Raíz: ayuda a la planta a fijarse a la tierra y sostenerse. También absorbe agua y minerales del suelo, necesarios para que la planta crezca fuerte y sana.
Tallo: transporta el agua y los nutrientes desde las raíces hasta las hojas y las flores.
Hoja: aquí, la planta usa la luz del sol para hacer su propio alimento y oxígeno para la respiración de todos los seres vivos. Este proceso se llama fotosíntesis.
Flor: es la parte más vistosa y colorida de la planta, la que más llama la atención y atrae a insectos para la polinización y reproducción de las plantas.
Fruto: no todas las plantas tienen frutos, pero aquellas que sí los tienen, utilizan el fruto para proteger las semillas. Cuando el fruto cae al suelo o se lo comen los animales, las semillas pueden comenzar a crecer y formar una nueva planta.
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1. Ahora que conoces las partes de una planta, con la profe y tus compañeros salen y observan en el patio o en el parque algunas variedades de las plantas e identifican sus partes. Recogen diferentes tipos de hojas, llevan al aula y observan sus formas y texturas.
2. En clase experimentan con el apio: en grupo colocan un tallo de apio en un vaso con agua y colorante vegetal azul o rojo. Observan cómo el color sube por el tallo, cuando el agua se mueve a través de la planta.
3. Exploración de frutas: llevan diferentes frutas a la clase y cortan por la mitad para observar las semillas. Las semillas contenidas en las frutas tienen el potencial de crecer y convertirse en nuevas plantas.
Fuente: MEC. 2014. Programa de estudios. Medio Natural y Salud. 1.er ciclo