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La escasez de anticonceptivos o la falta de una información adecuada sobre el uso de este método así como también el poco acceso a sistemas de capacitación sobre la planificación de la familia, son razones suficientes para que millones de personas no ejerzan derechos básicos como la educación.
“A través de diversas historias, se demuestra que cuando una mujer está en condiciones de ejercer sus derechos reproductivos, tiene más posibilidades de ejercer los demás, como la educación. Como resultado, hay mayores ingresos, mejor estado de salud de la mujer y de sus hijos. Cuando las mujeres y los hombres planifican conjuntamente su procreación, los hijos se benefician durante toda su vida”, expresa el informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas presentado el 14 de noviembre pasado.
Para la Organización Mundial de la Salud, la planificación familiar es la que permite a las personas tener el número de hijos que desean y determinar el intervalo entre embarazos. Se logra mediante la aplicación de métodos anticonceptivos y el tratamiento de la esterilidad.
La organización considera igualmente que los beneficios conllevan la prevención de riesgos para la salud relacionados al embarazo en mujeres, reduce la mortalidad de los menores de un año, previene la infección del VIH y el Sida, baja el índice de crecimiento de la población, entre otros alcances favorables a la sociedad cívica, especialmente en los países en vías de desarrollo.
¿Cómo se accede a la planificación familiar?
El informe del UNFPA revela que mediante información sobre salud sexual, programas integrales de educación sobre sexualidad impartidos en escuelas, campañas, capacitaciones, son algunas de las herramientas que se utilizan para que las personas accedan a una planificación familiar.
En Paraguay casi el 60% de las adolescentes no usa ningún anticonceptivo
El documento divulgó algunos datos sobre la sexualidad entre jóvenes y adolescentes en Paraguay que, en comparación con otros países, resulta alarmante.
Como cada vez hay más adolescentes que inician su vida sexual antes del matrimonio, la responsabilidad de una sociedad para con las mujeres recae aún más en relación al acceso a la educación y salud sexual. Si bien en nuestro país en los últimos años aumentó el registro del uso de anticonceptivos en jóvenes, aún las cifras son bajas: el 60 por ciento de los jóvenes paraguayos no usaron ningún tipo de anticonceptivo al momento de tener su primera relación sexual, según le consta a UNFPA.
Detallan que el porcentaje varía en las zonas urbanas, donde el 78 % de los adolescentes utiliza métodos que prevengan embarazos, y en áreas rurales tan solo el 62%.
Sobre todo lo expuesto, el UNFPA exhorta –y apoya con esfuerzos conjuntos– a los gobiernos de países en desarrollo lograr un mayor acceso universal a la planificación familiar por sobre todo entre jóvenes y adolescentes, ya que según concluyen, es un compromiso y obligación de cualquier Estado.