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Comenzar siempre es un gran desafío y más aún cuando se trata de un emprendimiento familiar. Sin embargo, existe una organización que se dedica a fomentar el espíritu emprendedor y los orienta para concebir una buena idea de negocio.
“Creemos que cada familia tiene dentro de sí un espíritu emprendedor”, manifiesta Omar Sanabria, gerente de Microfinanzas de la fundación.
Sanabria explicó que la fundación trabaja desde la concepción de la idea y luego hace un acompañamiento del emprendimiento.
“Normalmente algunas familias ya tienen su idea de negocio y en algunas otras vamos desarrollando esa idea de acuerdo a cada comunidad. Comenzar a elaborar con base en eso el emprendimiento, luego lo bajamos a la realidad y haciendo un plan de negocio, una capacitación y también vamos a lo que es más básico, lo que es el manejo familiar el presupuesto familiar”, explicó Sanabria.
Los negocios que acostumbran florecer –explica el gerente de Microfinanzas– sobre todo en el área metropolitana y la capital son los rubros de comidas, elaboración de bijouterie, productos de limpieza, venta de ropas y de cosméticos, mientras que en ciudades del los emprendimientos interior se ajustan al entorno de cada comunidad, como el caso de Carapeguá, donde el tejido es el negocio de mayor crecimiento.
DESAFÍO
“Empezar siempre es un desafío, es difícil, pero es fácil llevar eso cuando hay un contexto familiar sano, pero normalmente ante la dificultad se encuentra la oportunidad entonces en los momentos de crisis surge el espíritu emprendedor, entonces parece difícil el comienzo pero de ahí también nacen las nuevas ideas”, expuso Sanabria.
Para el especialista, la clave de poder sobrellevar un articulado negocio familiar es dejar bien en claro desde el principio las reglas y sobre todo documentarlas, para evitar malos entendidos y por sobre todo un eventual fracaso debido a las malas relaciones familiares.
“Una vez que hay claridad en lo que se está acordando, ya no importa si es un pariente o no, sino más bien tener en claro las reglas y respetarlas” sostuvo.
FINANCIAMIENTO
Todo emprendimiento requiere de una inversión para poder arrancar, por ello, la Fundación Paraguaya ha instalado oficinas regionales, prácticamente una en cada departamento y seis tenemos en Central, con el fin de estar más cerca de la gente.
“Lo primero que hacemos es invitar a las familias a que se acerquen a nuestra institución y trabajamos en forma gradual, no empezamos con montos grandes y nos orientamos con microemprendimientos, lo primero que hacemos trabajamos en plan familiar, plan de negocios y ahí vemos la necesidad de capital, y damos el primer préstamo con montos pequeños que van creciendo en forma gradual con el mismo negocio”, explicó.
LA FUNDACIÓN PARAGUAYA
La Fundación nació en 1.985 y actualmente cuenta con unos 56 mil clientes en todo el país, a través de sus programas de microfinanzas, escuelas agrícolas y educación emprendedora.
El programa de microfinanzas tiene cerca de 46 mil asociados, en su mayoría mujeres, quienes están conformadas en comités. “Trabajamos con ellas para que sus familias dejen de ser pobres, entonces hemos desarrollado 50 indicadores de pobreza y conjuntamente con ellas y la fuerza del grupo que integra cada comité, estamos desarrollando estrategias para que dejen de ser pobres”, expuso Sanabria.
Por su parte, el programa de Escuelas Agrícolas ya tiene en nuestro país cuatro instituciones “autosustentables”, una en Cerrito, otra en la ciudad de Belén, departamento de Concepción; una en Mbaracayu, exclusivo para chicas y en San Pedro del Ycuamandyyu, mientras que mantienen otras tres escuelas agrícolas en la República de Tanzania, África Central.
Para más informes pueden comunicarse al teléfono de la fundación, 609 - 277.