomársela como viene, con el vaso de whisky cuando duele, con chocolate cuando hay que reírse”.
A ese pensamiento sumó que si ella no hace teatro, no vive. “Es como si estuviera muerta en vida si no. Es un gran placer estar arriba del escenario y ser dirigida. Me llevo muchas cosas para pensar y empezar a modificar en la vida, así podemos crecer” dijo.
Gómez reflexionó que este texto le dejó pensando en el “crecimiento casi natural que tiene que pasar el ser humano para comprender lo que es simplemente vivir”. Mientras que a nivel artístico dijo que “fue una experiencia fabulosa, a pesar de tratar temas complicados nos divertíamos. Así como la vida tiene esa mezcla de comedia y drama a la vez, ni siquiera está separado”, planteó.
“Yo creo que sané muchas cosas y nunca me pasó esto con una obra de teatro”, expresó luego Fátima. “O sea, el arte nos sana y salva siempre, pero esta historia me tocó de manera muy personal. Este encuentro entre comedia y drama que la vida tiene me hizo sentir identificada porque yo trato de enfrentar las cosas más difíciles con el humor”.
Ramírez sintetizó en que al final “es una historia basada en el amor”. “Hay de todo, pero yo creo que todo eso está envuelto en lo que es el amor otra vez. Es algo muy humano potenciado por grandes artistas. Además te toca muy profundo, depende de qué rol uno cumple en la vida o desde dónde la veas. Principalmente es animarse a decir lo que uno siente, no esperar expresarse, cuidar esos vínculos que a veces uno da por sentado. Uno cree que las personas siempre van a estar ahí, así que no hay que dejar pasar oportunidades”, cerró.
Hay una promoción de dos entradas anticipadas a G. 100.000 que se pueden pedir hasta las 17:00 del día de la función, al (0961) 335191. En puerta costarán G. 70.000. Hay 20% de descuento para alumnos de la Alianza Francesa. Menores de 21 años pagan G. 20.000 presentando cédula de identidad.