Cargando...
El objetivo principal de esta organización es rescatar del peligro de extinción al papagayo azul (gua'a hovy), aunque también se trabaja con pichones de otras especies, como por ejemplo papagayos rojos y amarillos, guacamayos, tucanes, cotorras y loros.
Los cuatro miembros y 15 voluntarios buscan repoblar el cielo con aves mediante el proyecto "Introducción de aves silvestres en ciudades". Para llevar a cabo ese objetivo, los miembros de Asora Py están trabajando, a puro pulmón, en el proyecto que pretende rescatar del peligro crítico de extinción al papagayo azul con pecho amarillo (gua'a hovy).
Gustavo Espínola, titular de Asora Py, indicó que están trabajando desde hace varios años en rescatar a las aves y, sobre todo, conseguir la cría de los animales en cautiverio para luego devolverles la libertad. Aclaró que ese trabajo lleva unos 10 ó 15 años, pues se debe concienciar a la sociedad para que pueda respetar a los animales que están en libertad.
"Primero, estamos buscando concienciar a los niños, los jóvenes y los adultos sobre la importancia de estas aves, porque de nada sirve criar y soltarlas si después van con honditas detrás de los animales. Necesitamos que los luqueños y todos tengan sentido de pertenencia y allí poder soltar a las aves", dijo Espínola.
Cuatro son las personas que trabajan diariamente en el sitio: dos guías (Marcelo Ojeda y Matías Sánchez), la docente Katterine Ramos y el criador de aves Gustavo Espínola, pero son 15 los voluntarios que apoyan el proyecto ambiental que busca, por sobre todo, concienciar mediante las charlas, talleres y el contacto directo con los animales a la población.
El programa que ofrecen los profesionales en Asora Py incluye la proyección de varios audiovisuales con contenidos instructivos referentes a la vida de diferentes especies de aves. Luego, se hace un recorrido por las instalaciones de la asociación para observar las diferentes especies nativas. También hay tiempo de interacción con las aves en el único aviario de inmersión que tiene el país.
Espínola manifestó que el taller no es una escuela ni un zoológico, sino un espacio para promover la educación ambiental mediante la convivencia con los animales silvestres. El profesional explicó que la mayoría de las aves fueron rescatadas o donadas por los propietarios que ya no podían hacerse cargo de sus "mascotas".
"Tenemos unas 200 aves que en su mayoría eran mascotas. Muchas veces, las personas compran los animales silvestres en el mercado, creyendo que su cuidado es como un perrito o gatito, y después de tenerle un tiempo se dan cuenta de que el cuidado es complicado, entonces nos donan", dijo Espínola.
Agregó que no es recomendable tener como mascotas a los animales silvestres, porque se les hace mucho daño al sacarlos de su hábitat y también se están destruyendo todos los días los espacios donde viven. "Muchos compran en el mercado y le ponen en una argolla de metal; eso es peor porque les causa problemas articulares. Tenemos que ser conscientes de que los animales en cautiverio no es algo bueno, pero también tenemos la triste realidad de que los dueños de los montes son los ganaderos, son seres humanos que muchas veces destruyen los hábitats, y para preservar la especie muchas veces tenemos que criarlos en cautiverio y trabajar por una conciencia ambiental", manifestó el criador de aves.
El proyecto está ingresando en su segunda fase, en que se busca concienciar a la población. Primero comenzaron con la cría de aves en cautiverio. Ahora, se está trabajando con las charlas que tienen dos formas: un taller de aves (educación ambiental enfocada en aves en peligro de extinción) y la visita guiada (recorrido por las distintas áreas del establecimiento).
Entretanto, la tercera fase es liberar a las aves en las ciudades, pero para que eso se pueda ejecutar en un cien por ciento se necesita tener la seguridad de que no serán cazadas nuevamente. Espínola manifestó que ya liberaron grupos de cotorras, cuya adaptación en la ciudad es más fácil. "Ya liberamos cotorras, ahora tenemos nidos en las plazas, en las iglesias y en zonas donde hay espacios libres, pero necesitamos un trabajo integral para que la población no mate a los animales", dijo.
Para que los visitantes tengan más sentido de pertenencia, Asora Py cuenta con cuatro "embajadores" que participan de las charlas y los talleres: el guacamayo Lalo, el tucán Tuki, el loro Mauricio y la cotorra Riqui. Estos animales eran "mascotas" y debido a eso son bastante dóciles.
"Estos animales les brindan la confianza a los niños y luego entran sin tener miedo al aviario en donde están las otras aves. Así, los visitantes pueden sentir lo que es convivir con los animales en perfecta armonía sin lastimarlos", dijo Espínola.
La Municipalidad de Luque cedió siete hectáreas ubicadas en la compañía Tarumandy, en el límite con el distrito de San Bernardino, para ejecutar allí el proyecto de "Parque de aves", similar al que se tiene en Foz de Iguazú, Brasil. Sin embargo, para llevar adelante esto se necesita de una inversión importante.
"Ya tenemos el proyecto y el terreno en un excelente sitio, pero necesitamos de empresas que nos apadrinen. Estamos buscando los recursos, incluso fondos de las binacionales destinados a la preservación de la flora y la fauna", dijo Espínola, aunque aclaró que primero buscan que las empresas apadrinen con los gastos de traslado a los estudiantes de escuelas de escasos recursos para que puedan asistir a las charlas.
"Hay muchas escuelas que quieren venir a visitarnos para educar a los alumnos, pero el costo de traslado es mucho. Entonces, necesitamos que las empresas los apadrinen con esos gastos", dijo Espínola.
Los interesados en conocer el lugar o convertirse en padrinos pueden realizar sus consultas a los teléfonos (021) 649-872 ó (0981) 999-909. Sitio web: www.asoraparaguay.org. La sede de la asociación está ubicada en la calle Colón 361, entre Javier Bogarín y Bertoni, en la ciudad de Luque.
Texto: María Teresa Blanco.
Colaboración: Óscar Lescano.