Cecilia, una paraguaya que enorgullece

Cecilia Rodríguez Alcalá (31) dejó a nuestro país bien en alto tras obtener el premio a la Estudiante del año, un prestigioso galardón que otorga la Asociación de Master Business Administration a un solo estudiante entre más de 200 de todo el mundo.

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El pasado 29 de enero, se realizó en la ciudad de Londres, Inglaterra, una importante gala en la que la Asociación de Master Business Administration (Masterado en Administración de Negocios) seleccionó al Estudiante del año.

La prestigiosa premiación se realiza hace más de una década, y de ella participan las 234 universidades miembros que se dedican a carreras y especializaciones de negocios en el mundo.

Este año, por primera vez, resultó ganadora la IE Business School de Madrid, España, y la Estudiante del año fue nada más y nada menos que la paraguaya Cecilia Rodríguez Alcalá.

ABC Color quiso conocer a esta compatriota que nos representó, llenándonos de orgullo al destacarse entre 234 estudiantes provenientes de todos los rincones del mundo.

Como no reside actualmente en el país, intentamos contactarla y averiguamos que acaba de mudarse a la ciudad de Santiago de Chile, donde vivirá con Jorge Ignacio Moreno, un ingeniero con quien está casada desde hace un año y medio.

Finalmente dimos con ella, pero antes, para que estés al tanto, queremos brindarte un panorama general sobre la vida de esta paraguaya.

Durante el tiempo que estuvo en Paraguay, Cecilia Rodríguez Alcalá fue creadora de la fundación Paraguay Educa, cuyo principal logro fue la implementación del programa Una Computadora por Niño en el país, que hasta el momento sigue en funcionamiento. Más de 10.000 niños se han beneficiado ya de dicho programa.

Luego, fue a Estados Unidos, donde estudió Relaciones Internacionales e Historia, en la Tufts University. De ahí fue que decidió realizar una especialización en negocios en la IE Busines School de Madrid, España, una universidad rankeada en el lugar número 12 a nivel mundial según Financial Times. El curso duró todo el año 2015, y de allí resultó electa la mejor estudiante del año.

En un contacto telefónico, Cecilia contó a este diario lo que significa el mérito que obtuvo. Además, habló de lo que la inspira, de sus proyectos a futuro, y de la nueva vida que está iniciando en Chile, a lado de su esposo.

Cecilia, según averiguamos, solo ingresar a esta especialización es difícil.

-Así es. Además de ser 12° mejor universidad del mundo, en el Masterado en Administración de Negocios hay 55 nacionalidades representadas. Lo bueno de esto es que aprendés muchísimo de tus compañeros, porque cada uno viene de un punto distinto del planeta.

Es como la escuela a donde van todos los que aman los negocios en el mundo entero…

-Sí, pero lo mejor es que no tenés que haber estudiado precisamente Administración de empresas para participar. Lo que ellos quieren es atraer a líderes, entonces hay doctores, ingenieros, periodistas. Es muy diverso en cuanto a profesiones.

¿Qué es lo que hace que todos quieran hacer este Masterado?

-Tiene un excelente plantel de docentes. La mayoría trabaja en empresas importantes a medio tiempo y el resto se dedica a la docencia. Entonces, la educación que te ofrecen es muy actualizada porque están dentro del mundo laboral. Además la universidad fomenta mucho el emprendedurismo en sus alumnos. Ofrece una red de contactos, y charlas con inversores, en donde das tu idea y, si les gusta, ahí mismo te pueden ofrecer el financiamiento.

Para ingresar a la IE Business School de Madrid, Cecilia tuvo que pasar un examen de ingreso, y además una prueba de idiomas, porque el programa se desarrolla en inglés.

Por otro lado, está el tema de la financiación. La compatriota nos cuenta que logró una beca del 40 % por buenas calificaciones y liderazgo. El resto del dinero lo obtuvo de un préstamo que aún sigue pagando. “Eso me hizo valorarlo. Yo cada día que iba a la universidad, sabía cuánto me costaba, y sé cuánto me van a costar los próximos 10 años que tengo que pagar ese préstamo”, comenta Rodríguez Alcalá.

¿Cuánto duró tu especialización en la IE Business School?

-Trece meses.

¿Cómo eran sus clases?

-Comenzaban a las 09:00 y terminaban a las 15:00. Luego almorzaba, tardísimo (ríe) y a las 16:00 me reunía con mi grupo para armar proyectos hasta las 18:00. Aunque si había tareas pendientes nos quedábamos fácilmente hasta las 22:00. Al llegar a casa, debía leer varios casos que se discutían en clase al día siguiente. Casi siempre me quedaba despierta hasta las 02:00.

¿Por qué filtros pasaste para llegar a ser elegida la Estudiante del año?

-Luego de ser seleccionada por la universidad, pasé concursar a nivel mundial, y quedaron seis finalistas. Nos hicieron una entrevista en persona en Londres, y luego se seleccionó al ganador.

¿Cuáles son los criterios para seleccionar al ganador del premio?

-Tienen en cuenta factores como el aporte a los compañeros, el rendimiento académico, el liderazgo. Creo que algo que me ayudó a ser elegida fue mi perfil social. Siempre me apasionó mucho la educación. Me parece maravillosa la idea de terminar un día y ver cómo la vida de las personas se transforma y las oportunidades se aprovechan. Eso sería mucho más que un trabajo satisfactorio.

Además del prestigio, ¿en qué consiste el premio?

-Me entregaron USD 1.500, y además me dieron mucha visibilidad. Uno de los sponsors es el diario inglés The Independent, que me hizo una nota. Por otro lado, me invitan a participar en importantes eventos. Una se vuelve una referente para otros estudiantes.

Hablaste de tu vena social. Sabemos que sos creadora de la Fundación Paraguay Educa. Contános más de esa faceta.

-Bueno, desde la Fundación creamos el proyecto Una computadora por niño, con el que buscamos es cerrar las brechas y que los chicos sean agentes de cambio en su comunidad. Se les enseña no solo cuestiones básicas de computación, sino temas más técnicos, como ser programadores, aprenden tecnología robótica, donde, por ejemplo, insertan dispositivos electrónicos en legos y generan movimiento. En la ciudad de Caacupé, el proyecto está beneficiando a 13.500 niños. Si bien ya no está como directora ejecutiva en el país, sigo trabajando a nivel estratégico.´

Lo que más rescata Cecilia de Paraguay es la juventud de la población. “Si hoy apostamos a la educación, veremos los frutos cuando estos niños se inserten laboralmente. Aún estamos a tiempo”, dice entusiasmada.

Teniendo la oportunidad que tuviste de estudiar en el extranjero, ¿Te crea conflicto pensar en que hay otros jóvenes paraguayos que no tienen esa posibilidad?

-Sí, una reflexiona mucho sobre las distintas realidades que coexisten en nuestro país. Lo que me marcó mucho fue cuando nos mudamos con mi familia a Miami en el 2000, pasé de un colegio privado en Paraguay a un colegio público en Estados Unidos. Tenía compañeros de familias carenciadas que igual accedían igual a una educación de calidad. Y eso es tan difícil en nuestro país. Lastimosamente, en Paraguay existe lo que se conoce como “el accidente de cuna”. Uno nace y está sujeto a las condiciones económicas de su entorno.

¿Qué es lo que más te duele con respecto a la gente que tiene más posibilidades económicas?

-La indiferencia es lo más doloroso. Ver y no hacer nada al respecto. Afortunadamente en Paraguay hay una nueva generación que está buscando aportar al país.

Después de recibir el premio, a fines de enero, Cecilia se instaló en Chile, el país de su esposo, donde formará un hogar. Al momento de realizar la nota, nos cuenta que apenas está empezando a organizar su vida en la ciudad de Santiago. Si bien por el momento no piensa volver al país, nos cuenta que su ausencia solo será física, pues desde la distancia, seguirá trabajando con diversos proyectos sociales que involucran, principalmente, a la Fundación Paraguay Educa.

¿A qué te vas a dedicar en Chile?

-Estaré trabajando en la Fundación Chile. Logré negociar que parte de mi tiempo se dedique a transferir conocimiento a Paraguay, a través de nexos con mi fundación allá, así que estoy feliz por eso.

¿Dónde conociste a tu esposo?

-En Paraguay, en una boda. Él también fue un estudiante en esta especialización, así que nos complementamos muchísimo. A los dos nos aceptaron en el programa para el mismo año. Fue increíble, porque empezamos juntos.

¿Ya estás planeando tener hijos?

-Yo creo que dentro de muy poco.

Hablanos de tus padres

-Mi papá, Hugo Rodríguez Alcalá, siempre fue una inspiración para mí. Es muy emprendedor, fue uno de los primeros en traer internet al país. Mi mamá, Cecilia, como yo, siempre ayudó a papá y para nosotros fue un apoyo enorme. Me regaló una infancia muy feliz.

Con su logro, Cecilia representa una inspiración para otros líderes en nuestro país, y una muestra de que, con la bandera paraguaya a cuestas, se puede llegar lejos.

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