Christian Padilla llegó a Paraguay en el marco del programa de diplomacia cultural de la Embajada de Colombia y será parte de Oxígeno Feria de Arte, que hasta mañana se llevará a cabo en el Centro Cultural del Puerto de Asunción.
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Hoy ofrecerá una visita guiada a la feria y, a las 16:00, ofrecerá una charla denominada “Del pop al plop! Operaciones descabelladas del arte contemporáneo”.
“Vamos a recorrer un poquito mirando los trabajos, las preocupaciones y los procesos de todos los artistas”, explicó con respecto a esta visita guiada, en la que también presentará las obras de la artista colombiana Ana Mercedes Hoyos (1942-2014).
“Es una artista con una presencia continental de primera línea”, destacó Padilla y celebró la expansión que está teniendo Oxígeno Feria de Arte, también sumando a artistas internacionales a su propuesta expositiva.
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Indicó que la charla estará muy centrada “en comprender cuál es el legado de esta artista colombiana, que centró su trabajo, su pintura y sus esculturas en estudiar las manifestaciones del Caribe colombiano, muy especialmente de los pueblos afrodescendientes”.
Desentrañando el valor del arte
En esta conferencia, Padilla también abordará el comercio del arte y “por qué una obra vale lo que vale”. “Es un tema muy interesante preguntarnos, por ejemplo, ¿qué va a pasar con las joyas robadas del Museo del Louvre?“, explicó.
En este sentido, recordó que el museo parisino ya fue escenario de otros robos como el de la misma Monalisa o que una obra de Da Vinci fue adquirida, en el año 2018, por 450 millones de euros. “Pero si alguien descubre que no es un Da Vinci, esos 450 millones se convierten en cero”, comentó.
Padilla es especialista en la obra de Fernando Botero y afirmó que tiene “el archivo más grande del mundo de obras falsas de Botero”, porque constantemente la gente le envía imágenes para certificar la autenticidad de la obra.
“El 90% de las veces me envían cosas falsas. Es interesantísimo porque he visto colecciones, en casas muy respetables y de coleccionistas, en las cuales la obra que han comprado de 500.000 dólares, tengo yo que romperles el corazón y decir ‘mira, esto pasa de 500.000 dólares a cero pesos’”, agregó.
Una escena en crecimiento
Esta es la cuarta visita de Padilla a nuestro país y ya está bastante familiarizado con la escena local, e incluso ha escrito un libro sobre la obra de Alfredo Quiroz.
Afirmó que si bien en la feria puede encontrar artistas ya consagrados, cada vez que viene “aparecen nuevos nombres, artistas jóvenes de una calidad importante y trabajos potentísimos”.
“Estoy contento de ver que en la escena, cada vez que vengo, parece ir creciendo y que se va como imponiendo un nuevo lenguaje”, acotó.
El historiador y curador también afirmó que hoy se está mirando hacia la producción artística de Latinoamérica desde distintos espacios, como la Bienal de Venecia.

“La cerámica paraguaya, por ejemplo, que había pasado de ser vista como una artesanía, ahora es una cuestión de arte contemporáneo”, remarcó.
En este sentido, afirmó que en la exposición “se nota que hay una influencia tremenda de Julia Isídrez, algunos artistas se ve que son discípulos suyos o que han trabajado en su taller”.
Padilla señaló que acudió a Venecia en 2022 y también notó una mirada hacia el tejido. “Si vas a la feria hay una serie de artistas, por ejemplo Paz Moreno, que tiene un lenguaje contemporáneo muy internacional pero que tiene como esos elementos propios del tejido”.
También destacó el trabajo de Valeria Franco, al que definió como “muy conceptual y vinculado con preocupaciones contemporáneas como el feminismo, presente en su obra, pero desde el tejido y mirando la tradición como hacia el pasado”, acotó.
Interés y paciencia para el arte contemporáneo
A criterio del curador e historiador, “el arte contemporáneo no es una cosa inmediata, o sea, si realmente estás interesado tienes que darle tiempo y ofrecerte también a querer saber qué dicen los artistas”.
Afirmó que esto también pasa en la música o en el cine, donde hay propuestas muy fáciles de digerir y, en contrapartida, hay otras obras que “son realmente apasionantes, pero que van a costar digerirlas, te van a costar tiempo, pero te dejan una enseñanza detrás”.
