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“La idea es dejar el nombre de Colombia en alto”, nos dice Jhonathan Montoya sobre el objetivo de su llegada a Paraguay. Esta frase adquiere un sentido literal al verlo bailar y moverse al ritmo del estilo que lo tiene como máximo exponente en su país de origen, la salsa caleña, cuya esencia es “tratar de que los pies estén en el aire”. “La salsa caleña nos diferencia a nosotros por la velocidad en nuestros pies. Es un estilo muy rápido, con muchas acrobacias”, explica.
Montoya, de 31 años, es considerado actualmente el mejor bailarín de la salsa de Cali, su ciudad natal. “Por algo de Cali se dice que es la sucursal del cielo y la capital mundial de la salsa”, describe quien desde los 21 años se dedicó a competir en mundiales de salsa, enseñando en cruceros y recorriendo el mundo de esta manera.
El estilo de baile caleño tiene una peculiar procedencia. Un día, un discómano por accidente (o quizás porque se le ocurrió) aceleró las canciones en los discos de vinilo. De 33 revoluciones por minuto, cambió a 45. Lo que hizo fue apresurar la perilla del tocadiscos, obteniendo un ritmo más rápido y agitado que el tradicional. El cambio confundió a los bailarines, pero asumieron el reto de tratar de bailar la salsa a tal velocidad. Su éxito fue inmediato y la música se difundió en todas las discotecas.
A los 28 años, no obstante, Jhonathan optó por un estilo que hoy día revoluciona todo el mundo y que le permite combinar su pasión por la salsa: zumba fitness. Y fueron sus destrezas en esta modalidad las que lo trajeron a nuestro país. Es que con la técnica, no pasó inadvertido a los ojos de su compatriota Beto Pérez, fundador de la modalidad, pasando a formar, de esta manera, parte de su staff en diversas presentaciones internacionales.
“Antes de zumba, empecé con salsa, y cuando conocí zumba, se me olvidó la salsa”, bromea y continúa diciendo: “El cambio que trajo zumba a mi vida es indescriptible. Cuando empecé, fue un cambio total en mi vida, y ahora solo doy clases de zumba”, prosigue.
“Zumba no es solamente en el sentido monetario; es sobre todo cómo te cambia el estilo de vida, te ayuda a preocuparte más por ti, incluso a desarrollar muchas cosas que hasta uno desconoce de su propio cuerpo. Puedo decirte que zumba es ahora mi vida”, confiesa. En este sentido, dice que la peculiaridad que tiene esta modalidad es que acepta a todos y los ayuda a salirse de la “zona de confort”, ya que en clases de esta modalidad se ve a personas de todas condiciones físicas, edad, sexo, etc., y los testimonios son muchos sobre el cambio en sus vidas.
“Lo que hacemos nosotros es que con el baile uno se salga de su rutina, y es algo que lo hace a uno sentirse feliz. La idea es que haga sus ejercicios ahora y que más adelante no llegue un momento que ya les quede difícil. Mejora mucho hasta la respiración, y la mentalidad”, señala.
Al preguntarle sobre si las clases son solo para mujeres, explica que “Casi siempre la mayoría son chicas, pero últimamente, al ver que se fusiona el ejercicio con el baile, muchos hombres ingresan a las clases y les gusta mucho, porque no es solamente hacer cardio (ejercicio cardiovascular) y bailar, y ya la gente adopta ese estilo de vida y todo lo que esto trae consigo, como también una mejor alimentación, una vida sana”.
Montoya recordó que al asistir a una clase de zumba, se pueden llegar a quemar hasta 1.500 calorías en una sola sesión, dependiendo de la intensidad con la que se realice el ejercicio. “En media hora, unas 700, y ya en una hora hasta 1.500”, dijo.
Según los expertos, el baile es un ejercicio ideal para mantenerse en forma, mejorar la salud y perder peso. Se trata de una actividad aeróbica que requiere un importante gasto energético, mejora la tonicidad, el equilibrio y la coordinación.