“Debería tratar de quitarme esa fijación”, indicó entre risas el cineasta de 43 años. “Me tomo esta película como un paso más en mi carrera. Cada obra es un universo propio. Y, dentro de los márgenes que conlleva una franquicia, he tratado aquí de aportar mi personalidad y mi mundo personal”, añadió.
“Para mí, La Llamada 3 es una pieza más en la que espero sea una larga carrera. Ya tendré tiempo para mostrar diferentes caras. Esta es posiblemente la versión más comercial y amable de la oscuridad que ya había en Tres Días”, indicó en alusión a su ópera prima de 2008, la que le abrió las puertas de Hollywood.
La Llamada 3, protagonizada por Matilda Lutz, Alex Roe, Johnny Galecki y Vincent D'Onofrio, cuenta cómo una joven preocupada por el paradero de su novio se topa con la investigación en torno a una misteriosa cinta de video cuya leyenda asegura que mata en siete días a quien vea su contenido. La joven, fascinada por los hechos que suceden a su alrededor y atraída por las señales que parecen reclamar su atención, decidirá ahondar en el misterio hasta dar con unos hallazgos inesperados.
“Me encantaba la cinta original japonesa, Ringu, de Hideo Nakata, y también la versión estadounidense de Gore Verbinski”, explicó el cineasta. “Como fan de ese terror psicológico clásico, pensé que si alguien se iba a pelear por hacer algo de calidad próximo a aquellas obras, iba a ser yo. Las tripas me lo pedían”, agreg.
La Llamada (2002), la versión estadounidense protagonizada por Naomi Watts, recaudó cerca de 250 millones de dólares en todo el mundo. La secuela, La Llamada 2 (2005), dirigida por Nakata, superó los 160 millones.
Han pasado 12 años desde que el público vio por última vez a Samara, todo un icono del cine de terror cimentado en tenebrosas e icónicas imágenes, ya sea saliendo de un pozo o atravesando una pantalla de televisión dispuesta a cobrarse nuevas víctimas. “
Samara es un personaje de corte clásico del cine de terror, que como Frankenstein o Drácula, sobrevive al tiempo. Y el universo que le rodea es básico y terrible al mismo tiempo, con la maldición de la cinta de video. La pasas a alguien más o mueres”, sostuvo el cordobés. “Aquí hemos querido mantener las sensaciones de la original, pero lanzándolas a una nueva generación. La cinta se puede entender sin ver las anteriores. El objetivo era buscar ese equilibrio”, indicó.
La película finalmente verá la luz tras varios cambios en su fecha de estreno. Originalmente, Paramount Pictures había contemplado que se estrenara en noviembre de 2015. De ahí, pasó a abril de 2016, a octubre de ese año y, finalmente, febrero de 2017, movimientos que tuvieron que ver con la falta de tiempo para completar el montaje y la necesidad de orquestar una campaña de mercadotecnia a la altura.
“La maquinaria de Hollywood va a su ritmo y hay que saber adaptarse”, reconoció Gutiérrez, quien admitió que, al formar parte de una franquicia establecida como esta, “por todos es sabido que es muy complicado hacer algo personal al 100 por cien”.
“En postproducción se han quedado cosas en el tintero que me hubiera encantado llevar a la pantalla para gozo de los fans. Cosas de cierto tono sobrio y más incomodo que lo que está acostumbrado el cine estadounidense. Pero es un tira y afloja y al final se busca una visión comercial para un público más amplio”, manifestó.
Gutiérrez, que pronto anunciará su próximo proyecto, puede unir su nombre este fin de semana a la lista de hispanos que sitúan sus películas en lo más alto de la taquilla estadounidense, y aconseja “muchísimo trabajo y tener las cosas claras” a quienes quieran seguir sus pasos.
“Esto tiene que ser tu pasión. Para llegar aquí hay que sacrificar muchas cosas, incluso a nivel personal. Es un camino complejo y duro, pero si realmente es lo que quieres... Yo era un chaval de Córdoba que desde los 5 años quería vivir y rodar en Hollywood. Así que todo es posible con empeño y trabajo”, manifestó.