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En febrero de 2007, un grupo de amigos se unió para hacer música. Apasionados del género funk –e influenciados por íconos como James Brown y Maceo Parker–, nacía La Santísima Groove en la capital del país. Tras varios cambios en su formación, el grupo empezó a componer y grabar su primer demo, allá por 2010.
No tardó mucho para que surjan los primeros toques, en distintos locales nocturnos que ofrecía Asunción. “Nos fuimos ‘aggiornando’ de acuerdo a los locales nocturnos, pero siempre en locales que dan espacio a los grupos nacionales; la mayoría en el centro”, comenta Osvaldo Domingo Lombardo, vocalista de la agrupación.
Según menciona, el funk siempre fue el punto de encuentro entre sus integrantes. “Un grupo que nos inspiró para hacer este estilo es Faro de Fusca, que tocaban bastante en 2006 (…). Con Ati (Fariña, guitarrista), que era mi compañero de colegio y tenía afinidad, nos decidimos por ese estilo porque nos gustaba ir a sus conciertos”, cuenta. Más tarde ingresó Marcelo Ortigoza en vientos, y se afianzaron definitivamente en el género.
Los trabajos de composición, según cuenta el vocalista, son bastante colaborativos. “A veces Ati trae una base rítmica de guitarra; Marcelo (Ortigoza, saxofón) le busca una melodía de vientos y, cuando esa base está, yo le busco una melodía de voz y hago la letra en base a eso. A veces, cuando va entrando la métrica en la canción, esa es la fórmula”, revela.
Su primera producción lleva por nombre El agite, título que sirve para dejar sentada su filosofía musical… y de vida. “La música habla de no estar estancado. No estar esperando que algo pase algo: vos tenés que buscar eso que deseás”, subraya. “Entonces es como que el ‘agite’ es: movete y salí a buscar lo que querés”.
Grabado entre mayo de 2013 y febrero de 2014 en Fondo Funk Estudios, la producción contiene temas como El agite, Groovin, Rosas blancas, Dime y Todo puede ser.
“Tiene un sonido bailable, con el ritmo bien disco”, señala Lombardo. “Buscamos un sonido funk-disco de los ‘70. Fuimos poniéndole esa línea rítmica en la batería y las canciones volvieron a tomar otro color”, refiere.
Entre sus principales referencias musicales, menciona a James Brown, y agrupaciones latinoamericanas como Los Tetas (Chile) y los Illya Kuryaki and the Valderramas (Argentina).
-Se desenvuelven dentro de un género poco explotado en Paraguay…
-Cuando empezamos había dos bandas de funk, con las cuales habíamos hecho algunos conciertos: la banda La blusa sin corte y Mother funk, que era una dependencia de Pipa para tabaco (…). Con ellos hicimos unos cuantos conciertos en bares de la época… pero es como que se juntaban de una manera muy esporádica y nunca concretaron un disco.
-¿Cuál es el sonido de la banda en vivo?
-Si bien partimos de la base del disco, en (el concierto del viernes 18 de setiembre, desde las 22:00, en La Cachamba) van a tener un toque distinto porque tenemos músicos invitados. Vamos a tener un sonido más especial en vivo. Quizás algún que otro tema tenga una particularidad especial para que lo prolonguemos…
-¿Cómo fue el proceso entre la fundación del grupo y este primer disco?
-Yo me recibí de arquitecto en la UNA; Afi de ingeniero… Nos fuimos recibiendo y dejamos de lado el grupo. Volvimos a retomar desde 2012. Fue ese proceso de componer temas nuevos y volver a hacer versiones de temas que ya teníamos. En 2013 entramos al estudio, y esa grabación tardó unos 10 meses, para ver a luz ahora, en este agosto-setiembre.
-Como toda la música que se edita en Paraguay, el disco se concretó de manera independiente…
-Fue la platita que fuimos juntando a través de los años, por toques, y nos financiamos casi todo el disco. La grabación entera fue con plata de conciertos y, todo lo que sea impresión, etcétera, con una inversión que podemos recuperar. Más que nada, buscamos dejar un legado físico a la música nacional.
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