"Quería hacer una película sobre el derecho a soñar", señala el director, y agrega que le llama la atención que la vejez no está muy bien contemplada en la historia del cine, "como si las distopias, la fantasía, las tramas de maduración con historias 'coming-of-age son siempre asociadas a la juventud".
Según el cineasta, "hay ritos de pasaje para los jóvenes, pero para los ancianos, no".
Es como si el cuerpo anciano, el cuerpo viejo, no tuviera derecho a "protagonizar su propia historia", es un cuerpo que "no está presente, no está autorizado a ser protagonista de su propio tiempo, de su propia experiencia", agrega.
En este sentido, la película trata de "actualizar un poco, a través de un juego de géneros, un cuerpo disidente históricamente" de las narrativas, de la literatura, de la tradición cinematográfica, y constituye así "un intento de hacer una investigación sobre un cuerpo viejo con deseos".
"Entonces tiene que hacer un juego de aventura, una 'boat movie', una 'road movie' (...) para encontrar la prosperidad y potencia de este cuerpo, que es disidente", añade.
El filme, una coproducción entre Brasil, México, Chile y Países Bajos, cuenta la historia de Teresa, de 77 años, que ha vivido toda su vida en una pequeña ciudad industrializada del Amazonas, hasta que un día recibe la orden oficial del gobierno de trasladarse a una colonia de viviendas para mayores.
La colonia está en una zona aislada donde se lleva a los ancianos a "disfrutar" de sus últimos años, liberando a la generación más joven para que se centre plenamente en la productividad y el crecimiento.
Tereza se niega a aceptar este destino impuesto. Por contra, se embarca en un viaje transformador a través de los ríos y afluentes del Amazonas para cumplir un último deseo antes de que le arrebaten la libertad, una decisión que cambiará su destino para siempre.
Históricamente, los viejos en el cine siempre están "conectados a la nostalgia, de lo que pasó, de la vida que tuvieron, hoy son como cartografías del pasado o están en la inminencia de la muerte", afirma Mascaro.
En este sentido, la película quiere hacer algo completamente diferente e "intenta de manera muy singular pensar el cuerpo presente de los ancianos", en el ahora, y no en el pasado o hacia una muerte, agrega.
El sueño de Tereza es volar, "pero termina volando mucho más alto cuando conoce a otra anciana aún más vieja y su fortaleza", dice Mascaro.
El realizador celebra haber podido contar en su película con la actriz Denise Weinberg, que a diferencia de otras actrices del 'main stream', de las telenovelas, por ejemplo, sometidas a los cánones de la industria de la belleza y presionadas por las estandarización de los cuerpos y los rostros, "tiene otra mirada, otra energía" y "está orgullosa de sus marcas de vida".