Para salir de la pobreza hay que invertir en las niñas

La inversión en las mujeres es clave para la reducción de la pobreza y el desarrollo. Sin embargo, hasta hoy las niñas enfrentan grandes barreras que les imposibilitan a convertirse en mujeres capaces de enfrentar el futuro.

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Más de 1 millón de personas en la población paraguaya son niñas de entre 0 a 17 años. En pocos años, serán ellas las que conformarán un importante capital humano de nuestro país para sostener nuestra economía. Así destaca un informe de la organización Plan Internacional en nuestro país.

Las niñas enfrentan hoy muchas barreras que les impide convertirse en mujeres capaces de enfrentar el futuro. Entre estas barreras se encuentra una precoz inserción a la sexualidad. Un 6,4% de niñas y adolescentes paraguayas estuvo alguna vez embarazada, muchas veces como producto de abusos sexuales dentro de la familia.

Cabe mencionar que las niñas que dan a luz antes de los 15 años tienen 5 veces más probabilidades de morir en el parto que las mujeres entre 20 y 30 años.

El abandono de los estudios por embarazo precoz es también muy común. Por esta y otras razones, siete de cada 10 niñas no terminan la educación media y sólo el 2,9% de las mujeres del campo acceden a estudios terciarios. La educación que sería la solución para romper con círculo de pobreza, se convierte en un derecho inaccesible para muchas niñas de nuestro país.

El informe destacó una preocupación a la ausencia de un enfoque de equidad de género en la educación. Los materiales didácticos confirman y perpetúan –consciente o inconscientemente– los estereotipos de mujeres y hombres en la sociedad. Las niñas se ven afectadas al tener relegado el cuidado de los hermanos pequeños, sacrificando muchas veces su acceso a la educación para que pueda cumplir con estas labores y otras de índole productiva.

Las niñas son la clave para el desarrollo e invertir en las niñas y las mujeres es una forma importante de reducir la pobreza, y estas a su vez mejoran sus vidas impactando de manera beneficiosa en sus familias, sus comunidades y nuestro país. Un año adicional de educación secundaria aumenta ingresos potenciales de una niña de 15 a 25 por ciento.

Estudios demuestran que las mujeres reinvierten el 90 por ciento de sus ingresos en sus familias, potenciando aún más el desarrollo.

La identificación y promoción de los potenciales y las capacidades desaprovechadas que las niñas, adolescentes y jóvenes tienen, permiten fomentar su empoderamiento facilitará romper el ciclo entre generaciones de la pobreza y por ende la de los hijos de sus hijos, destaca el documento de Plan Internacional.

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