1. Causas que contribuyen a la ansiedad y el estrés en niños con altas capacidades
Las causas de la ansiedad y el estrés en los niños con AACC son variadas y se relacionan tanto con factores personales como contextuales. Uno de los motivos más comunes es la disincronía entre su desarrollo intelectual y su madurez emocional. Estos niños pueden razonar como un adulto en algunos aspectos, pero sentir y reaccionar como cualquier niño de su edad. Esta diferencia puede generar frustración, incomprensión y tensión interna.
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Asimismo, su elevada autoexigencia y su tendencia al perfeccionismo los llevan a preocuparse por los errores o por no cumplir con las expectativas. Muchos temen decepcionar a sus padres o docentes, lo que provoca ansiedad anticipatoria frente a los desafíos escolares o personales.
En el ámbito escolar, la falta de estímulo adecuado también puede ser una fuente de estrés. Cuando las tareas son demasiado fáciles o repetitivas, los niños con altas capacidades se aburren, se sienten desmotivados o incluso desarrollan conductas disruptivas.
Otro factor importante es la sensibilidad emocional característica de muchos de estos niños. Pueden preocuparse por problemas sociales, ecológicos o éticos que no corresponden a su edad, lo que les genera angustia e impotencia. Además, al percibir de manera intensa las emociones propias y ajenas, pueden verse sobrecargados emocionalmente ante conflictos o situaciones de injusticia.
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El entorno familiar también influye. La sobreprotección, las expectativas desmedidas o la falta de comprensión de sus emociones pueden intensificar su ansiedad. Un ambiente excesivamente competitivo o exigente les transmite la idea de que deben «estar a la altura» siempre, lo cual aumenta su estrés.
2. Estrategias para manejar la ansiedad y el estrés en niños con altas capacidades
El manejo adecuado de la ansiedad y el estrés comienza con el reconocimiento emocional. Es fundamental ayudar a los niños con AACC a identificar lo que sienten, ponerle nombre a sus emociones y comprender que la ansiedad es una respuesta natural ante los retos.
Las estrategias de relajación y mindfulness son especialmente útiles para estos niños, ya que promueven la calma mental y la concentración. Los ejercicios de respiración, visualización o meditación guiada pueden integrarse en casa o en la escuela como parte de la rutina.
En el ámbito escolar, los docentes pueden fomentar la cooperación por encima de la competencia, y ofrecer oportunidades de expresión creativa donde el niño se sienta comprendido y libre de presiones.
Desde la familia, se recomienda promover un equilibrio entre las actividades académicas y el tiempo libre, alentando el juego, el deporte o el arte como formas de liberar tensión.
Por último, cuando la ansiedad o el estrés interfieren con la vida cotidiana, puede ser necesario recurrir a la orientación psicopedagógica o psicológica con profesionales especializados.
Fuente: - ALEGRÍA, R Y OTROS. (2015). A mí no me parece. Casos prácticos para comprender la alta capacidad. Ediciones Parainfo. Madrid. España.
