“Los mejores 'remakes' son aquellos que están hechos por gente que realmente quiere aportar algo nuevo con su visión”, dijo el actor en un encuentro con un grupo reducido de medios. “Me interesan las propuestas que quieren contar algo nuevo y que creativamente se distinguen de las películas originales. Si el único objetivo es copiar la antigua, se huele a la legua”, añadió.
El filme, una nueva versión del clásico de culto dirigido por William Lustig en 1980, se centra en la atormentada figura de Frank (Wood), el propietario de una tienda de maniquíes cuya vida cambia cuando conoce a una joven artista (Nora Arnezeder) en busca de ayuda para su exhibición.
La amistad entre ambos provoca que la obsesión del protagonista aumente de forma exponencial y se origine en él una poderosa obsesión, reprimida durante años, por acosar y asesinar a un determinado tipo de mujeres, algo a lo que asiste el espectador siempre desde el punto de vista del asesino, una de las grandes novedades que presenta el filme.
“No había visto la película original cuando me comprometí a hacer el filme”, apuntó Wood. “Quise establecer el personaje desde mi perspectiva y con lo que decía el guión. La cinta original es realmente un producto de su tiempo. Plasmaba la suciedad y el peligro de Nueva York en esa época de forma que casi se olía. Sería difícil hacer algo similar hoy día”, sostuvo.
El actor de 32 años reconoció que su personaje dista mucho del creado por Joe Spinell en el filme original, una especie de ogro repulsivo, gordo, sudoroso y mucho más fuerte que él, por lo que optó por crear un tipo más refinado, casi perteneciente a otra época, aunque igual de mortífero.
De esa forma, el protagonista, aquejado por fantasmas del pasado, principalmente relacionados con su madre, se presenta como una especie de Jack el Destripador del siglo XXI, un hombre cuyos asesinatos tienen lugar en el centro de Los Ángeles mientras mantiene una lucha interior consigo mismo para tratar de frenar esa ola de violencia, unas secuencias que recuerdan al personaje de Gollum en “El Señor de los Anillos”.
No es la primera vez que el rostro angelical de Wood se pasa al lado oscuro. Ya lo hizo, y con gran éxito, en “Sin City” (2005), y no descarta repetir.
“Me encanta el género de terror. Soy fan desde hace años. De hecho, acabo de crear una productora centrada en películas de miedo. Quiero seguir ligado a este terreno, aunque probablemente no lo frecuente como actor. Simplemente me apetece producir obras de este tipo”, declaró.
La película, dirigida por Franck Khalfoun, cuenta con un guión de Gregory Levasseur y Alexandre Aja, el francés responsable de populares cintas de terror como “Alta Tensión” (2003), “Despertar del Diablo” (2006), “Espejos Mortales” (2008) o “Piraña” (2010).
El filme, rodado en 22 días con un presupuesto de 6,5 millones de dólares, se estrena en cines de Los Ángeles el próximo viernes, pero desde la semana pasada ya se exhibe en algunas salas de Nueva York y en vídeo bajo demanda (VOD).
“La realidad del cine cada vez cuenta con líneas más difusas. Es un mundo global y con el VOD la gente llega a cintas que normalmente no tendría tan a su alcance”, afirmó Wood, quien comentó sorprendido que “Maniac” estaba entre los primeros puestos de descargas en iTunes.
El intérprete tiene en cartera para los próximos meses los estrenos de “Grand Piano” y “Open Windows”, dirigidas por los españoles Eugenio Mira y Nacho Vigalondo, respectivamente.