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SALTO DEL GUAIRÁ (Rosendo Duarte, corresponsal). El proyecto de la playa municipal y la costanera podría incluso ampliarse a cinco kilómetros, de lograrse los recursos, según dijo el intendente Eduardo Paniagua (ANR).
Según los datos, serán necesarios aproximadamente ocho millones de dólares para lograr en Salto del Guairá uno de los proyectos más ambiciosos que el gobierno municipal ha designado como prioridad para este año.
Según el proyecto inicial, la costanera se extenderá sobre la ribera del río Paraná desde el Refugio Biológico Mbaracayú, hasta el puerto de la ciudad, sobre la franja poligonal envolvente cedida por la Entidad Binacional Itaipú.
Según las autoridades locales, la infraestructura tiene como propósito generar mayor afluencia de turistas que puedan disfrutar de un espacio abierto y completo, pues el proyecto contará con una playa con puerto de lanchas, doble avenida con estacionamientos, dos canchas con grama sintética para fútbol, un anfiteatro, dos restaurantes, una pista de skate, ciclo vía y parque de juegos para niños.
El intendente, Eduardo Paniagua (ANR), asegura que la obra “será estratégica para generar un mayor movimiento turístico en la ciudad, que actualmente depende exclusivamente del turismo de compras”.
Los recursos económicos para la financiación de este proyecto provendrán del porcentaje recibido por el municipio en el marco de la “Ley de compensación por la desaparición de los siete saltos”, vigente desde 2012 y que otorga al municipio US$ 10.800.000 anuales. Si bien no hay una fecha exacta para el inicio de las obras, el jefe comunal presume que en agosto ya tendrían los recursos para lanzar la licitación de las obras.
Esperanzas en la obra
Para Pedro Acosta, presidente de la Asociación de Vendedores Ambulantes del Mercado Popular, “es fantástico el proyecto de construir una costanera, porque es recuperar un poco del antiguo Salto. Ya veíamos la necesidad de generar otras atenciones a los turistas para que muchos vengan a disfrutar y a descubrir lo que es Salto, y lógicamente eso beneficia a los comerciantes”.
Por su parte, Isidro Velázquez, propietario de un copetín, señaló que “desde hace dos años cuando el río bajó prácticamente el puerto de Salto murió. Antes la balsa hacía de seis a ocho viajes por día ahora hace solo dos, y eso no nos ayuda a los comerciantes que estamos acá en el puerto”.