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La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la obesidad infantil uno de los problemas sanitarios más preocupantes del siglo XXI. En nuestro país, existe una prevalencia del 34, 4% de sedentarismo en escolares y adolescentes, según cifras del Ministerio de Salud.
Las cifras de niños con sobrepeso u obesidad continúan ascendiendo a nivel mundial y las previsiones indican que continuarán haciéndolo en las próximas décadas. De esta manera, arrastrarán trastornos físicos y psicológicos que limitarán su calidad de vida. Diabetes tipo II, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, problemas musculares y articulares, depresiones y ansiedad son algunos de los problemas crónicos que vienen de la mano de la obesidad.
Según explicó Eduardo Enciso, jefe de Promoción de Actividad Física de la cartera sanitaria, el sedentarismo es el tiempo en que el chico permanece, quieto, sentado o acostado, fuera del horario de sueño normal, que es de ocho horas.
“El sedentarismo es un factor de riesgo para enfermedades no transmisibles como la obesidad en niños, que hoy es del 30% en nuestro país, como enfermedades crónicas, cardiovasculares y cánceres. La recomendación de actividad física es de 60 minutos diarios para la prevención de estas enfermedades, como ser juegos participativos, bicicleta, entre otros”, dijo.
A su criterio, los padres deberían evitar la exposición de los niños y adolescentes a aparatos celulares o juegos electrónicos, que son los principales motivos por los que los niños se vuelven sedentarios.
Daniela Escoz Correa, entrenadora especialista en entrenamiento personalizado, es la precursora de “Extreme kids”, una especie de entrenamiento funcional para niños en el que se combinan ejercicios gimnásticos localizados con ruedas, steps, piolas, colchonetas, pelotas, etc., con la fusión de lo mejor de cada deporte. Asegura que se trata de rutinas simulando juegos y que no existen riesgos de lesiones porque se trabaja con el propio peso del cuerpo. “Aprenden y entrenan jugando. Ellos lo ven como un juego, pero en realidad están usando todos sus sentidos. Es divertido y dinámico”, puntualizó.
Recuerda que son innumerables los beneficios de actividad física en los niños, como lo que tiene que ver con la resistencia, potencia, motricidad, buen desarrollo muscular, fortalecimiento de los huesos, tendones, las fibras. Trabaja además la parte neurocal, por la coordinación. “Generalmente, como están en tanto frente al celular o la tele, van perdiendo la agilidad y la motricidad, los movimientos son torpes. No es como antes cuando jugaban a piola, la goma, el descanso, fútbol, trepaban los árboles. Ahora, por eso hay muchos problemas de obesidad”.
Los niños de seis a 12 años pueden practicar esta modalidad, según la entrenadora. Aclaró además que problemas respiratorios y cardíacos no restringen la práctica de actividades físicas, sólo que se debe tener un mayor cuidado. Instó a los padres a que se animen a inscribir a sus niños, considerando que los ejercicios pueden mejorar la salud de sus hijos considerablemente; además, por el hecho de que se acercan las vacaciones y tendrán mayor tiempo para el ocio.
Señaló además que la alimentación es un pilar fundamental, sobre todo para los niños que están en etapa de desarrollo. En este sentido, aclaró que no se puede hablar de un régimen estricto para niños. La alimentación debe estar basada en frutas, verduras, cereales, carnes en la medida justa y, sobre todo, leche, que no debe ser descremada para los más pequeños. Recomendó las barritas de cereal como una opción para las golosinas, pero aclaró que siempre que se coma la porción necesaria, se puede comer de todo. La clave es no exagerar en la cantidad.
Para iniciar el entrenamiento, los padres interesados pueden comunicarse con Escoz al número de celular (0994) 629-562 o a través de su perfil en Facebook Dani Correa. Las clases son en Sport Caves Gym, ubicado en Bruno Guggiari y Arasa (Lambaré).