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“Los costos de importación y re-exportación se comen casi toda nuestra ganancia”, se quejaba en julio de 2013 el empresario italiano Carlo Minelli, propietario de varias empresas radicadas en Paraguay, en un intercambio de e-mails con Jessica Cherico y Valentín Ureña III, funcionarios de la firma panameña Mossack Fonseca.
Precisamente por eso, explica el empresario radicado en territorio paraguayo, que estaba pretendiendo ampliar el ámbito de negocios de una empresa offshore que había adquirido años antes en Panamá. Hasta ese momento, la offshore denominada Ballard Holdings S.A. se había dedicado exclusivamente a adquirir acciones de firmas del grupo empresarial de Minelli y no había necesitado de cuenta bancaria alguna. Una situación que estaba cambiando.
“NUESTROS ASESORES NOS HAN ACONSEJADO DE UTILIZAR LA EMPRESA BALLARD HOLDINGS S.A. QUE HEMOS ADQUIRIDOS HACE APROX OCHO ANOS A MOSSFON TRUST, TAMBIEN COMO OFF SHORE PARA COMPRAR Y VENDER MADERA, SIN PASAR FISCALMENTE NI BANCARIAMENTE POR PARAGUAY (sic)”, explicó después el empresario italiano. De acuerdo al intercambio de e-mails que mantuvo con los representantes del estudio jurídico panameño, este consejo había llegado debido a que en los últimos tiempos sus empresas productoras de pisos de parquet y otros productos de madera maciza habían ampliado los mercados.
Minelli, quien figura en nuestro país como propietario de IGISA S.A.E.C.A., firma que es socia de la Federación Paraguaya de Madereros (Fepama), la cuenta bancaria de su offshore sería utilizada para pagar a proveedores y guardar el dinero de las ganancias, que aumentarían al conseguir evitar fiscal y bancariamente a Paraguay.
Mayo de 2006. Desde Asunción llegaba un pedido para los funcionarios de la firma asentada en Panamá Mossack Fonseca: un cliente estaba interesado en adquirir una nueva compañía offshore. El encargado de enviar el pedido fue Manuel Riera Escudero, miembro fundador del estudio jurídico Riera Abogados, en el que también figura el actual titular del Consejo de la Magistratura y exintendente de Asunción, Enrique Riera.
El primer e-mail fue enviado el 30 de mayo de 2006. Sin embargo, casi dos meses después, el 14 de julio, Riera volvía a escribir a los representantes de la firma panameña pidiendo disculpas por no haber dado respuesta a las opciones que le habían enviado, señalando que el cliente en cuestión había viajado y volvía a pedir nombres de compañías disponibles.
La encargada de responder fue María González Siburu, funcionaria de Mossfon Trust Corporation, el brazo fiduciario de Mossack Fonseca, quien ofrecía a Riera tres opciones de nombres: ORMOND GROUP S.A.; ORNELLA TRADING S.A.; o FARLOW DEVELOPMENT INC. Además, le adelantaba que la adquisición de alguna de ellas tendría un precio de US$ 2.400 y US$ 1.800 anuales por el mantenimiento.
Riera se mostró sorprendido por lo que él consideraba un elevado costo y señala en reiteradas ocasiones que en oportunidades anteriores las gestiones no superaban los US$ 1.000. Como respuesta, González Siburu le explica que todo formaba parte de una “solución” que ellos denominaban “Completamente Administrada”, la cual incluye, directores, accionistas, cuenta bancaria, fimantes y demás.
Tras varios e-mails, se detecta que en realidad Riera había actuado las ocasiones anteriores en contacto con Mossack Fonseca Co., no con Mossfon Trust Corporation, el brazo fiduciario. Reencauzada la comunicación, Riera Escudero solicita la compra de la sociedad denominada Ballard Holdings S.A., que debe ser inscripta en la jurisdicción panameña, con propósito comercial, capital de US$ 10.000 (el mínimo legal establecido por la legislación de Panamá) y cuyos directos deberán ser proveídos por Mossack Fonseca.
Además, solicita que las acciones de la nueva offshore sean emitidas al portador y que se expida un poder en el que se lo nombraba a él mismo como apoderado de la firma. Por todos estos trámites, se terminó pagando US$ 1.450 que fueron enviados a la cuenta de MF en el HSBC de Nueva York, Estados Unidos.
La comunicación entre Riera y Mossack Fonseca sobre esta empresa en particular se cortó luego de que se realizara el pago. Volvieron a hablar sobre Ballard Holdings, recién en 2013, cuando Minelli comenzó a realizar las preguntas sobre los requerimientos para abrir una cuenta bancaria para la offshore.
En principio, la intención de Minelli era habilitar una cuenta bancaria en la sucursal panameña del Banco de la Nación Argentina (BNA). Los representantes de Mossack Fonseca recomiendan a Minelli el cambio de banco, dejando atrás su idea inicial de abrir una cuenta en el BNA Panamá para hacerlo en el Banco Banvivienda con el que “tenemos buena relación”, le explica Valentín Ureña III, uno de los abogados del estudio jurídico panameño.
El empresario asentado en Paraguay dejó en claro en reiteradas ocasiones que su intención era no pasar ni fiscal ni bancariamente por Paraguay.
Minelli y Ureña mantuvieron varias conversaciones telefónicas, durante las cuales el empresario asentado en Paraguay decidió optar por la apertura de una cuenta en Santa Lucía, una pequeña isla del Caribe y conocida como paraíso fiscal. El banco elegido fue el BOSLIL (Bank of Santa Lucia Ltd.). Tan contento quedó Minelli que hasta ofreció a Ureña la posibilidad de hacer de enlace con futuros compradores en la zona del Caribe y pagarle por ello.
En conversación con la redacción de ABC Color, Manuel Riera, quien figuraba como apoderado de la empresa Ballard Holdings S.A., dijo desconocer el pedido realizado por el propietario de la misma, Carlo Minelli.
El abogado reconoció que su estudio jurídico mantenía relaciones con Mossack Fonseca. Explicó además que se recurren a las empresas offshore para que las mismas se encarguen de tener acciones de empresas establecidas en nuestro país y aseguró que ninguna gestionada por su estudio jurídico tiene vínculos con cuestiones ilícitas.
–Notamos que hay casos de clientes que ocultan a los beneficiarios reales detrás de funcionarios panameños.
–Normalmente se manejan con funcionarios de allá porque las offshore no operan en Paraguay, simplemente tienen acciones, entonces no necesitan directorio. Te ofrecen sociedades con directores, pero te hacen firmar que no vas a dedicar la empresa a cuestiones ilícitas.
–¿Alguna de las empresas vinculadas a su estudio tuvo algún problema judicial?
–No, ninguno. Tener una sociedad offshore no es ilícito, lo ilícito es lo que se pueda hacer con las sociedades.
–En el caso de Ballard Holdings, ¿no le llamó la atención que en uno de los e-mails el señor Minelli hablara de no pasar “fiscal ni bancariamente” por Paraguay?
–No conozco yo, porque lo que hacemos es intermediar en la compra nomás de la sociedad, después no sabemos qué hacen con las sociedades.
–Entonces no recibió copia de ese e-mail.
–No, porque esa ya es una relación del dueño de la sociedad con bancos, empresas, etc. No sé por qué habría ese e-mail porque la mayoría se limita simplemente a tener acciones.
En principio, esa sociedad para lo único que inscribimos es para holding.