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En los últimos días de este año, te invitamos a hacer un recorrido por todos los hechos criminales que lamentablemente siguen teniendo a la población en vilo, y como víctimas del EPP, sin que el gobierno pueda tomar aún el control de sus acciones y movimientos.
El sábado 5 de marzo, tres hombres identificados como Carlos González Britos (57 años), Julio César Aveiro (31) y Esteban David Valenzuela (28), desaparecieron del interior de la estancia San Jorge, también conocida como “Mbarakaja”, ubicada en el distrito de Yby Yau.
En ese momento, el mismo administrador del establecimiento, ubicado en el límite con el departamento de Amambay, denunció la desaparición de hombres. Luego se supo que estas personas estaban cazando en la zona.
Nueve días después del secuestro, liberaron a uno de ellos, específicamente a Carlos González Britos, docente jubilado.
Este profesor fue utilizado por el grupo terrorista para enviar un mensaje al Gobierno, en el que dijeron que darían información sobre Edelio Morínigo y Félix Urbieta, solo si el gobierno brindaba información sobre Lichita.
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Querían información sobre Lichita
Lichita es una niña de 14 años que fue herida durante un enfrentamiento el 2 de setiembre de 2020, en un enfrentamiento en el que murieron dos niñas de 11 años, a solo 5.000 metros de la estancia San José.
El docente Carlos Potamio González Britos, quien fue liberado el 14 de marzo pasado, escribió un libro sobre su sus días de cautiverio. Contó que esta fue una de las exigencias para su liberación, y que muchos de los detalles escritos en el material le fueron revelados por el propio Manuel Cristaldo Mieres.
Alambradores muertos en manos del EPP
Con el paso del tiempo se supo que los otros dos hombres que fueron secuestrados junto al profesor González Britos en colonia Mbarakaja’i, eran alambradores de la zona.
Lamentablemente, Julio César Aveiro Cárdenas (31) y Esteban David Valenzuela (28) no salieron con vida del cautiverio.
El sábado 2 de abril del año 2022, se encontraron los cuerpos de ambos, que fueron ejecutados por el grupo terrorista Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Así, la banda completó 74 asesinatos. Sus cuerpos fueron encontrados a ocho kilómetros del punto donde fueron capturados cuatro semanas antes.
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Terrorífico bombardeo a vehículo militar
El 27 de abril de este año, se registró un terrorífico ataque con bomba contra un vehículo militar en Concepción, en el que resultaron heridos los uniformados Fernando Viveros, Alex Aranda y Juan Márquez.
Estos militares fueron trasladados al hospital regional de Concepción tras resultar heridos por la explosión de una bomba de fabricación casera. Los militares estaban realizando un patrullaje en la zona de la estancia Paraíso, en Yby Yaú, cuando fueron atacados.
El atentado contra los militares se reportó en la zona de la estancia Paraíso, en el distrito de Yby Yaú, Concepción.
El atentado ocurrió en la misma zona donde murieron las dos niñas durante un operativo militar contra el EPP, el 2 de setiembre del 2020.
Lea: Ataque con bomba contra vehículo militar en Concepción
La estancia Paraíso es zona de influencia del grupo criminal EPP y fue escenario de varios ataques armados, uno de ellos el enfrentamiento entre miembros del EPP y de agentes de FTC cuyo resultado fue la muerte de dos niñas. Además, en ese mismo sitio se desmantelaron varios campamentos utilizados por los criminales.
La parte frontal del vehículo quedó deshecha y sería el punto principal donde la bomba casera detonó, y no en la cabina, por lo cual los militares pudieron salir con vida del ataque.
Muerte de líder les hizo vivir dolor en carne propia
La brutal incursión del EPP en un campamento nativo, que era vigilado por miembros del Comando de Operaciones de Defensa Interna (CODI), fue muy lamentable, pues ni los uniformados pudieron evitar la ejecución de los dos nativos. Los criminales irrumpieron en la zona y se desató el enfrentamiento con los criminales.
Producto de esta refriega, se dio una de las bajas de mayor envergadura en el grupo en cuestión: el considerado como uno de los cabecillas del EPP, Osvaldo Villalba, cayó bajo las balas de los militares.
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En el mismo episodio fueron abatidos Luciano Argüello y Edilson Gauto Alegre, el primero de ellos un nativo reclutado por el grupo criminal.
De esta manera terminó el recorrido criminal de Villalba, quien sembró terror y muerte en la zona norte del país.
Féretro de Osvaldo Villalba ingresó a Tacumbú
El 25 de octubre de este año, el ministro de Justicia Édgar Taboada Insfrán, duró en el cargo solamente ocho horas. Todo, por la enorme metida de pata de autorizar que el ataúd del líder del EPP Osvaldo Villalba, ingrese a la Penitenciaría de Mujeres “Casa del Buen Pastor”, para que su hermana, Carmen Villalba, le rindiera homenaje.
Desde el penal de mujeres en ese momento dieron la versión de que el día que el féretro de Osvaldo Villalba ingresó a la penitenciaría, tanto el entonces ministro como el viceministro de Justicia le dieron la autorización.
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En el Buen pastor insistieron en que actuaron conforme a las leyes, buscando evitar un eventual motín y una denuncia por incumplimiento de derechos humanos por parte de la interna Carmen Villalba.
Otra cosa que ocurrió por esos días fue que el presidente Mario Abdo Benítez pidió disculpas principalmente a las víctimas de secuestro por el ingreso del ataúd de Villalba al Buen Pastor. No obstante aclaró que él no fue quien autorizó la entrada. El mandatario calificó el hecho como “un error lamentable”.
Extrema crueldad con pueblos originarios a los que decían defender
Una muestra de la absoluta crueldad de este grupo criminal se ha dejado al descubierto este año, con la ejecución de Alcides Gómez Romero y Rodrigo González Gómez, el domingo 23 de octubre de este año.
Ambos eran miembros de un parcialidad indígena residente en la zona conocida como Cerro Guasú, en el límite de los departamentos de Amambay y Concepción, quienes fueron vilmente ejecutados por un grupo liderado por Osvaldo Villalba.
Ambos hombres se suman al largo tendal de muerte y dolor, causado por un grupo que pregonaba la supuesta defensa de los desfavorecidos, como campesinos y nativos.
EPP sigue causando dolor y angustia
Como podrá ver, este año 2022 el EPP tampoco dejó un espacio para la paz a los paraguayos de bien. Nunca más obtuvimos información sobre el suboficial Edelio Morínigo, quien fue secuestrado el 5 de julio del 2014 por el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) de la estancia Macchi Cué, a 100 kilómetros de la ciudad de Concepción. Solamente se tuvo una prueba de vida el 22 de octubre de 2014, y hasta el momento nada se sabe de su paradero.
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Además, hasta hoy día no devolvieron con vida a Félix Urbieta, el empresario rural de 72 años quien fue secuestrado el 12 de octubre de 2016. Se lo llevaron de su establecimiento en la localidad de Horqueta, departamento de Concepción. El grupo criminal Ejército del Mariscal López (EML) se atribuyó el secuestro, y pese a las súplicas de la familia por obtener información sobre el paradero de su padre, los captores cortaron la comunicación en febrero de 2017 y nunca más volvieron a dar esperanzas a los sufridos familiares.
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No dan señales de vida
Otra familia que ha sufrido horrores por causa del EPP es la del exvicepresidente de la República Óscar Denis, a quien los supuestos guerrilleros se llevaron y de quien nunca dieron señales de vida.
El 9 de setiembre de 2022 se cumplieron dos años desde que Denis está secuestrado. Los miembros del EPP se lo llevaron cuando se encontraba en la estancia “Tranquerita” de su propiedad, situada en Bella Vista Norte, departamento de Amambay.
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Cuando lo capturaron, Óscar Denis estaba con su empleado, el peón Adelio Mendoza, un indígena que también fue secuestrado junto a su patrón. Pero al nativo sí lo liberaron cuatro días después, entregándole un mensaje dirigido a la familia de Denis. El EPP planteó una serie de exigencias que debían cumplir, a cambio de recibir señales de vida.
Pero pese a que se intentó cumplirles con la entrega de víveres a comunidades necesitadas del país con la inscripción “gentileza del EPP”, aún así no cumplieron con liberar al secuestrado.