“Los últimos días nos han creado preocupación por un gran peligro que corre la Berlinale lo mismo que otras instituciones en Alemania. Por eso levantamos nuestras voces”, dice un comunicado también firmado por el director de programación, Mark Peranson.
Los dos cineastas sostienen que el festival fue este año durante los diez días que duró un espacio de diálogo e intercambio pero que tras la ceremonia final "otra forma de comunicación empezó a dominar entre los políticos y los medios" a través de la instrumentalizació de acusaciones de antisemitismo con objetivos políticos.
"La ceremonia de entrega de premios del 24 de febrero fue atacada de una manera tan violenta que algunas personas ven ahora su vida amenazada. Eso es inaceptable", dice el comunicado.
Con ello se hacía referencia al caso del cineaste israelí Yuval Abraham que acusó a su país durante los premios de tener un régimen de apartheid y después ha recibido amenazas de muerte.
Chatrian y Peranson expresan su solidaridad con todos los cinestas, miembros del jurado y otros asistentes al festival que hayan recibido directa o indirectamente amenazas y a la vez declaran su solidaridad con los rehenes de Hamas, entre los que mencionan a David Cunio que participó en otras ediciones de la Berlinale, y piden su liberación.
A la vez se declaran solidarios con las personas cuya vida está en peligro en Gaza.
"A quienes digan que tenemos que escoger entre lo uno o lo otro tenemos que recordar que el dolor es universal. Lamentar la pérdida de vidas humanas de un lado no implica que olvidemos las pérdidas del otro. Sostener otra cosa es algo deshonesto, vergonzoso y polarizador", dice el comunicado.
Durante la entrega de premios el sábado en la noche se abordó repetidamente el conflicto en Oriente Medio y miembros del jurado y algunos galardonados pidieron un cese el fuego en Gaza y en uno de los discursos el cineasta Ben Russell habló de genocidio.
Lo ocurrido durante la entrega de premios recibió duras críticas de parte de la comunidad judía alemana y también de parte de diversos partidos políticos ante todo porque en ningún momento se hizo referencia a los atentados del 7 de octubre ni a los rehenes que todavía están en manos de la organización terrorista Hamás.
El ministro de Justicia alemán, Marco Buschmann, dijo recientemente que el nombre de la Berlinale -había sufrido daños por haber permitido durante la entrega de premios expresiones de antisemitismo sin hacer frente a ellas.
Chatrian estuvo hasta esta edición al frente de la Berlinale junto con Mariette Rissenbeck y han entregado el mando a la estadounidense Tricia Tuttle.