El máximo galardón fue para una película interpretada por actores sacados de la vida real, que se convierten en una familia de la mano de Simón, quien regresaba a Berlín tras haber ganado en 2017 el premio a la mejor ópera prima con “Estiu 1993″.
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El jurado de la Berlinale, presidido por el director indio-estadounidense M. Night Shyamalan, valoró en “Alcarràs” la “extraordinaria capacidad” interpretativa de esos actores, a los que Simón reclutó entre fiestas populares de la región donde se desarrolla.
Y también la capacidad de combinar "ternura y comedia" alrededor de esa familia que, de pronto, debe recoger su última cosecha, ya que los árboles de las tierras que cultivaron durante décadas serán sustituidos por campos de placas solares fotovoltáicas.
La Berlinale volvía con esta 72 edición al formato presencial, después de haber quedado reducida a lo virtual el año anterior por la pandemia. Necesitaba dar una señal de vitalidad al castigado sector del cine. Y lo hizo apostando por la ternura, tanto a través de nuevos talentos como de genios consagrados.
El Gran Premio del Jurado fue para el surcoreano Hong Sangsoo, por “The Novelist’s Film”, su quinta incursión en la competición de la Berlinale, de donde hasta ahora se había llevado tres platas -la última, el año pasado, al guión de “Introduction”.
"The Novelist's Film" cerró el desfile de los 18 filmes aspirantes al Oso, ya que fue presentado este mismo miércoles, horas antes de la gala de los premios. Es una película tejida sobre reencuentros y la relación que se establece entre una escritora de éxito y una actriz, con la sensibilidad que caracteriza al cineasta y ese estilo entre minimalista y exquisito plasmado en su extensa -27 cintas- filmografía.
El Oso de Plata del Jurado fue para Natalia López Gallardo, por su producción mexicano-argentina “Manto de Gemas”, su primer largometraje. La directora, nacida en Bolivia en 1980, es como Simón un talento joven, aunque su película no destila precisamente ternura, sino el desgarro social del México más pobre, a merced de una violencia donde se diluyen los límites entre víctimas y victimarios.
La Plata a la mejor dirección la ganó la francesa Claire Denis, por “Avec amour et acharnement”, una película interpretada por Juliette Binoche y Vincent Lindon, que acudieron a la Berlinale como máximo aporte de estrellato sobre la alfombra roja.
El premio a la mejor interpretación fue para la germano-turca Meltem Kaptan por “Rabiye Kurnaz versus George W. Bush”, dirigida por el alemán Andreas Dresen. La actriz ganadora interpreta a una especie de madre coraje, en un filme basada en el caso real de Murat Kurnaz, un germano-turco que pasó casi cinco años preso en Guantánamo sin que el Gobierno de Berlín mediara a su favor.
Dresen acudía a la competición representando al cine anfitrión con una película muy emocional, en tono de comedia y centrada en esa madre luchadora y extrovertida, inmune al desaliento y metomentodo.
Presencialidad bajo el covid
Los premios del jurado internacional cerraron la competición de la Berlinale, cuyo retorno a lo presencial quería servir de señal de aliento y activación para todo el sector, tal y como indicaron tanto los co-directores del festival, Carlo Chatrian y Mariette Rissenbeek, como la ministra alemana de Cultura, la verde Claudia Roth.
El certamen se ha celebrado, sin embargo, bajo estrictas medidas. La apertura del festival coincidió con sucesivos picos de contagios por covid e incidencia acumulada. La curva empezó a descender este lunes, pero la vida pública sigue marcada por las restricciones a todo aquel que no tenga la pauta completa y la dosis de refresco.
La asistencia a los pases o conferencias de prensa solo era posible para los representantes de los medios acreditados con el pasaporte covid más un test diario negativo.
Pese a algunos inconvenientes iniciales, se logró un desarrollo más o menos ágil del festival. La alfombra roja estuvo más "despoblada" de estrellas internacionales que en otras ediciones, algo no del todo nuevo en un festival que desistió de competir en serio en esa cuestión con su directa rival, Cannes.
Entre las ausencias destacadas estuvo la dela actriz francesa Isabelle Huppert, quien no pudo acudir a Berlín para recoger el Oso de Oro de Honor al conjunto de su carrera. Había dado positivo por covid la víspera de la gala prevista para su homenaje, que siguió de forma virtual desde París.