El delantero Hon Seung-min, que juega en el Bayer Leverkusen alemán, y los centrocampistas Koo Ja-cheol, del Wolfsburgo, y Ki Sung-yueng, del Sunderland inglés, son las principales bazas con las que cuenta la roja de Asia para tratar de dar la sorpresa en la próxima Copa del Mundo.
El delantero Park Chu-young, que regresó a la suplencia en el Arsenal tras una mediocre temporada pasada cedido en el Celta de Vigo español, no fue convocado en los últimos dos amistosos del combinado nacional y podría no viajar a Brasil.
El equipo surcoreano, criticado en su país por la falta de calidad en ataque, presenta sin embargo un sólido y ordenado muro defensivo con el que promete ponerle las cosas difíciles a las potencias futbolísticas que se crucen en su camino.
En la fase de clasificación Corea del Sur, que ha participado en todos los mundiales desde 1986, estuvo a punto de ser enviada a la repesca por rivales aparentemente más flojos tras perder en casa 0-1 el último partido contra Irán, que finalmente obtuvo el primer puesto del grupo A de Asia.
La marea roja finalmente logró la clasificación directa en el segundo puesto del grupo empatada a puntos con el tercero, Uzbekistán.
La irregularidad del equipo ha quedado patente en los amistosos disputados desde septiembre, con derrotas ante Rusia (1-2), Brasil (0-2) y Croacia (1-2) y victorias frente a Suiza (2-1), Mali (3-1) y Haití (4-1).
El principal objetivo de Corea del Sur en Brasil 2014 es superar la fase de grupos, algo que ya logró en Sudáfrica 2010 antes de caer en octavos de final contra Uruguay, por 2-1, con dos goles de Luis Suárez.
El entrenador sobre el que pesa la responsabilidad de este reto es Hong Myung-bo (1969), uno de los futbolistas surcoreanos más laureados de la historia, que jugó hasta cuatro mundiales y en el último de ellos, el de 2002, se convirtió el primer jugador asiático en ganar un Balón de Bronce.
Sin duda aquella Copa del Mundo, organizada conjuntamente por Corea del Sur y Japón, es la que más gloria ha traído hasta el momento a la selección surcoreana, que logró el “milagro” de llegar a semifinales tras derrotar a Italia y España en partidos, sin embargo, no exentos de polémica arbitral.