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La trama del filme, un favorito en la carrera a los Óscar, narra la marcha del 7 de marzo de 1965 desde Selma a Montgomery, Alabama, en nombre del derecho a voto para losnegros. Empero, Johnson aparece como un hombre que se opone a las marchas, ordenando al FBI vigilar de cerca a Martin Luther King Jr. en un intento por oponerse a su campaña.
Y justamente sobre el accionar del expresidente se abrió el debate sobre el filme en estos días cuando Mark K. Updegrove, director de la biblioteca dedicada a Johnson, escribió un artículo en Politico.com donde sostiene que la obra busca “denigrar capítulos muy sagrados del movimiento por los derechos civiles”.
Poco días después, en un editorial del Washington Post, Joseph A. Califano Jr., exasistente de Johnson, acusó a los autores de haber deliberadamente ignorado hechos históricos al sostener que la marcha fue una idea del expresidente. Pronta fue la réplica de la directora DuVernay quien en su cuenta de Twitter escribió: “Una afirmación del género es incrédula y ofensiva para los ciudadanos negros que la realizaron”.
Algunos historiadores ponen en duda la tesis de Califano pero están de acuerdo con él en el hecho de que Johnson y King eran socios y no adversarios. “Selma no fue una idea de Johnson, pero el expresidente estaba contento de que King promoviera una campaña por el derecho a voto”, sostuvo David J. Garrow, autor del libro Bearing the Cross: Martin Luther King, Jr..