“Question Mark”, el título elegido por Yegros para esta muestra, representa una pregunta suspendida en el aire: no exige respuesta, sino contemplación. En palabras del propio artista, alude a “las preguntas que uno se hace y nunca se anima a contestar”.
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Los materiales que utiliza están impregnados de historias: discos duros olvidados, tapas de libros, monedas de diversos lugares. Lo que para otros es desecho, para él son treasures, tesoros. La materia descartada cobra una nueva vida. “Me gusta trabajar con las cosas descartadas”, afirma con sencillez. Pero en esa frase se encierra una poética precisa: la de transformar lo que ha sido desechado en memoria, en metáfora visual del paso del tiempo.
En esta exposición, Yegros opta por una paleta de colores primarios. “Todo artista trabaja con tres colores y los va transformando”, señala. Pero más allá del color, en su obra emergen palabras: escritas, garabateadas, pensadas. Frases que brotan del inconsciente como si fueran fragmentos de un diario íntimo, recuerdos de juventud o reflexiones heredadas. La escritura lo acompaña desde la adolescencia: “Me encantaría hacer algo con los escritos que tengo desde los 14 años”, confiesa, revelando una pulsión por rescatar una historia personal, familiar, ancestral.

Ángel Yegros integra su biografía a su obra y la problematiza. “No sé si mis raíces se hunden en el suelo o en el agua”, cita de un poema que lo emociona y que forma parte de su trabajo.
Su ascendencia, mezcla de indígena y española, es un elemento clave de su universo visual. Esta “hibridación” no es solo biográfica, sino también conceptual. Sus piezas habitan un espacio liminar entre lo tradicional y lo contemporáneo, lo manual y lo tecnológico, lo local y lo universal. Cada obra es una cápsula del tiempo donde conviven lo antiguo y lo nuevo.
Sobre el artista
Ángel Yegros (Asunción, 1943) es una figura emblemática del arte paraguayo, con más de seis décadas de trayectoria. Inició su carrera artística en 1964, año en que participó en la II Bienal Americana de Córdoba (Argentina) y en una muestra en la Unión Panamericana de Washington. Ese mismo año cofundó el grupo Los Novísimos, junto a William Riquelme, Enrique Careaga y José Antonio Pratt Mayans. Este colectivo introdujo nuevas corrientes artísticas en Paraguay, como el pop art, la nueva figuración y el action painting, rompiendo con las estructuras académicas tradicionales.

Si bien desde sus inicios mostró una inclinación hacia lo matérico, fue en los años 80 cuando se dedicó de lleno a la escultura en metal. Inspirado por el artista suizo Jean Tinguely, comenzó a trabajar con materiales de desecho industrial —hierro, cobre, bronce— utilizando técnicas de soldadura eléctrica y autógena. Su primera muestra escultórica, Metamorfosis, se presentó en 1983 en el Instituto Cultural Paraguayo Alemán.
La obra de Yegros está profundamente influida por las filosofías orientales y la cosmovisión guaraní. Conceptos como el tekoha (lugar del ser) y el pensamiento de Heidegger se entrelazan en su trabajo, que reflexiona sobre la esencia del ser y su vínculo con el entorno. Sus obras forman parte de colecciones públicas y privadas en países como Japón, España, Alemania, Francia, Argentina, Brasil y México.