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Los ojos estaban puestos en el Bañado Norte en julio del año pasado. Meses antes, diferentes organizaciones, medios de comunicación y otros grupos entraban y salían de la cancha San Juan, para que todo esté a punto el día que el papa Francisco visitara la zona. Fue una jornada soleada, histórica y conmovedora para todos los que estuvieron presentes y para quienes siguieron el mensaje por radio, televisión o internet.
“No saber lo que pasa en los Bañados refleja la falta de solidaridad con esa sacrificada gente (…) De nada sirve ir a misa todos los domingos si uno no es solidario con el pueblo”, fue lo que dijo Jorge Bergoglio en el encuentro con los bañadenses. Por su mensaje, todos se dieron cuenta de que el Papa conocía la realidad del populoso barrio. Por algo decidió ir a ese lugar.
Ese momento fue inolvidable, recuerda María García, activista social nacida del bañado. Pero pasó esa emoción, y volvieron a la realidad, que esta vez les golpeó más que nunca, ya que desde el ’83, no habían sufrido una inundación como la que soportan actualmente. La cancha donde Francisco compartió su alentador mensaje, desapareció bajo las aguas.
“La gente de los bañados es la que se queda”, dijo María, al recordar que a diferencia de julio, hoy día son pocas las organizaciones que se hacen presentes en el lugar para ayudar, como encomendó el líder católico. “Nosotros sabíamos que la gente iba a aparecer en ese momento, por el hecho de que el Papa iba a estar ahí. La gente iba a aprovechar los espacios”, lamentó.
“Sabíamos que eso iba a terminar y que nuevamente íbamos a ser nosotros”, dijo.
María recordó que fue Bergoglio quien llamó la atención del Estado con respecto a la situación en los bañados. Seis meses atrás un alegre Francisco decía ese sábado a los bañadenses: “Estoy muy alegre por visitarlos esta mañana. No podía estar en Paraguay sin estar con ustedes en esta su tierra”.
“Por más misa de los domingos, si no tenés un corazón solidario, si no sabés lo que pasa en tu pueblo, tu fe es muy débil, o es enferma o está muerta”, dijo el papa y despertó aplausos aquel día. María, quien nació, vivió y vio crecer a sus hijos en el Bañado Norte, dijo que se dieron cuenta de que el Papa sabía dónde estaba, por el mensaje sobre la solidaridad que lanzó y porque mencionó el problema de las inundaciones.
Justamente fueron las autoridades quienes más aplaudieron al líder religioso en la serie de eventos que realizó en nuestro país. Para García, todo esto tendrá sentido cuando se ocupen verdaderamente del problema y se haga una franja costera. “Yo nací acá. Hace 20 años (tras la última inundación importante) empezamos de cero. El bañado es nuestro, nosotros mejoramos”, manifestó.
Pero hay esperanza. Pese a que siguen las necesidades, María dijo que ya cuentan con el compromiso de trabajar de la actual administración de la Municipalidad de Asunción, que asumió hace menos de un mes. Con el recuerdo del mensaje del Papa en la mente, sobrellevan el problema en los refugios, donde la más acuciante necesidad es la instalación de más baños químicos, recordó la afectada.
Ahora queda esperar. Primero, que bajen las aguas, y luego, que se emprenda una solución definitiva desde el Gobierno. Para los bañadenses, salir no sería una primera opción, ya que están convencidos de que el proyecto de la franja costera será suficiente.