La instalación es una invitación especial para todas las personas que deseen experimentar y dejarse sorprender con el elemento más esencial de nuestra vida: el agua.
Se trata de una fuente hidráulica que cobra vida con el movimiento de las personas, respondiendo a su paso con chorros de agua que las “reflejan” y las acompañan en su recorrido.
Cuando no hay circulación de gente alguna, la instalación permanece en reposo, aguardando al próximo visitante para ofrecerle un momento lúdico, sensorial y reflexivo.
A través de un suave sonido de agua y una coreografía acuática que sigue al caminante, esta obra propone una bienvenida poética y recuerda que nuestras acciones, como el agua, dejan huella: somos su reflejo.
La obra es una creación del artista multifacético Fernando “Amberé” Feliciángeli, que busca mostrar el vínculo del agua con las personas a través del reflejo.
La misma forma parte de las iniciativas que llevan adelante Coca-Cola Paresa y Sonidos de la Tierra, mediante el proyecto #SomosH2O, para la protección de la cuenca hídrica del arroyo Pa’i Ñu de Ñemby a través de la música y la acción ambiental comunitaria.
Coca-Cola Paresa amplifica el compromiso con el cuidado del agua. Estas acciones forman parte de su compromiso de devolver a los ecosistemas y a las comunidades el 100% del agua que utiliza en la elaboración de sus productos.