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Según estudios internacionales, cada persona produce, en promedio, un kilo de basura por día. Partiendo de esa base y teniendo en cuenta que, conforme a los últimos registros, en nuestro país somos alrededor de 6.755.756 habitantes, por día producimos aproximadamente 6.755 toneladas de residuos en todo el Paraguay.
Esa cuantiosa cifra de desechos va a parar a los vertederos que hasta hoy en día siguen sin contar con una planta de tratamiento de basuras, por lo que lo único que hacen es dañar al medio ambiente.
Las 3R son muy conocidas en el ámbito ambiental. Consisten en tres pasos básicos para reducir la producción de desechos y contribuir con ello a la protección y conservación del medio ambiente: reducir, reciclar y reutilizar. Estos conceptos pretenden cambiar nuestros hábitos de consumo, haciéndolos responsables y sostenibles.
Es común confundir reciclar con reutilizar. Cuando deseamos convertir una lata vieja en un lapicero, por ejemplo, decimos que estamos reciclando cuando en realidad lo que hacemos es renovar un objeto para darle una nueva función. Es importante poder diferenciar los tres conceptos que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de las generaciones futuras.
Apunta principalmente a crear conciencia sobre la importancia de consumir menos, evitar comprar objetos nuevos o de moda que son innecesarios y que seguramente terminarán en la basura y, por lo tanto, contaminando.
También se refiere a disminuir nuestro gasto de agua y energía, ya que las fuentes actuales son altamente contaminantes. De este modo agotaremos menos recursos naturales, generaremos menos contaminación y basura y, desde luego, ganaremos en calidad de vida. Si reducimos nuestro consumo, tanto energético como de bienes materiales, estamos disminuyendo también el problemática de la contaminación.
Los consejos son sencillos: comprar menos y aplicar ciertos criterios a la hora de elegir lo que compramos, verificar la procedencia y priorizar los productos elaborados respetando el medio ambiente. También se recomienda optar por embalajes o envoltorios que estén fabricados con materiales que puedan ser reciclados con mayor facilidad o reutilizados.
Si viajamos más en bicicleta, reducimos un porcentaje de la contaminación causada por los automóviles, si usamos pilas recargables, apagamos las luces y desconectamos los aparatos eléctricos cuando no los utilizamos, estaremos contribuyendo al ahorro energético. Esas acciones también forman parte de pequeños pero valiosos aportes en pos del cuidado del ambiente.
Según la Real Academia de Lengua Española, reciclar es someter un material usado a un proceso para que se pueda volver a utilizar. Esta es una de las acciones más difundidas, pero muchas veces malinterpretadas.
El proceso de reciclaje va más allá de la remodelación de una prenda para seguir usándola o de la transformación de envases en objetos decorativos. En el proceso de reciclado, el material se separa mediante diferentes técnicas como fundición, desintegración o procesos químicos, para luego convertirse en un nuevo objeto. Es decir, sería como reintroducirlos en un nuevo ciclo de vida.
Los materiales que son reciclados más conmúnmente son el vidrio, la materia orgánica, las llantas o los plásticos. Es por ello que se sugiere realizar la separación de los desechos, a fin de facilitar el trabajo de los recicladores que venden lo que creemos “basura” a las empresas encargadas de reutilizarlas.
Habilitar un basurero exclusivo para botellas y otros plásticos en la casa es una buena opción, pues cuando se los des a los recicladores no solo estarás colaborando con la economía de esas personas de escasos recursos sino también con su salubridad, pues no tendrán que estar rebuscándose en medio de todas tus basuras.
La reutilización es un concepto que está siendo planteado hoy en día con la reglamentación que obliga a los comercios a vender sus bolsas de plástico. Con esta norma se busca reducir al máximo la cantidad de plástico generado e introducir la cultura de la reutilización, con bolsas de tela o algún material que sea más duradero. La premisa principal con esta regla es usar todo cuántas veces sea posible, ya sea con su misma finalidad o con una nueva función.
Este método también es muy aplicado al arte, puesto que pese a que mucho lo llaman erróneamente “arte reciclado”, consiste más bien en utilizar lo que muchos consideran basura pero volver a darle una nueva función estética en este caso. El término también es aplicado mucho últimamente en prendas, artículos decorativos para el hogar y en elementos hechos con madera. Con un poco de creatividad, cualquier artículo en desuso puede resultar en algo muy provechoso e innovador. Reciclar y reutilizar son dos excelentes iniciativas; no obstante, la mejor alternativa siempre es saber reducir nuestro consumo, al disminuir ya no será necesario reciclar y reutilizar tanto.
Reducir implica pensar si ese artículo que vemos en la vitrina de una tienda o en un mostrador en realidad lo necesitamos. Otra forma de reducir es adquirir artículos de buena calidad, los artículos de muy bajo costo en muchas ocasiones son más accesibles para nosotros pero terminan pasando altas facturas al planeta y deben ser renovados más rápidamente.
Una de las cosas que en la actualidad están perjudicando el medio ambiente es la basura. Las personas nada más por el hecho de existir ya generan contaminación. Sin embargo, hay cantidad de materiales y productos que utilizamos y luego desechamos. Esos materiales generalmente no son degradables o biodegradables.
Con el crecimiento de la población la basura está pasando a ser un problema ambiental de gran importancia, sobre todo si pensamos que gran porcentaje de esos desechos no tiene por qué ser tirado en los vertederos. Aplicando la ley de las “3R” podemos evitar el colapso de los vertederos, contribuir a la mejoría del suelo y del aire.