La cinta, protagonizada por Bradley Cooper, arrasó en la taquilla estadounidense durante el fin de semana largo -fue festivo el lunes, Día de Martin Luther King- con 107,3 millones de dólares, el mejor estreno de la Historia para una película no asociada a una franquicia de Hollywood.
La mejor marca previa correspondía a los 83,8 millones de dólares logrados por La Pasión de Cristo, dirigida por Mel Gibson, una década atrás. Se trata, asimismo, del mejor estreno en la carrera de Eastwood, el mejor debut jamás registrado en el mes de enero y el mejor de la Historia para un drama.
“Se trata de un fenómeno cultural y una tormenta perfecta”, dijo el jefe de distribución doméstica del estudio Warner Bros., Dan Fellman. “Si me hubieran dicho que íbamos a lograr esos números, les habría respondido que estaban fumando algo. Es la primera película sobre un superhéroe 'real'. Ha funcionado bien en cada mercado, desde el pueblo más pequeño hasta las mayores ciudades”, añadió.
A ello ayudó que la empresa de sondeos de audiencia CinemaScore, líder en su campo, asignase un sobresaliente alto a la cinta tras pulsar las opiniones de los espectadores, y que la Academia de Hollywood la reconociera el pasado jueves con seis nominaciones a los Óscar, incluidas las de mejor película y mejor actor.
El filme pulverizó así las estimaciones que apuntaban a una recaudación de entre 45 y 50 millones de dólares en su llegada a las salas de todo el país, tras un estreno limitado en Los Ángeles, Nueva York y Dallas.
Francotirador cuenta la vida de Chris Kyle, que entre 1999 y 2009 mató al menos a 150 insurgentes en Irak como miembro de la unidad de elite SEAL de la Marina estadounidense, aunque su batalla más dura la libró de vuelta a casa con su esposa Taya (Sienna Miller) y sus dos hijos pequeños, después de ser absorbido por la guerra.
Y qué duda cabe de que este éxito puede traducirse en estatuillas doradas llegada la ceremonia de los Óscar el próximo 22 de febrero, aunque, de momento, el proyecto no ha conquistado los corazones de todos en Hollywood.
“Francotirador me recuerda un poco a la escena que se muestra en el tercer acto de Bastardos sin Gloria”, escribió en la red social Twitter el actor Seth Rogen. Esa cinta a la que se refería era Stolz der Nation, una obra ficticia de propaganda nazi, donde un francotirador alemán asesinaba a soldados aliados desde una torre. Posteriormente, Rogen reculó, aclaró que Francotirador le gustó y recalcó que solamente “le recordaba” a esa escena, sin querer entrar en comparaciones.
También se pronunció en contra el agitador de conciencias Michael Moore, conocido por su documental Locos por las Armas (2002). “Mi tío fue asesinado por un francotirador en la II Guerra Mundial. Nos enseñaron que los francotiradores eran unos cobardes. Te dispararán por la espalda. No son héroes. Y los invasores son peores”, escribió Moore en Twitter, causando una gran polémica.
Moore, horas después, indicó que no hacía alusión a la obra de Eastwood, sino a la conmemoración del Día de Martin Luther King, que fue asesinado por un francotirador. Y, de paso, en su perfil de Facebook, criticó que Eastwood confunda “Vietnam con Irak al contar la historia” y que haga que los personajes “llamen a los iraquíes salvajes a lo largo del filme”.
El debate se ha extendido, lógicamente, a las redes sociales, donde se pone en duda que Kyle, considerado un “asesino” por algunos, sea merecedor de tanta atención. De hecho, según informa la web especializada The Wrap, en las últimas horas ha circulado entre los académicos un artículo de la revista The New Republic donde se ataca a la película por haber convertido a Kyle en un héroe.
En el texto se recogen frases del francotirador procedentes de su libro American Sniper, como: “Los enemigos son salvajes y despreciablemente malvados”, o “Mi único arrepentimiento es no haber matado a más”. La polémica está servida, como demuestra el gran cartel publicitario de la película que amaneció este martes en Los Ángeles (California) acompañado por un grafiti, con letras rojas, que rezaba: “¡Asesinato!”.