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Louis Bloom (Jake Gyllenhaal) es sencillamente uno de los protagonistas más interesantes del cine de 2014. Tan detestable como fascinante, Louis es la figura en el centro de una de las mejores películas del año pasado, una historia retorcida pero cautivadora de suspenso.
Conocemos a Louis robando alambre de una reja cerca de una estación de trenes. Es sorprendido por un guardia de seguridad y en la siguiente escena lo vemos con el reloj que el guardia tenía puesto. Louis es de constitución escuálida, pero con una tenacidad y, más importante, una aparente falta absoluta de empatía que lo convierten en un ser extremadamente peligroso.
Una noche conduciendo por una de las múltiples autopistas de Los Ángeles se topa con un accidente de tránsito. La curiosidad hace que pare la marcha y se quede a mirar mientras dos policías tratan sacar a la víctima de su vehículo antes de que este se incendie. Otro vehículo civil para en la escena, una van de la que salen dos hombres con cámaras que se ponen a filmar lo que ocurre. Son “nightcrawlers”, merodeadores de la noche, reporteros “freelance” que filman accidentes y demás hechos violentos y venden sus materiales a los noticieros; mientras más sangre, mejor.
Louis no lo duda un solo momento. Se consigue una cámara de vídeo, una radio con frecuencia policial, un asistente llamado Rick (Riz Ahmed) para que sea su copiloto y sale a cazar desgracias. Con cada éxito, su ambición crece y las medidas que toma para llegar a su objetivo se vuelven más macabras.
Esta es la historia de un hombre que ya está en el “lado oscuro”, pero que se adentra cada vez más en sus profundidades. Pasa de acciones ciertamente cuestionables pero relativamente inofensivas a crímenes imperdonables, aunque el director y guionista Dan Gilroy se asegura de nunca tomar la salida fácil. Este es un thriller inteligente, que no deja en ningún momento de tejer una trama atrapante y llena de giros interesantes, de esos que lo ponen a uno a apretar el borde del asiento tratando de dilucidar exactamente a dónde está yendo Louis. El final es tremendamente oscuro y cínico, y al mismo tiempo es perfecto.
Lógicamente, el trabajo de Gyllenhaal se merece todos los elogios que ya recibió y debería seguir recibiendo. Luois es un sociópata, pero no una caricatura que traduce locura en tics nerviosos y exageraciones, sino porque hay algo siniestro y enormemente inquietante en él que se puede percibir inmediatamente, pero que no está en la superficie, sino que se oculta detrás de un par de ojos que parecen estar siempre calculando con constancia y precisión robótica, en una sonrisa con un sutil aura de artificialidad, en una forma de hablar que parece propia de alguien que nunca fue lo suficientemente cercano a otra gente para incorporar las sutilezas que distinguen a una conversación genuina de algo ensayado para dar la sensación de humanidad.
En otras palabras, Gyllenhaal hace un trabajo extraordinario interpretando a alguien que finge sin haber aprendido a hacerlo del todo bien; es un gran actor haciendo el papel de un actor mediocre.
Esta historia es interesante por razones que van más allá de su protagonista, sin embargo. Hay un muy sólido elenco secundario detrás de Gyllenhaal, con Ahmed haciendo un buen contraste entre la “normalidad” de su personaje y la profunda actitud sociópata de Louis; René Russo está espléndida como productora de noticias que en su tenacidad e ímpetu por lograr buenos rátings no es demasiado distinta a Louis. El hecho de que ni Russo ni Gyllenhaal figuren entre los nominados a los Óscar resalta lo relativo del adjetivo de “Mejor” en las categorías de los premios de la Academia.
Gilroy tampoco deja que su película se vuelva un sermón. El comentario que hace sobre el periodismo carente de ética o el morbo generalizado que exige el tipo de contenido que la gente no puede dejar de ver por mucho que le indigne u horrorice está allí, sin duda, pero siempre implícito, nunca del todo explícito.
Nightcrawler es una de las grandes gemas del año pasado. Simplemente obligatoria.
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NIGHTCRAWLER
Dirigida por Dan Gilroy
Escrita por Dan Gilroy
Producida por Jake Gyllenhaal, Tony Gilroy, Jennifer Fox, David Lancaster y Michel Litvak
Edición por John Gilroy
Dirección de fotografía por Robert Elswit
Banda sonora compuesta por James Newton Howard
Elenco: Jake Gyllenhaal, Riz Ahmed, Rene Russo, Bill Paxton, Ann Cusack, Kevin Rahm y Kathleen York