22 de octubre de 2025
Los círculos de aprendizaje pueden definirse como espacios colaborativos y flexibles en los que un grupo reducido de estudiantes comparte intereses, investiga sobre un tema y construye conocimiento en forma conjunta, bajo la guía de un docente o facilitador.
El siguiente paso que se puede dar dentro del trabajo independiente es facilitar a los alumnos la posibilidad de que ellos mismos elijan los temas que deseen tratar dentro de una determinada unidad didáctica de entre una variedad más o menos amplia de sugerencias aportadas por el docente.
La retroalimentación es un proceso mediante el cual la información recogida en las observaciones del aula cobra valor en la medida que pueda ser «devuelta» al docente; es decir, «compartida, analizada y comprendida en conjunto» (Leiva, Montecinos, & Aravena, 2017).