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El estrés laboral no presenta diferencia de síntomas con el estrés comúnmente conocido, salvo en los factores que lo motivan, es decir, el ambiente, la infraestructura y el clima que rodean a una persona diariamente en un lugar de trabajo determinado.
Esto se ve mayormente en personas que interactúan con otras, especialmente maestros y profesionales de la medicina, desde doctores hasta personal de enfermería.
La médica señaló que las manifestaciones en el organismo se dan a causa de estímulos persistentes que terminan por agotar al cuerpo y se ven síntomas tales como dificultades para respirar, excesiva sudoración, dolor de cabeza, cuello, cintura y hasta reacciones en la piel y caída de cabello.
A éstos se agregan los inconvenientes emocionales, como dificultad para dormir, irritabilidad y problemas para concentrarse. También existen casos en que solo basta un estímulo fuerte para provocar anomalías en el cuerpo, como en situaciones de catástrofes, explicó la profesional.
Con respecto a las causas del estrés laboral, la doctora Mendoza señaló que, además de los factores anteriormente mencionados que tienen que ver con el entorno, no hay que soslayar las vinculadas al desempeño diario.
Cuando un trabajo es muy exigente o rutinario también puede observarse el estrés, sobre todo en aquellas personas que sienten que poseen una habilidad superior al trabajo que realizan.
Si bien no existe un registro en el país sobre porcentaje de estrés laboral, la bibliografía médica expresa que la gente mayormente comprometida con un trabajo es potencial víctima del estrés laboral.
Para hacer frente a tal problema, la doctora Mendoza citó dos aspectos de suma importancia para su prevención.
Primeramente, el descanso, que es fundamental para todo ser humano. El tiempo dedicado al sueño permite reponer el esfuerzo desplegado durante el día.
El descanso no solo se limita al sueño, también debe estar complementado con actividades recreativas, mediantes las cuales la mente pueda despejarse de la carga acumulada durante la jornada. “Si ocupamos solo nuestra mente y no el cuerpo, en algún momento uno va a terminar afectándole al otro y viceversa”, sentenció.
En segundo lugar, hay que seguir un régimen de alimentación adecuado, evitando el uso de sustancias nocivas, y tener una relación armoniosa con la familia y amigos.
Mendoza sostuvo que dicha enfermedad no puede ser tomada a la ligera, ya que puede desembocar en depresión y hasta intentos de suicidio. Ahí radica la importancia de la consulta médica.
El estrés también puede generar las denominadas enfermedades sicosomáticas, en decir, cuando la condición sicológica llega a un extremo tal en que se traslada al cuerpo a través de úlceras y problemas gástricos.
En personas hipertensas, el estrés puede ocasionar picos de presión, a pesar de que el enfermo reciba tratamiento.
La directora de Salud Mental reconoció que la cobertura para este tipo de patologías es aún insuficiente a nivel nacional. Existen centros públicos con sicólogos y siquiátras tanto en Asunción como en Central, Misiones, Itapúa, Alto Paraná, Amambay, Canindeyú y el Bajo Chaco.
Además, existen los móviles dependientes de la Dirección que una vez por semana van a lugares del interior no cubiertos.
El desafío actual consiste en aumentar la cantidad de profesionales sicólogos, siquiatras y trabajadores sociales, así como la habilitación de más lugares para internaciones de casos siquiátricos y centros para el tratamiento de adicciones.