Aclamado por su papel en el drama familiar de Kenneth Lonergan Manchester by the Sea, el actor de 41 años podría finalmente unirse a su famoso hermano Ben y su amigo de infancia Matt Damon en la élite de Hollywood.
Pero toda la atención que ganó este año de cara a la temporada de premios, que arranca el domingo con los Globos de Oro, revivió un episodio olvidado de su pasado que podría desviar su camino al olimpo del cine.
En 2010, Amanda White y Magdalena Gorka, productora y directora de fotografía de su fracasado debut como director en I’m Still Here, demandaron a Affleck por lo que describieron un repetitivo acoso sexual.
Affleck, que siempre negó vehementemente cualquier acción inapropiada, contrató al abogado de celebridades Marty Singer, también conocido como el “perro guardián” de Hollywood, para cerrar un acuerdo monetario nunca hecho público.
Cada una lo demandó por dos millones de dólares.
Pero el caso dejó su imagen convertida, en el mejor de los casos, en la de un maestro manipulador, distante de la de actor tímido que proyectaba, al margen de una industria que siempre pasó por alto su talento.
“La gente dice lo que quiere, muchas veces sin importar cómo respondas”, dijo Affleck en una entrevista con la revista Variety en noviembre. “Creo que la gente piensa que porque eres famoso, está perfectamente bien decir lo que sea”, añadió.
Entre las acusaciones en su contra, White dijo que Affleck forzó a un asistente de cámara a mostrar su pene en un vuelo a pesar de que ella protestó el pedido. O que en una oportunidad no pudo entrar a su cuarto de hotel en Costa Rica porque el entonces director y la estrella de su falso documental, Joaquin Phoenix, estaban teniendo sexo al otro lado de la puerta.
Gorka dejó el proyecto por un trato que describió en su demanda como “el más traumático de su carrera”, acusando a Affleck y otros miembros del equipo de hablar abiertamente sobre su deseo de tener sexo con ella.
Dijo que en una oportunidad, cuando la producción se hospedó en un apartamento en Nueva York, quedó “impresionada y asqueada” de despertar con Affleck a su lado, hediondo a alcohol y abrazándola.
La publicista del actor, Mara Buxbaum, dijo a la AFP que no habría ninguna nueva declaración sobre el caso, aunque durante el proceso su abogado tachó la denuncia de White de extorsión.
La prensa especializada ha comparado el caso con el de Nate Parker, que saltó al estrellato en el pasado festival de Sundance, vendiendo su opera prima The Birth of a Nation por un récord de 17,5 millones de dólares.
Parker, de 37 años, fue absuelto de violar a una estudiante en 2001 y logró retomar su vida. Pero el caso volvió a estallar con la noticia de que la supuesta víctima se había suicidado.
“Considerando el hecho de que la carrera de Parker tomó un golpe fatal, tenemos que preguntarnos por qué la historia de Afleck continúa escondida en las profundidades de los libros, o barrida bajo el tapete como polvo” , escribió en noviembre la reportera de entretenimiento del Daily Beast, Amy Zimmerman, una de las primeras en develar el caso.
En Hollywood abundan las carreras terminadas en escándalos, pero por cada Bill Cosby o Charlie Sheen, hay un Roman Polansky, Woody Allen o Mel Gibson -nominado a mejor director en los Globos- que cae de pie.
“Creo que ser un hombre blanco te da muchas segundas oportunidades, seas una estrella de Hollywood o un atleta de la universidad”, dijo Zimmerman a la AFP.
Anne Helen Petersen, que escribe sobre cultura para BuzzFeed, describió “Manchester by the Sea” como “una devastadora meditación de cómo algunos errores no pueden quedar atrás”.
Affleck está también nominado en los premios del sindicato de actores (SAG) . El domingo será el primer test. ¿Caerá de pie?