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La obra teatral “No claudiqué!”, presentada recientemente en la Manzana de la Rivera, recordó aquel lamentable hecho hacia una obra de uno de los exponentes más importantes del arte escultórico que ha tenido el Paraguay. El hijo del artista, Javier Guggiari, conserva las piezas que conformaron este árbol de hierro con brotes en acero inoxidable, como un triste testimonio del poco valor que se le da al arte desde el Estado paraguayo.
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El 14 de marzo de 2014, advertido por uno de sus hermanos y un amigo, Javier acudió al predio de la entonces SEAM y con su teléfono celular grabó el estado en el que se encontraba la obra que había realizado su padre y que fue entregada en carácter de donación a la institución.“El árbol” había sido derribado por un herrero y sus partes permanecían dispersas en el piso.
En aquel tiempo, la institución se justificó señalando que el sitio donde se encontraba la obra se inundaba con las lluvias. La entonces ministra de la SEAM, María Cristina Morales, se disculpó con la familia Guggiari y firmó un acuerdo de compromiso para trasladar la obra a otro sitio en un plazo de seis meses.
“Firmamos el documento y nada. Yo traje las piezas acá. Pasaron los seis meses, nada; pasó un año, nada; pasaron estos nueve años, nada. Entonces estas piezas, estas cosas ya son nuestras”, expresó Javier, desde el antiguo taller de don Hermann Guggiari.
¿Qué pasó en ese entonces con la Secretaría Nacional de Cultura? “No hicieron un pito, no reaccionaron”, lamentó impotente el hijo del artista.
Hierro y acero inoxidable
Explicó además que “El clamor del bosque” fue construida en hierro de 5 milímetros, buscando representar un árbol muerto por los problemas ecológicos. “Pero que le están creciendo sus brotes. Dentro de lo dramático que pueda ser la obra, también es esperanzadora”, añadió.
“El árbol está en perfecto estado, solo que está oxidado. Pero creo que la oxidación era parte de la intención misma de papá, del espíritu de su descomposición. Combinó el hierro en el árbol y el perenne material como el acero en los brotes. Hay un criterio de creación y todo está relacionado entre sí”, sostuvo además el hijo del artista fallecido en 2012.
Javier Guggiari, que sigue los pasos de su padre en la creación de esculturas, espera poder realizar un montaje con estas piezas y colocarlas en algún espacio público como la Costanera de Asunción. “Ahora sumar que la obra misma que representaba un hecho antiecológico, esa obra también fue víctima del mismo problema y por la institución que debería proteger”, expresó.
“Nosotros vamos a tratar de hablar con personas que puedan tener interés en donar esto a la ciudad y poner en un lugar emblemático. Como motivo, como obra y como símbolo es una obra muy universal, no solamente nacional. Es un tema muy preocupante”, acotó.
El actual ministro de la Secretaria Nacional de Cultura, Rubén Capdevila, afirmó a ABC que tomaron conocimiento del hecho y están realizando “averiguaciones con las autoridades de la institución”. “Aunque resulta un tanto complejo al haber ocurrido en el año 2014″, acotó.
Capdevila sostuvo además que siempre está en comunicación con Javier Guggiari. “Nosotros tenemos todos los documentos emitidos en su momento. Aunque no hemos recibido aún una denuncia formal en esta gestión”, añadió.