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Desde la década de los '60, con la aparición en escena de Los Rebeldes, la música en Paraguay nunca sería la misma, ya que aquellos músicos habían desatado la “fiebre del rock” que no tendría cura.
La oleada de bandas que habían surgido durante los años '70 sentaron las bases de una de las bandas más importantes del rock de aquel entonces: Pro Rock Ensamble.
“A principios de la década aparece Saúl Gaona, quien junto con Antonio Jara son fundadores de Pro Rock Ensamble, y entonces hicieron una selección de los mejores músicos ya entrenados de la época, como Roberto Thomson (guitarras), Justy Velázquez (bajo) y Toti Morel (batería)”, relata Dany Zayas, quien junto a leyendas como Alcy Rock y Cachorrock Sanabria revivieron la historia.
Sin perder el tiempo, los Pro Rock Ensamble deciden sacar su primer single con dos canciones: “Ego Kid y Joe el Justiciero” y “En los campos del amor”, que pronto se convierten éxitos de notable popularidad local.
Poco después, en 1983, en la cima de su fama, la banda liderada por Gaona y Jara decide editar el LP "Música para los perros", de notable calidad técnica y que marcó un antes y un después dentro del rock nacional. “Algunos dicen que ahí definitivamente se dio por sentado el nacimiento del rock nacional, porque antes era difícil sacar un disco”, comenta Dany.
Aquella joya del rock local estaba compuesta por las canciones “El comprador de chatarras”, “Los Junior’s Beat”, “Nada podrá suceder”, “La Telenovela”, “Nace un nuevo día”, “Ensamble 1” y “Pontyac”, e incluyó también el éxito “Ego Kid y Joe el Justiciero”.
Sin embargo, tras hacer ruido por pocos años, este álbum sería el ocaso de esta icónica banda. “En el '83, con Rock para los Perros, los Pro Rock Ensamble se retiraron en su mejor momento, con una gran popularidad”, contó Dany.
El terreno ya estaba hecho y, a pesar de las enormes dificultades de la época, en esta década se experimentó una resurrección del rock. A partir de Pro Rock Ensamble -relata Dany Zayas- empezaron a surgir otras bandas como Cash al Contado y Faro Callejero; vuelve a los escenarios Apple Rock (1985), que luego pasa a llamarse RH Positivo (1987), banda que grabó “Brebaje de amor”.
En 1984, el rock empieza a mutar y da a luz a la primera banda en hacer heavy metal en Paraguay, Nash, a la cual perteneció Dany Zayas, que a pesar de no poder grabar un álbum, se convirtió en leyenda por ser pionera del género y por sacudir miles de cabezas en sus conciertos con temas como "Ready for Love", "Burning for your love", "Beyond The Sea", "Spirit of Lust" y el instrumental "The Chase", entre otros.
Conforme pasaban los años, el espíritu rockero seguía su oleada. El movimiento underground crecía desde las sombras, con Metal Urbano ('85), Scyte y Rase ('86).
“Hasta el '88 no había todavía tantos ánimos de tocar, de expresarse”, rememora Dany, sobre todo por la situación política de aquel entonces, por el temor mismo de expresarse en medio de un régimen de represión.
Sin dudas, la dictadura de Alfredo Stroessner fue una de las principales barreras que tuvo el rock desde su génesis.
Alcy Rock, músico surgido en la década de los '60, nos contó acerca de la aventura de tocar en aquel entonces, cuando el rock empezaba a ver la luz.
“No había lugar donde tocar, se tocaba en la casa de los perros, en fiestas progresivas -les decían-, teníamos una partida de fans que nos seguían a todas partes”, comentó Alcy.
Los primeros conciertos se realizaban en la casa de los hermanos Carlos y Amado Storm, quienes, si bien no se dedicaban a hacer música, luego crearon Storm Records.
“Imposible luego era tocar, en especial en clubes, solo en algunos festivales. En esa época teníamos muy pocas actuaciones, éramos perseguidos por nuestra apariencia, nos trataban de comunistas, homosexuales y hasta de adictos”, contó Alcy.
Un capítulo muy especial fue rememorado por Cachorrock: la "operación tijera". “En la década de los '70 se quitó una orden para cortarles el pelo a todos los pelilargos. A mí me agarró la Policía cuando me iba a trabajar. El policía me dijo: ‘Vamos, acompáñeme a la comisaría’”, relata.
A la comisaría 3ª, dependencia policial temida debido a las actividades de tortura que allí se perpetraban, fue llevado el rockero. “Me sentaron en una silla y me pelaron y después me dejaron ir”, recordó, entre risas, así como también que a aquellos que tenían bigote les cortaban solamente la mitad, para luego soltarlos.
Dicha normativa contra el pelo largo nació luego de una visita del popular músico brasileño Roberto Carlos, quien lucía su melena característica.
Cachorrock y Dany comentaron que a Mario Abdo Benítez, uno de los principales represores del régimen, no le agradó la apariencia del brasileño, por lo que a su llegada al país evitó que éste se reuniera con el dictador e impuso la ordenanza en la cual todo aquel con cabello largo sea "peluqueado" por las fuerzas del orden: la conocida “operación tijera”.
Además de las dificultades económicas, existía otra barrera para la aventura de hacer rock: la prohibición de hacer fiestas sin pedir permiso.
“Se tenía que pedir permiso para hacer fiestas, no se podía tocar pasada la medianoche y era obligación tocar un porcentaje de música paraguaya (50%)”, recordó Dany.
Se refirió además a la existencia del Edicto Nº 3, que prohibía la aglomeración de personas.
“Todo estaba sustentado por la temible Ley 209, que penaba ‘la amenaza de la paz pública y libertad de las personas’, pero en realidad era una ley represora. Si transgredías el Edicto 3, entre otras cosas ya era pasible de aplicarse las sanciones de Ley 209, como extradición, meter en cana lo que quieras, por amenazar a la República”, subrayó Dany.